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Llámenlo Susánchez

La estrategia de Susana Díaz parece inteligente al centrarse en Andalucía mientras Sánchez da la cara

TEODORO LEÓN GROSS

Lunes, 28 de julio 2014, 12:36

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A Susana sólo le faltó gritar como Penélope en 2000 al anunciar el Oscar en el Shrine Auditorium: -Peeeeedroooooooooo!!!

Para ella también era un asunto personal con la euforia a flor de piel. A estas alturas nadie cree que éste sea el tiempo de Sánchez sino de Susana, un ciclo tutelado por la presidenta andaluza, quizá sólo un interinato entre el zapaterismo y el susanato. Está por ver. En todo caso nadie parece llamarse a engaño sobre el poder de Sánchez. Si acaso, llámenlo Susánchez.

Susana colocó a la presidenta. Susana colocó al secretario de Política Federal. Susana presidirá de hecho el consejo de 'barones' de su partido. Susana acaparó aplausos. Susana colocó otros cinco de los suyos en la Ejecutiva, con lo que controla la cuarta parte. Susana pilotó el congreso. Y esto ha sido tras su 'neutralidad'; si llega a tomar partido, igual se acaba llevando la Ejecutiva socialista de Ferraz a su pisito de Triana.

Definitivamente se ha iniciado el susanchismo, tanto que los criterios de integración ya se han ejecutado con estilo andaluz: 'integración sí, pero sólo de los míos'. Sánchez, que había hecho guiños a Madina y Tapias, arrastrará el baldón de pasar por la quilla a quienes les apoyaron, aun cuando sumaron más del cincuenta por ciento del voto. La Ejecutiva Susánchez, por el contrario, se ha trabajado los equilibrios territoriales fichando a los barones, algunos 'under20%', líderes regionales con resultados catastróficos en las urnas. Pero el partido no mira a la sociedad sino al control orgánico. Contra la jerarquía, la baronía.

Susana Díaz ha colocado a siete de los treinta miembros, haciendo valer el peso de sus votos en cargos, y se ha permitido en el sudoku hacer su propio reparto territorial. Va un nº 4 de Sevilla, la presidenta de Jaén, una consejera de Granada, un peso medio de Córdoba, un chico de las juventudes con Cádiz que es scout, una chica de las juventudes de Almería con cargo en el Instituto de la Juventud, y una chica de Málaga con cargo en el Instituto de la Mujer. Ser mujer, joven y feminista es el mejor pasaporte. Y por supuesto no hay críticos; puro susanismo para el susanchismo.

La estrategia de Susana Díaz parece inteligente al centrarse en Andalucía mientras Sánchez da la cara -es un tipo atractivo de oratoria persuasiva- y carga con las contradicciones del cambio virtual. La hipótesis puede ir así: imponer el retraso de las primarias y manejar un adelanto electoral en Andalucía, viejo granero socialista donde el PP está hundido, para vender el triunfo como cambio de tendencia; después ir a las primarias por aclamación o, según los sondeos, sacrificar primero a Susánchez. Nadie le negará a la loba de Triana con piel de cordero un olfato de momento muy afinado sobre el control de los tiempos.

¿Y a todo esto Sánchez qué? Pues lo que diga Susana.

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