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Fachada de la prisión de Neumünster. Efe
La vida de Puigdemont en prisión: desayuno a las 6.30 y ragú de ternera por Semana Santa

La vida de Puigdemont en prisión: desayuno a las 6.30 y ragú de ternera por Semana Santa

La directora del centro de Neumünster dice que se integra «sin problemas» y sigue una rutina diaria sin alteraciones

agencias

Neumüster (Alemania)

Jueves, 29 de marzo 2018, 17:48

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El expresident de la Generalitat Carles Puigdemont se ha integrado «sin problemas» en la prisión alemana de Neumünster y sigue su rutina diaria sin alteraciones, según ha confirmado a Efe la directora del centro penitenciario, Yvonne Radetzki. «Tiene buena salud y participa en la rutina diaria del centro. No quiere ningún estatus especial, sino ser tratado con total normalidad», añade Radetzki, que ha tenido ocasión de hablar personalmente con el político independentista, reclamado por la Justicia española por rebelión y malversación de fondos públicos.

La responsable ha destacado «su forma de ser tranquila y agradable» y ha explicado que los funcionarios de la prisión se comunican con él principalmente en inglés, aunque alguno de ellos habla también un buen español y, si fuera necesario, el centro podría solicitar la asistencia de un intérprete.

La rutina del centro se verá alterada en Semana Santa, al menos en lo gastronómico, y los reclusos tendrán un menú especial que incluirá ragú de ternera y arroz con leche. Según fuentes del Ministerio de Justicia de Kiel, Puigdemont comerá el viernes filete de solla, un pescado típico del Mar Báltico, con mostaza de Dijon y patatas. Para el sábado está previsto que los reclusos tengan de postre arroz con leche con azúcar y canela. El domingo disfrutará de un filete de carne picada a la pimienta con judías y patatas, y para el lunes de Pascua el plato estrella será un ragú de carne de ternera con verduras y pasta.

El líder independentista fue interceptado el domingo en el norte de Alemania, pocos kilómetros después de ingresar desde Dinamarca al estado germano de Schleswig-Holstein. La policía alemana dio así respuesta a una orden de captura europea activada por el Tribunal Supremo español dos días antes. Desde entonces se encuentra recluido de manera preventiva en la prisión de Neumünster, en el norte del país. Las autoridades alemanas analizan actualmente la orden de extradición, aunque la decisión no se espera como pronto hasta la semana que viene.

Una celda de 9 metros

Se le ha asignado una de las celdas individuales del centro, que tienen entre 7 y 9 metros cuadrados, una cama, un escritorio, un armario y televisión, además de un inodoro y un lavabo. En las zonas comunes hay teléfono y los presos lo puede usar libremente si en la orden de prisión no se ha señalado lo contrario, pero no tienen acceso a internet.

Como el resto de reclusos, es libre de participar en las actividades, tanto educativas como de tiempo libre, que ofrece el centro, donde los reclusos pueden obtener el graduado escolar o realizar una formación profesional en ramas como la panadería, la cocina, la electrónica o la ebanistería.

Los compañeros de prisión, según Radetzki, han mostrado «mucha comprensión» ante la llegada al centro de un preso relevante e incluso ha recibido apoyo de alguno de ellos, que dice que «no tendría que estar aquí» porque «no es como nosotros». La rutina no se ha modificado por su llegada, aunque destacan que reciben mucho correo, «ante el extraordinario interés político y público» del caso, y se han hecho cambios mínimos en las visitas externas, ante la gran presencia mediática a las puertas del centro.

La jornada arranca a las 6.30

La jornada para los reclusos comienza temprano y a las 6.30 horas (media hora más tarde en fines de semana y festivos) ya se empieza a servir el desayuno, el almuerzo llega al mediodía (a las 11.15 horas en fines de semana), y la cena comienza a las 17.00 horas a diario y media hora antes en sábados y festivos. Para las 20.00 horas (las 17.00 horas en fines de semana y festivos) los presos están ya en sus celdas, según el horario facilitado por la cárcel.

«La situación no es la habitual para la prisión de Neumünster, pero puedo decir con la conciencia tranquila que ningún empleado se siente agobiado», aseguro Radetzki para destacar la preparación y alta cualificación del personal. La cárcel, con capacidad para 571 reclusos, fue construida entre 1901 y 1905 y acoge a detenidos en prisión preventiva o condenados por delitos menores.

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