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¡Disfrute el Metro! Le costará lo mismo

TEODORO LEÓN GROSS

Viernes, 1 de agosto 2014, 01:08

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Ayer los buenos ciudadanos se quejaban en foros y redes de los malos ciudadanos que andaban desacreditando el Metro de Málaga el día de su inauguración estelar. Muy mal rollo. Era un día glorioso para disfrutar del tachintachán, y algunos aguafiestas enredaban denunciando cosas completamente ciertas. Una vergüenza. En lugar de asumir el optimismo oficial, contaban la realidad. Así no se puede progresar.

Es como lo del Aeropuerto de Castellón: 'una maravilla', como dijo Fabra también en su inauguración. Claro que se podría citar el pequeño detalle de que desde entonces, doscientos millones de euros después, allí no ha aterrizado ningún avión. Pero eso sería caer en el pesimismo. Hay que celebrar su construcción. Sí, mantenerlo cerrado supone 300.000 mensuales, pero ¿vamos a dar mala imagen del país? No seamos, como advertía Fabra, 'gilipollas'.

Hay que apreciar el progreso. Como el tranvía de Jaén. De acuerdo, sí, sin usar, pero magnífico. La Ciudad del Cine de Alicante; para nada, ¿pero no valía la pena invertir decenas de millones en creerse lo del Hollywood de Europa? El AVE en Albacete; que sí, es verdad, sin pasajeros, pero una maravilla. O el aeropuerto de Ciudad Real. «Despegan nuestros sueños. Nuevas dimensiones, nuevos horizontes». Aún están los carteles espectaculares. ¿Vamos a criticar que no haya aviones? Son quinientos millones bien gastados en devolver el orgullo a La Mancha.

El puerto de La Coruña, 1.000 millones sin sentido pero ¡vaya puerto! O el Estadio Olímpico de Sevilla, que no se usa, cierto, pero a ver quién le quita el honor de ser ¡ruina olímpica! O la Ciudad de la Cultura de Santiago, 400 millones. Fraga, ante las críticas, apeló también al optimismo: «El tiempo pasa y las cosas tienden a subir». Mira, como en Málaga con el Metro. Y es cierto, tienden a subir, sobre todo los gastos. Allí van para 600, aquí para 1.000. Fraga presumía que sería tan famoso como el Pórtico de la Gloria, y es verdad, ¡aparece en todos los catálogos del despilfarro!

El optimismo es delicioso. Sólo tiene un pequeño inconveniente: sale caro. Pero es delicioso. Nada que ver con el mal rollo de los pesimistas que presumen de ser 'optimistas bien informados'. ¿Quién quiere estar bien informado? Ahí está Málaga. Tenemos un estupendo Museo de las Gemas de decenas de millones. No entremos en el detalle mezquino de que no existe ni existirá. O el Parque de los Cuentos. Tampoco existe. Ni el auditorio. Ni el Museo de Museos del Astoria. Decenas de millones. Nuestros dirigentes tienen gran altura de miras: gastan cantidades fantásticas incluso en nada. Como el Puente de la Bahía. De hecho Bendodo y De la Torre, tras exigir el Metro más caro posible, reclaman dos corredores ferroviarios en Málaga, no uno, ¡dos! Son fabulosos.

Es maravilloso ser optimistas. Sobre todo, como decía Margaret Thatcher, con el dinero de los demás.

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