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Agentes de Policía en el exterior del hospital sevillano de Valme. Raúl Caro (Efe)

El ascensorista del hospital donde murió un paciente niega la manipulación del aparato

El abogado de la acusación particular afirma que todo apunta a «un fallo humano»

Europa press

Sevilla

Jueves, 18 de enero 2018, 03:08

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El encargado del control del ascensor del hospital de Valme en la fecha del 20 de agosto, en la que murió la joven Rocío Cortés al ponerse en marcha el elevador con la puerta abierta, ha negado cualquier manipulación del aparato que provocara su funcionamiento.

El técnico ha declarado hoy como investigado en el juzgado de instrucción 1 de Sevilla, que instruye el accidente mortal, después de que dos peritos que han elaborado un informe se hayan ratificado en descartar "fallos técnicos, mecánicos o electrónicos" que provocaran que el aparato se elevara con las puertas abiertas, por lo que "se tendría que haber debido a una intervención humana".

El ascensorista ha respondido a las preguntas de todas las partes y según ha explicado el abogado de la acusación particular, José María Núñez, ha dicho que tras recibir el aviso de que el ascensor se había parado, intervino en la "maniobra de rescate" pero "no libera el freno, no puentea el circuito del ascensor para provocar el desplazamiento vertical del mismo".

"Niega que toda intervención suya sea propiciadora del siniestro", ha subrayado el letrado, que ha calificado de "precipitado" extraer conclusiones sobre lo ocurrido y "determinar responsabilidades", ya que además la jueza ha pedido un segundo informe pericial y la Policía Científica trata de recuperar los datos del ordenador interno del ascensor que "han desaparecido".

El informe ratificado hoy por los peritos recoge que desde que el celador que trasladaba en la camilla a Rocío Cortés -tras dar a luz a su tercera hija- llama por la red interna al centro de control para avisar de la avería hasta que el ascensorista llega al lugar del accidente, "transcurren tres minutos en los que no se tiene constancia" de sus actuaciones.

Con el informe pericial descartando cualquier fallo técnico, el atestado policial enviado al juzgado señalaba que "la única hipótesis factible es un fallo humano producido por una manipulación incorrecta del ascensorista de (la empresa) Orona", encargada del mantenimiento.

En su declaración hoy como investigado, el ascensorista ha afirmado que en el momento en que el celador da el aviso de la avería se encontraba "en su cuarto técnico de control" y tras el mismo "interviene en la maniobra de rescate" sin que previamente haga ninguna "manipulación o intervención" que provocara "el movimiento" del ascensor con las puertas abiertas.

El ascensor se puso en marcha en el momento en el que el celador empezaba a sacar la camilla de Rocío Cortés, que murió en el acto del golpe contra el techo al subir el elevador.

Los peritos "no dan ninguna explicación técnica" a que el ascensor se pusiera en movimiento con las puertas abiertas, por lo que han ratificado hoy que la única hipótesis factibles es "un fallo humano".

La jueza ha pedido un segundo informe pericial y la Policía Científica de Madrid examina el ordenador del ascensor del que "se han perdido los datos de la memoria" para "intentar recuperar" esa información que podría revelar si antes del accidente el aparato tenía alguna avería.

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