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R. C.
MADRID.
Domingo, 10 de diciembre 2017, 00:18
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Pablo Iglesias reprochó hace una semana a los partidos independentistas que hubiesen contribuido a «despertar el fascismo». Fue su manera de su censurar la vía unilateral del movimiento secesionista y al mismo tiempo denunciar que la derecha no tenga, a su juicio, un proyecto atractivo de país. El exconsejero de Exteriores aceptó ayer la crítica. «Es cierto que hemos despertado al fascismo que aún hay en España, pero es para echarlo y para derrotarlo -replicó Raül Romeva-; si estaba dormido es que no estaba muerto, y al fascismo no hay que dormirlo, hay que vencerlo».
El número tres de Esquerra señaló a Ciudadanos, PSC y PP como responsables de «intervenir las instituciones, justificar la represión y vulnerar derechos básicos» y advirtió de que la victoria electoral del «bloque el 155» llevaría a Cataluña a «la oscuridad del fascismo». «Hablan de odio -afeó Romeva en un acto en Vilanova i la Geltrú, Barcelona-, pero sólo hay que mirar a los ojos a la que gente que está en la calle o a los presos políticos».
Tras pasar él mismo por prisión, el dirigente catalán reclamó la libertad del cabeza de lista de Esquerra, Oriol Junqueras, y calificó de «juego sucio» que el candidato de su formación no pueda hacer campaña. Mientras, el portavoz adjunto del partido en el Congreso, Gabriel Rufián, se enorgulleció de no pertenecer al «club de los carcelarios del 155». «Si lo normal es salir pitando para no condenar el franquismo o apoyar al partido más corrupto de europa, que es el PP, nosotros somos anormales», afirmó.
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