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A. A.
Martes, 12 de diciembre 2017, 00:32
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madrid. El discurso oficial de Catalunya en Comú-Podem es que la coalición de Ada Colau y Pablo Iglesias solo contempla un futuro gobierno de la Generalitat presidido por su candidato, Xavier Domènech. Fundamenta su optimismo en que la alianza de izquierda se impuso en las dos últimas elecciones generales, en el caso del 26-J con más de 200.000 votos de diferencia. Pero el escenario que vaticinan las encuestas es muy diferente, hasta el punto que todas coinciden en relegar a los comunes hasta la quinta posición en el Parlament.
La única noticia positiva para la coalición es que, de cumplirse los pronósticos, tendrá en su mano la llave de la Generalitat. Un apoyo a un Ejecutivo dirigido por Inés Arrimadas o a otro de corte independentista se da, a día de hoy, completamente por descartado. La apuesta de Colau e Iglesias pasa por reeditar un tripartito de izquierdas a semejanza del que gobernó Cataluña entre 2003 y 2010, aunque para ello han puesto condiciones sobre la mesa.
Domènech estableció ayer las líneas rojas de su candidatura para pactar. Si a Esquerra la exigió abandonar la unilateralidad, al PSC le transmitió lo propio respecto a la aplicación del 155. El aspirante a dirigir la Generalitat también habló de vetos con nombre propio. «Carles Puigdemont no puede seguir siendo presidente», zanjó antes de advertir de que no se puede seguir jugando a la ruleta rusa.
La propuesta de Domènech pasa por recuperar las políticas sociales que en su día abanderó el tripartito para alcanzar la Generalitat tras 23 años ininterrumpidos de gobierno de Jordi Pujol y CiU. Tras denunciar que el debate independentista haya monopolizado la política catalana desde 2012, afirmó que su coalición extenderá la mano solo a aquellos que defiendan una agenda social.
Desde Podemos se cierra filas con el mensaje de los comunes. Los de Pablo Iglesias han fiado toda la estrategia electoral a sus socios de coalición y no muestran la más mínima intención de salirse del guion que se ha escrito, aunque ello suponga un perjuicio electoral a nivel nacional. El secretario de Organización podemista, Pablo Echenique, afirmó que el único objetivo es hacer presidente de la Generalitat a su candidato, aunque reconoció que de no ser así y abrirse nuevos escenarios, su formación estaría dispuesta a sentarse a dialogar con Esquerra, siempre y cuando el partido de Oriol Junqueras renuncie a lo que Echenique ha bautizado como «la república del pasado mañana». «Hay que solucionar los problemas de los catalanes aquí y ahora y no dentro de 18 o 36 meses en una hipotética república catalana», concluyó el dirigente de Podemos.
También respecto al PSC coinciden las posiciones de los socios de coalición. A Miquel Iceta se le exige que se desmarque «públicamente» de la aplicación del 155. Si no lo hace, no habrá entendimiento entre comunes y socialistas.
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