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MELCHOR SÁIZ-PARDO
Lunes, 6 de marzo 2017, 01:13
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El Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), la red de cámaras hiperpotentes y radares que controla el narcotráfico y la inmigración en la frontera del sur y levante peninsular y Canarias, se hace viejo aunque todavía no ha cumplido su mayoría de edad. La costosísima herramienta que tantos buenos servicios ha prestado a las fuerzas de seguridad del Estado desde que empezara a funcionar en 2002 y que se ha convertido en un eje fundamental en la seguridad nacional, tiene varios achaques graves, según revelan los documentos a los que ha tenido acceso este periódico. Pese a que el Ministerio del Interior ya ha comenzado los trámites para adjudicar la compra masiva de repuestos, los informes apuntan que algunos de los componentes más importantes de este 'gran hermano' ya han superado su «vida útil» y que cualquier reparación en realidad solo sería un parche.
La situación es «peliaguda», reconocen los técnicos. El sistema era puntero hace 16 años cuando comenzó a implantarse en Algeciras para ir luego expandiéndose a todo el litoral. El SIVE, que fue una innovación mundial, costó la friolera de 232 millones de euros solo entre 2000 y 2008. Pasados más de tres quinquenios, el sistema, aunque utilísimo, ya no es puntero. Comprar una nueva herramienta moderna de esta envergadura es algo impensable en un Ministerio que sigue con fuertes restricciones presupuestarias. Por lo que toca tirar de ingenio y «parchear» lo que se pueda del sistema que empieza a envejecer.
Fuerte desembolso
El 17 de febrero la Subdirección General de Gestión Económica y Patrimonial de Interior licitó el concurso para obtener las piezas a fin de «reparar sensores electro-ópticos y de radar averiados» del SIVE. Aunque solo se trata de repuestos, no es barato. Es uno de los concursos más importantes de los últimos tiempos de Interior con una dotación de 3.017.978 euros.
Pero esa solución no va a resolver por completo el problema, explican los técnicos consultados, porque buena parte del sistema, la más importante, a pesar de las reparaciones ya ha superado su vida útil, y se vaticinan más problemas en el futuro. «El material de repuesto que se pretende adquirir se requiere para hacer frente a las averías de la parte más crítica del SIVE, la de los subsistemas optrónico y radar», explica uno de los pliegos de la Guardia Civil. Ese documento reconoce que esos «subsistemas», que son básicos para localizar embarcaciones minúsculas a 10 kilómetros de distancia de la costa, han «alcanzado y superado su vida útil». Los documentos de Interior sobre el concurso admiten, además, que no saben si las piezas que se reclaman existen en el mercado.
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