Borrar

El poder de convocatoria de Sánchez inquieta a sus rivales en el PSOE

Partidarios de Susana Díaz temen que el empeño en no confirmar aún su candidatura tenga un coste y los de López ven reducido su espacio

PAULA DE LAS HERAS

Domingo, 26 de febrero 2017, 01:25

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Pedro Sánchez confirmó el 28 de enero en Dos Hermanas (Sevilla) que lucharía por recuperar la secretaría del PSOE. Aquel acto -que nació del orgullo herido, después de que su exapoyo Patxi López anunciara su intención de pelear por el liderazgo del partido- fue una fiesta que congregó a más de 1.600 personas. Sus rivales vivieron aquello con una mezcla de cautela y desdén. Un mes y casi una decena de intervenciones después, unos y otros, los del exlehendakari y los de Susana Díaz, admiten su preocupación. No es ya que no descarten por completo su eventual victoria, sino que temen que el partido vaya de cabeza a una nueva fractura que, esta vez, puede ser insalvable.

En ambos sectores matizan que aún es pronto para hacer un análisis definitivo. Quedan casi tres meses para que se celebren las primarias, a mediados de mayo, y dos y medio para que comience de manera oficial la campaña, pero el exsecretario general ya ha presentado un programa detallado de su proyecto. Y a pesar de sus apuestas controvertidas y poco coherentes con el discurso que mantuvo durante los dos años que lideró el partido -desde el guiño a los socialistas catalanes con su apuesta por el reconocimiento de la plurinacionalidad hasta la asimilación de planteamientos de Podemos- su relato de fondo, el del líder derrocado por intentar mantener al PSOE en la izquierda, sigue eclipsándolo todo.

«Ahora, en la espuma -confían los afines a Patxi López- cuela todo porque estamos en un momento en el que lo que se mide es el fervor en los mítines, el número de comentarios en Twitter... pero en el momento en el que empiece a haber debates y en el que él mismo empiece a conceder entrevistas, muchas de las cosas que dice se le van a volver en contra porque son de respuesta imposible». Lo paradójico es que algunos de los que ahora pelean por la difícil victoria del exlehendakari, cuyo espacio se reduce en la enorme polarización entre Díaz y Sánchez, fueron los que ayudaron a crear al exsecretario general el discurso contra el que ahora combaten en un intento de sobrevivir a la derrota electoral del 26 de junio.

Ahora, el grupo de secretarios generales y excolaboradores del defenestrado líder son los que, en este momento, están en una situación más delicada. La vasca Idoia Mendía lo tiene más fácil, pero otros como la balear Francina Armengol o la madrileña Sara Hernández saben que se pueden encontrar en la tesitura de que en sus territorios, donde también debe celebrarse a partir de junio un congreso, su apuesta saque un exiguo porcentaje de voto. Y esa es una debilidad que los de Sánchez quieren aprovechar para invitarles a saltar de barco.

El martes de esta semana el propio aspirante al trono se citó a comer con Rafael Simancas, antiguo secretario general de Madrid y hombre fuerte de la candidatura de López, por mediación de José Féliz Tezanos, uno de los veteranos guerristas que se han incorporado en las últimas semanas al proyecto de Sánchez. Simancas asegura que ni intentaron convencerle de nada ni él tiene dudas de dónde debe estar. Pero la imagen era poderosa.

La épica de la rebelión

«Desde luego no hay que despreciar lo que está consiguiendo Pedro, pero tenemos que ser conscientes de que, de toda la gente que va a votar en unas elecciones sólo en torno a un 15% está dispuesto a movilizarse y los suyos lo están, entre otras cosas porque tiene un discurso con más épica que el nuestro -se cubren en el equipo del vasco-. Él llama a la rebelión y nosotros decimos: 'no, mire, vamos a hacer cambios pero con sentido común... Pues no es lo mismo'».

El argumento de que a los actos de Sánchez van siempre los mismos y que buena parte no son militantes ha quedado ya superado incluso para los 'susanistas', que también empiezan a confesar sus nervios. Algunos piden a la presidenta de la Junta de Andalucía que no demore su salto al ruedo. «El espacio perdido es espacio difícil de recuperar», dicen. Otros le recomiendan no quemar las naves tan pronto.

El caso es que aunque le acusen de falaz («¡Si él era socioliberal! ¡Si era pupilo de Miguel Sebastián!», se indignan) Sánchez ha logrado colgarse la etiqueta de revolucionario guardián de las esencias de la izquierda. Y visto el ejemplo de Brian Corbyn, el 'outsider' triunfador de las primarias laboristas, los oficialistas no están tranquilos. En respuesta, han empezado a cuestionar no ya su credibilidad, sino que lo que defiende tenga que ver con la socialdemocracia o el PSOE «auténtico», algo que sí reconocen a Patxi López.

Lo hicieron esta misma semana tres presidentes autonómicos, el aragonés Javier Lambán, el castellano-manchego Emiliano García-Page y el extremeño Guillermo Fernández Vara.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios