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Rivera no quiere tener barones en Ciudadanos

El líder liberal se blinda contra la aparición de dirigentes territoriales que contradigan el discurso de su ejecutiva

M. E. ALONSO

Lunes, 20 de febrero 2017, 00:27

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madrid. «Renovarse o morir». Lo pronunció Inés Arrimadas en su estreno como portavoz nacional de Ciudadanos. La líder de la oposición en Cataluña inauguraba así un nuevo capítulo en la historia del partido tras unos años de expansión acelerada a escala nacional, un crecimiento que no llevará aparejada la aparición de líderes territoriales con influencia en el partido. Albert Rivera no quiere barones.

La hoja de ruta de Ciudadanos fue aprobada de forma aplastante en su cónclave de la primera semana de febrero Madrid. Pero en el nuevo rumbo emprendido no todo son novedades. Rivera se resiste a la aparición de barones territoriales. «Todos los líderes están incorporados a mi equipo», justificó en una reciente entrevista. El dirigente centrista ha creado un comité permanente que decidirá el día a día de la formación y en el que ha excluido a los líderes territoriales de las tres comunidades con más afiliados de Ciudadanos, Madrid, Cataluña y Valencia. Pero en el que sí figura Arrimadas, a la que ha integrado en un lugar preferente para ganar visibilidad de cara a un posible adelanto electoral en Cataluña.

Ciudadanos nació en 2006 como un partido estrictamente catalán y desde 2015 se expandió con más o menos éxito por todas las comunidades. El secretario de Organización, Fran Hervías, diseñó entonces la estructura de la formación y su estrategia de implantación nacional con la idea siempre de blindarse contra la aparición de barones territoriales que pudiesen provocar ruido o distorsión.

La nueva dirección persevera en esa idea. «Cuando se generan baronías es porque se tienen distintos discursos en toda España y no es nuestro caso. Nosotros mantenemos el mismo discurso en todas partes», defiende Rivera.

Estructuras autonómicas

Tras aprender de los errores del pasado, Ciudadanos es consciente de que necesita ganar músculo autonómico para consolidar su posición nacional. Para ello, descentralizará su estructura para delegar la política autonómica en sus órganos territoriales y los llamados comités autonómicos actuarán como una ejecutivas regionales. Según reconoce Hervías, «tendrán competencias propias a la hora de decidir la acción política y la organización en sus respectivos territorios».

Los dirigentes autonómicos incorporados a la nueva ejecutiva tienen instrucciones para ir armando esa estructura que permita fortalecer a Ciudadanos a escala autonómica y municipal. Hasta ahora, la organización naranja tenía unas juntas directivas territoriales y un triunvirato con funciones ejecutivas formado por un portavoz, un delegado territorial y un coordinador autonómico. Tres cargos en cada comunidad, cada uno con su función, pero ninguno con el peso suficiente como para maniobrar por su cuenta.

El partido de Rivera elaborará además planes estratégicos para cada comunidad con el objetivo de tener presencia en aquellos territorios donde la formación liberal está fuera de las instituciones autonómicas como Navarra, País Vasco, Galicia, Canarias y Castilla-La Mancha.

La línea que se marcan desde la dirección es crecer para dejar de ser un partido satélite que apoya a un gobierno autonómico para convertirse a partir de 2019 en la formación que dirija ese gobierno.

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