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Sophia Lösche.
Decretan prisión incondicional para el presunto asesino de la joven alemana hallada calcinada en Álava

Decretan prisión incondicional para el presunto asesino de la joven alemana hallada calcinada en Álava

El transportista, que recogió a Sophia Lösche cuando hacía autoestop en su país, fue detenido en Jaén

DAVID GONZÁLEZ

Viernes, 22 de junio 2018, 11:04

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La jueza sustituta del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional ha decretado prisión incondicional para el presunto asesino de Sophia Lösche, la joven alemana de 28 años cuyo cuerpo apareció ayer, jueves, calcinado cerca de la gasolinera de la localidad alavesa de Egino. La decisión de esta magistrada se produce ante la gravedad del delito y por el claro riesgo de fuga del presunto asesino, Boujemaa L., de 41 años. Este camionero fue detenido el martes por la Guardia Civil en Bailén (Jaén) cuando trataba de cruzar a Marruecos. Con toda seguridad, deslizan fuentes judiciales, «se enfrentará a cargos por asesinato» cuando el caso pase a los tribunales.

En principio, a lo largo de hoy, viernes, este transportista ingresará en la prisión madrileña de Soto del Real. Mientras tanto continúa la investigación. El cuerpo de Sophia estaba «en avanzado estado de descomposición», según ha informado el Departamento de Seguridad. Es decir, que llevaba varios días fallecida, por lo que el crimen se produjo o en Alemania o en Francia, países por donde el transportista bajó hasta cruzar la frontera de Irún.

Hay que tener en cuenta que Sophia, una joven activista a favor de los inmigrantes y cooperante en Lesbos, desapareció el jueves 14 cuando hacía autoestop en la localidad alemana de Schkeuditz. En Egino, el único investigado por tan macabro hecho habría intentado quemar el cadáver para no dejar rastro sabedor de que existía una orden de detención internacional emitida contra él por la Policía alemana.

El cadáver de la víctima permanece en el Servicio de Patología Forense de Vitoria, donde se le practicará la autopsia, que permitirá desde la identificación oficial a certificar la causa de la muerte así como el momento aproximado en que acabaron con su vida.

Las diligencias del caso han sido remitidas al Juzgado de Instrucción número 3 de Vitoria que ha decretado el secreto de sumario a la espera de este informe crucial.

Una vez se conozcan los resultados, todo indica que el expediente judicial de este caso pasará a la Audiencia Nacional. Desde allí, probablemente, volverán a inhibirse en favor de un juzgado alemán o galo. Mientras se desvelan estas incógnitas, Boujemaa L. aguardará acontecimientos en un celda madrileña.

1.845 kilómetros a la fuga

Es un misterio qué sucedió durante esos 1.845 kilómetros de travesía a lo largo de Alemania, Francia y, por último, Álava. El camionero todavía seguiría adelante otros 600 antes de ser capturado.

Tras interrogar a testigos y barrer las diferentes cámaras de seguridad del área donde desapareció, la Policía alemana enseguida apuntó a este camionero como único sospechoso de la desaparición. Al constatar que había logrado pasar a Francia, se emitió una orden de captura internacional. La Ertzaintza, por ejemplo, estaba al corriente de la desaparición y de la posibilidad real de que el vehículo sospechoso cruzara por la red viaria vasca. Como así sucedió.

A pesar de ese aviso internacional, el ahora detenido no sólo atravesó el país vecino, sino que se internó en España sin mayores complicaciones. Se calcula que, como muy tarde, pasó por Biriatou el lunes. La investigación, bajo secreto de sumario por orden del Juzgado de Instrucción número 3 de Vitoria, determinará en próximas fechas si cuando paró cerca de la estación de servicio de Egino, Sophia ya estaba muerta o si presuntamente acabó con su vida allí mismo. El último vestigio de que seguía con vida data del jueves 14. Un mensaje de móvil redactado un poco más tarde de las 18.00 horas, cuando se montó en el traíler con consecuencias funestas.

Debido a esas nebulosas en el caso, durante buena parte de la tarde de ayer, agentes especializados, peritos forenses y una comisión judicial peinaron palmo a palmo el páramo enclavado en La Llanada. Buscaban el mayor número posible de indicios. El camión que conducía el único sospechoso del crimen también se someterá a un exhaustivo análisis. Cualquier evidencia de ADN marcará del devenir de la investigación, todavía en su fase embrionaria y en la que también participan Policía Nacional y Ertzaintza.

«Amenazas de muerte»

En Alemania, gracias a la concienzuda revisión del sistema de cámaras de seguridad de la zona donde se la vio por última vez, la Policía de aquel país conocía la marca, matrícula y hasta la rotulación del camión, que arrastraba un semirremolque. Tanta información sirvió para que este martes, efectivos de la Guardia Civil le dieran el alto a centenares de kilómetros del macabro escenario descubierto en Egino. Por fin empezaban a encajar todas las piezas. Aunque para Sophia ya fuera demasiado tarde.

Todo indica que víctima y sospechoso se conocieron el jueves 14, cuando este supuestamente le invitó a subir a la cabina de su camión. Debido a la implicación de Sophia con el colectivo inmigrante y, tras trascender desde los primeros días de su desaparición el origen magrebí del ahora detenido, su caso ha generado polémica en Alemania.

En declaraciones a la revista Bild, su hermano dijo ayer que «bajo ninguna circunstancia Sophia querría que la agitación racista se hiciera a su costa, como ya está sucediendo. Estamos recibiendo desde comentarios de odio hasta amenazas de muerte de personas de extrema derecha».

Una activista a favor de los inmigrantes y cooperante en Lesbos

Sophie Lösche vivía en Leipzig, una ciudad universitaria de 570.000 habitantes situada al noreste de Alemania. Había estuadiado Filología Alemana. Políticamente activa durante años, llegaría a presidir las juventudes universitarias del partido socialdemócrata alemán (SPD), durante varios cursos. Su principal deseo político, aseguraban ayer diferentes medios alemanes, era que Bamberg se convirtiera en una ciudad «más diversa».

Desde 2016, con el estallido de la crisis de refugiados, Lösche había viajado regularmente a la isla griega de Lesbos como voluntaria para la oenegé No Borders Kitchen. El pasado martes, su hermano, también político, miembro de Los Verdes, declaraba que Sophie se encontraba involucrada en «varias iniciativas contra el racismo, la libertad de movimiento y la apertura de fronteras».

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