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Fracasa el plan contra el yihadismo en las cárceles

Solo diez integristas se han arrepentido y ya hay 79 presos comunes radicalizados en los centros penitenciarios

M. S. P.

Martes, 17 de abril 2018, 00:17

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madrid. En el Ministerio del Interior ya han saltado las alertas. Los planes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias para intentar «desradicalizar» terroristas yihadistas en los centros penitenciarios no funcionan. La envergadura del problema ha sido reconocida por Instituciones Penitenciarias en una respuesta entregada el pasado viernes al senador de Bildu, Jon Iñarritu. Interior admite que solo diez presos encarcelados por terrorismo yihadista han participado en el Programa de Desradicalización que prisiones puso en marcha el 25 de octubre de 2016 con el objetivo de rehabilitar a los internos yihadistas.

Este plan de choque, al que Interior denominó Programa de Intervención y Tratamiento de Procesos de Radicalización Religiosa, pretendía ir más allá de los planes antiyihadistas puestos en marcha en 2014 y 2015, y que se habían centrado en extremar el control de los internos radicales para evitar que hicieran proselitismo entre otros reclusos o dieran órdenes desde las cárceles. Pero nada. Según los datos de Interior, de los 146 presos yihadistas (90 preventivos y 56 penados) que están repartidos por 28 cárceles de la península y Baleares, solo una decena ha participado en ese programa.

Tampoco los dos planes precedentes para evitar la captación de presos comunes parece que estén funcionando, a la vista de las informaciones enviadas al Senado. Por primera vez, Interior da datos oficiales sobre el proselitismo en las cárceles y señala tiene a 79 presos comunes bajo control por haberse «apreciado indicios de los que se pudiera deducir que ha comenzado su radicalización» por parte de «líderes radicales». La cifra no disminuye, solo fluctúa. En 2014 y 2015 eran 59 los internos comunes monitorizados; en 2016 fueron 95; y en 2017, 76.

El pasado febrero Interior lanzó una nueva herramienta para intentar mejorar el tratamiento de estos presos, con mayores controles y más exámenes periódicos.

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