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Sánchez saluda anteanoche a los simpatizantes congregados en la sede de Ferraz. :: l. Piergiovanni / Efe
Sánchez se centra ahora en la batalla del Congreso Federal para apuntalar su victoria

Sánchez se centra ahora en la batalla del Congreso Federal para apuntalar su victoria

Adriana Lastra y José Luis Ábalos se perfilan para los cargos de portavoz en el Parlamento y número dos del PSOE

PAULA DE LAS HERAS

Martes, 23 de mayo 2017, 01:04

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No empezó el primer día de la segunda era sanchista precisamente en son de paz. La diputada asturiana Adriana Lastra, una de las componentes más destacadas del equipo que ha acompañado al ya restituido secretario general del PSOE hasta la victoria y posible portavoz en el Congreso, se despachó a primera hora de la mañana de ayer con una declaración que pone en cuestión los buenos propósitos de Pedro Sánchez respecto a los líderes territoriales que apoyaban a Susana Díaz. «Les pediría que pidieran disculpas a su militancia. En Asturias, Castilla-La Mancha, Aragón, Valencia... ha quedado claro que la militancia estaba en contra de lo que hicieron los últimos meses», dijo.

Sus contundentes palabras, durante una entrevista en Onda Cero, cayeron como una bomba incluso en sus propias filas. Sánchez ha dejado claro a los suyos que, de momento, quiere centrarse en que el congreso federal que debe ratificar su ejecutiva y su estrategia política entre el 16 y el 18 de junio salga lo «mejor posible». Eso implica no bajar la guardia y conseguir el máximo número de delegados en las asambleas que el partido va a celebrar entre mañana, 24 mayo, y el domingo 28 en toda España. Otra vez los ejércitos en marcha.

Lograr una mayoría de compromisarios en el congreso federal es clave porque son ellos, en representación de los militantes, quienes deciden en última instancia cuál es el proyecto del partido; quienes eligen a los miembros del máximo órgano de control, el Comité Federal y, lo más relevante, los que dan o niegan el apoyo a la dirección conformada por el nuevo líder. Así que la necesidad de integrar o no a los perdedores en la dirección depende también, en buena medida, de cuántos compromisarios tenga cada uno de los sectores de la formación.

A pesar de lo inapelable de la victoria de Sánchez el domingo, en su equipo dan por hecho que los barones no se rendirán y seguirán planteando batalla. Es más, aseguran que Susana Díaz ya ha dado orden a sus secretarios provinciales para que se pongan las pilas. «Es lógico que todos queramos ir con el mayor número de delegados posibles -apunta un sanchista-; nosostros para defender al secretario general y ellos, en unos casos para presionar y pactar y en otros para confrontar».

Cabe recordar además que Sánchez quiere que el completo programa con el que se presentó a las primarias -ese en el que inicialmente apostaba por la alianza con Podemos, luego matizada, y por la plurinacionalidad del Estado, limitada a su vertiente cultural- sustituya a la ponencia marco que elaboró la gestora susanista. Desea también que su modelo de partido, con consultas a las bases sobre los pactos postelectorales y sobre la revocación del secretario general, se imponga al actual sistema «de notables».

Con todo, en los últimos días, el secretario general electo ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad a los barones y ha asegurado que no alentará candidaturas alternativas para laminarlos en los congresos regionales. De ahí, que el paso de Lastra a la ofensiva generara alarma. Antes de nada, Sánchez quiere ir por las buenas, ver cómo respiran los secretarios regionales a los que estuvo enfrentado durante su anterior etapa al frente del partido y no confrontar. Dice que ha aprendido de sus «errores».

Marcar territorio

Pero no todos en su equipo comparten esa estrategia. Sí lo hace el secretario provincial de Valencia, José Luis Ábalos que, como Lastra, tiene muchas papeletas para ser portavoz parlamentario o secretario de Organización del nuevo PSOE. Otros, en cambio, desconfían de las promesas de lealtad que este lunes empezaron a llegar desde lugares como Andalucía o el Levante y defienden que hay que marcar territorio desde ya. El asunto es complicado porque significa poner en el disparadero a dirigentes que presiden comunidades autónomas. «Siempre se pueden ofrecer salidas dignas, como la presidencia del partido en la región -dice un colaborador de Sánchez- pero en casos como el de Galicia, Asturias, Aragón y la Comunidad Valenciana hay que hacerse con las secretarías generales».

No parece, visto lo visto, que la unidad vaya a caer del cielo. Todo apunta, más bien, a que habrá que ganársela a pulso en el congreso del mes que viene. Algunos apuestan, aún así, porque Sánchez sí incorporará a su futura dirección, sin demasiado reparo, al otro aspirante a la Secretaría General, Patxi López, y a algunos de sus colaboradores. Incluso hay quien se atreve a apostar porque propondrá al exlehndakari ser presidente. En el entorno del líder, sin embargo, no lo ven del todo claro. «Son -dicen- filtraciones de parte».

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