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Gonzalo Sichar, junto a la eurodiputada Carolina Punset y otros compañeros de Ciudadanos, ayer en Madrid. :: sur
Los críticos de Ciudadanos lanzan una ofensiva contra Rivera en puertas del congreso

Los críticos de Ciudadanos lanzan una ofensiva contra Rivera en puertas del congreso

La eurodiputada Carolina Punset acusa al líder naranja de haber convertido al partido en la «marca blanca mala del PP»

MARÍA EUGENIA ALONSO

Sábado, 21 de enero 2017, 01:14

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MADRID. Si algo se les puede reconocer a los nuevos partidos, es que aprenden rápido, sobre todo de los viejos. Mientras Albert Rivera permanece impasible antes los embates internos negando la crisis y poniendo en valor los logros «conseguidos» por Ciudadanos desde que diera el salto a la arena nacional, los críticos hacen cada vez más ruido, poniendo en duda la imagen de «regeneracionista» que abandera el partido y denunciando prácticas que nada tienen que ver con la democracia interna de la que se jacta el líder naranja.

«Ciudadanos es necesario, pero no por este camino», alertó ayer Carolina Punset, que pidió un cambio de rumbo urgente en el partido liberal. La eurodiputada valenciana arremetió contra la dirección, a la que acusó de haber entregado el partido al PP y de querer derechizarlo con el cambio de ideario propuesto. A dos semanas del congreso de refundación de Ciudadanos, Punset denunció que el viraje ideológico emprendido por Rivera y su círculo, abandonando el ADN socialdemócrata, convierte al partido en una «mala marca blanca del PP».

La dirigente valenciana -hasta hace unos meses formaba parte del comité ejecutivo, un puesto al que renunció por sus diferencias con Rivera- reapareció en escena y con la escopeta cargada tras semanas de silencio. Denunció que Ciudadanos, una fuerza antinacionalista, lleva un año enfrascado en la estrategia de atraer el voto del nacionalismo moderado con un cambio en su discurso. Según explicó, ella misma fue testigo de este viraje en las reuniones del comité ejecutivo. «Es un error estratégico y un fraude ideológico», denunció Punset antes de lamentar la imagen de «veleta» que se ha ganado la formación con el «entreguismo» al PP.

Pero pese a sus discrepancias, no renunciará a su escaño en la cámara de Estrasburgo y tampoco dará el salto a la política nacional para competir por el liderazgo del partido con Rivera, al que considera un «buen presidente» y del que valora su valentía y que en su momento «se partió la cara» por sus ideas.

Acompañada por otros siete cargos públicos disidentes del partido liberal procedentes de la Comunidad Valenciana y Andalucía, Punset denunció la coacción que padecen los discrepantes con la línea oficialista del partido y acusó a la cúpula naranja de purgar cualquier voz crítica.

Impugnar las primarias

Los ataques de Punset amargaron al líder de Ciudadanos en una jornada en la que volvió al Parlamento de Cataluña, la Cámara que le vio nacer políticamente. Desde allí instó a las corrientes críticas con su gestión a «tener el coraje» de plantarle cara con una candidatura y dejar de «generar críticas desde el sofá de casa».

Pero la valenciana no fue el único dolor de cabeza de Rivera ayer. El colectivo TranC'sparencia pidió la impugnación de las primarias para elegir al presidente del partido previstas para el 26 y 27 de enero. Según explicó su portavoz, Diego Gutiérrez, la convocatoria es «nula de pleno derecho» porque vulnera los estatutos del partido. Al parecer, en la reunión del Consejo General del 19 de noviembre donde se aprobó la modificación estatutaria para que la elección del presidente y de su equipo se hiciese una semana antes del cónclave se llevó a cabo sin la mayoría absoluta necesaria. TranC'sparencia defendió que, dado que el consejo está formado por 65 miembros (los 60 vocales electos más los cinco integrantes del comité ejecutivo) la mayoría absoluta quedaría en un mínimo de 33, pero el acta refleja que fueron 30 votos a favor y 13 en contra por lo que la resolución sería nula.

Fuentes de la dirección defendieron la legalidad de la votación al argumentar que actualmente el número de miembros que componen el Consejo General es de 59 por lo que con los 30 votos afirmativos que se emitieron «había mayoría absoluta».

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