Puigdemont torpedea el PDeCAT para concentrar el poder del soberanismo

Lo dejó claro en las elecciones del pasado 21-D, en las que concurrió bajo la marca Junts per Catalunya, una amalgama heterogénea de seguidores del expresidente, en la que se integró el PDeCAT, que corre cada vez más el riesgo de quedar fagocitado en el proyecto de Puigdemont.

La formación heredera de Convergència celebró ayer su consejo nacional y dio el primer paso hacia su integración o disolución en JxCat al aprobar presentarse a las elecciones municipales del año que viene bajo las siglas de Junts per Catalunya, igual que en las autonómicas. «Creemos que nos puede dar buenos resultados y nos permite ser políticamente ambiciosos», afirmó la coordinadora general, Marta Pascal.

Desde el referéndum del 1-O, Puigdemont ha intentado dinamitar el partido fundado por Artur Mas. Este propósito empieza a coger formar con el nacimiento de la plataforma 'Moviment 1 d'Octubre', que ya ha sido inscrita como partido político en el registro del Ministerio del Interior. Va más allá de JxCat.

En esa plataforma podrían estar integradas las distintas siglas del independentismo, también el PDeCAT. La idea, según fuentes cercanas al expresidente, es emular al SNP de Escocia, que aglutina a todas las fuerzas soberanistas. Aunque en el caso catalán Esquerra, que tiene casi 90 años, no dará su brazo a torcer así como así. La pugna hace tiempo que está sobre la mesa.

Sería un paraguas en forma de federación de sensibilidades, en el que Puigdemont quiere un PDeCAT afín, no como en los últimos meses en que el partido ha tomado distancia respecto al expresidente y aboga por una vía más pragmática y por un cierto aterrizaje tras años de alto voltaje. El fugado en Berlín, en cambio, hace tiempo que ha puesto en marcha la operación voladura de su partido. Por un lado, le ha dejado fuera del Gobierno de Quim Torra. Jordi Turull y Josep Rull son del PDeCAT pero son más de Puigdemont, y además su futuro en el Ejecutivo tiene los días contados.

El otro miembro de la antigua Convergència con cartera será Miquel Buch, nominado para ser consejero de Interior. Es uno de los hombres fuertes del sector crítico a la dirección de Pascal, y es de los fieles a Puigdemont que lideran el motín en el partido. Una revuelta que ha obligado a la dirección a convocar una asamblea en julio (como un congreso), en la que en principio se marcarán las líneas ideológicas de la formación, pero en el que el sector crítico aspira a dar el salto a la dirección para hacerse con el partido.

Es tal el enfrentamiento entre Puigdemont y la dirección del PDeCAT que en cuanto ha podido el expresidente ha colocado a Marta Pascal de senadora en Madrid para que se aleje del día a día del partido en Barcelona. Pero el expresidente tiene un problema. Necesita al PDeCAT. El primer reto son las elecciones municipales y la marca 'Moviment 1 d'Octubre' y JxCat no pueden salir a conquistar alcaldías de media Cataluña sin la estructura que ofrece un partido instalado hasta en el último barrio del pueblo más pequeño de Cataluña.

El PDeCAT, por tanto, no se rendirá a la primera. «Debemos fortalecer el partido en la línea de sumar complicidades. Este fortalecimiento debemos hacerlo con actitudes de suma, de generosidad, con la tan preciada transversalidad», afirmó ayer Marta Pascal.