Huelgas generales y movilizaciones permanentes

Se acercan meses de máxima tensión y según Toni Aira, director del máster de comunicación política de la Universitat Pompeu Fabra, uno de los momentos álgidos puede producirse cuando se celebre el juicio contra Carme Forcadell, presidenta de la Cámara catalana, que tiene dos causas abiertas por desobediencia y prevaricación. «Es una figura simbólica y es una especie de madre coraje del proceso, lo que provocará un punto de movilización muy fuerte», señala Aira. La presión de la calle es una de las principales bazas que tiene en su mano el independentismo, que se prepara para grandes manifestaciones e incluso acampadas en las plazas y calles, a modo de protestas permanentes.

Antonio Baños, exportavoz de la CUP, ha dicho esta semana que las manifestaciones como las del 11-S ya no serán suficientes, sino que serán precisas protestas de mayor calado y duración.

«El pueblo debe estar preparado para la inhabilitación de Forcadell», ha advertido Eduardo Reyes, diputado de Junts pel Sí, que ha apostado por la convocatoria de una huelga general, en línea con lo que defendió en su día Oriol Junqueras (todavía no era consejero de Economía), cuando abogó por paralizar la economía catalana durante una semana para forzar la negociación con el Gobierno central.