Herrera anuncia su retirada y desata la batalla en el PP de Castilla y León

madrid. El barón decano del PP, el último de la era Aznar, se retira de la presidencia del partido en Castilla y León. Por carta, y apurando los plazos, Juan Vicente Herrera trasladó ayer a Mariano Rajoy que no optará a la reelección en el cónclave del 1 de abril en Valladolid. «Tras 16 años al frente de la organización regional, la celebración de este próximo congreso ordinario ofrece la oportunidad más natural y razonable para el relevo», sostiene el dirigente castellano. Su retirada abre, sin embargo, un pugna inédita en la formación.

Hacía tiempo que Herrera se sentía tentado de soltar las riendas. Ya en la junta directiva regional del pasado 24 de febrero reconoció no haber dedicado a sus funciones en el PP el tiempo que el partido «merece». Fue entonces cuando instó a los suyos a abrir una reflexión sobre la posibilidad de seguir aunando en su figura las presidencias de la formación y del Gobierno regional o establecer una bicefalia.

Desde la cúpula nacional del PP siempre se ha buscado la continuidad de Herrera, valor electoral para los populares. Ya en los comicios autonómicos de 2015, el jefe del Ejecutivo logró convencer a su barón de la necesidad de que optara nuevamente a la Junta. Y en los últimos días Rajoy había encargado a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, la tarea de hacer ver al líder territorial la inconveniencia de que su retirada dividiera en dos a la organización.

Dos aspirantes

Los esfuerzos, sin embargo, han sido en vano. Hoy, el alcalde de Salamanca, Alfonso Mañueco, y el regidor de León, Antonio Silván, presentarán sus candidaturas. Y fuentes populares pronostican un «choque de trenes». La dirección nacional en la calle Génova sigue viendo con buenos ojos la opción de Mañueco. Voces del partido sitúan al coordinador general, Fernando Martínez-Maillo, obligado ahora a cierta neutralidad, entre sus partidarios. Mientras, Silván cuenta con sus afines en el entorno de Herrera. Pero las direcciones provinciales están divididas y los cargos del PP no se atreven a anticipar cómo se comportarán sus bases en la primera vuelta del proceso el próximo 17 de marzo.

El PP de Castilla y León, del que surgió José María Aznar, afronta una situación compleja. Pero Herrera cree importante «fortalecer y preparar» el partido siendo esta su última legislatura, por voluntad propia e imperativo legal, como presidente al frente de la Junta. Una decisión que contrasta con la manera de actuar de Rajoy, que sigue sin renunciar a un tercer mandato.