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Cifuentes y Rajoy en un acto del PP en las pasadas Navidades. :: De San bernardo
La cúpula del PP se enfrenta a una avalancha de 4.000 enmiendas para modernizar el partido

La cúpula del PP se enfrenta a una avalancha de 4.000 enmiendas para modernizar el partido

Ante la ausencia de debate sucesorio, en el congreso de febrero se discutirá sobre primarias, limitación de mandatos y acumulación de cargos

NURIA VEGA

Jueves, 19 de enero 2017, 00:59

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Los tiempos cambian y puede que los partidos también. Cinco años después del último congreso nacional del PP, los cuadros y militantes de la formación han demostrado a golpe de enmienda que esta vez piden la palabra. A la sede central de la calle Génova de Madrid han llegado 4.000 propuestas firmadas por las organizaciones territoriales y los compromisarios participantes en el cónclave del 10 al 12 de febrero, y que rectifican, matizan y complementan las ponencias coordinadas por los vicesecretarios en materia política, social, económica, educativa y europea.

La cifra supera con creces la de 2012, año en el que los delegados presentaron 1.532 enmiendas, y duplica la registrada antes del convulso congreso de 2008 en el que la continuidad de Mariano Rajoy se vio cuestionada. Ahora, con el liderazgo del presidente garantizado, los esfuerzos de dirigentes y afiliados se han volcado en poner a punto el partido y abordar debates quizá demasiado postergados.

Pese a que el lunes se cerró el plazo, las sugerencias de los compromisarios no dejaron de llegar. Como cabía esperar, la ponencia que suscita un mayor interés es la que aborda los principios políticos que definen al PP y los cambios en su normativa interna. 1.285 enmiendas se centran en este apartado, responsabilidad de Fernando Martínez-Maillo y sus colaboradores, que tendrán que ponerse ahora en contacto con cada proponente para tratar de integrar sus demandas en el documento base.

Desde el entorno del vicesecretario de Organización admiten que el objetivo es intentar negociar el máximo de iniciativas posible para evitar que la discusión se eternice en el congreso. Pero el debate está asegurado. Por primera vez, todos los compromisarios, los 3.128 elegidos por la militancia, podrán tener voz y voto sobre los cambios en los estatutos del partido y aprobar hasta dónde está dispuesto a llegar el PP en materia de democracia interna o limitación de mandatos.

De momento, el grupo de trabajo de Martínez-Maillo ha contactado ya con la organización madrileña para abordar en los próximos días su propuesta de primarias. El equipo de Cristina Cifuentes sorprendió la semana pasada desmarcándose del sistema de doble vuelta ideado por la cúpula del PP para la elección de líderes del partido y que otorga a los compromisarios, y no a los militantes, la última palabra. Hace tiempo que la presidenta de la Comunidad de Madrid pretende que sean los afiliados los que decidan de principio a fin el nombre de sus dirigentes. Pero hay cosas que el vicesecretario de Organización no está dispuesto a cambiar. «Podemos perfeccionar la doble vuelta, pero no cambiar el modelo de afiliados y compromisarios», advirtió el viernes.

La dirección está dispuesta, por tanto, a revisar porcentajes y condiciones para que prevalezca la opinión de los militantes. La última decisión, sin embargo, continuará en manos de los delegados.

Integrar al vencido

La de Cifuentes, en cualquier caso, no será la única reivindicación de primarias. El portavoz adjunto de los populares en el Ayuntamiento de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, ha registrado su propia propuesta. El edil plantea, además, que el ganador de los futuros congresos esté obligado a integrar en su dirección a las candidaturas perdedoras que hayan obtenido, al menos, el 10% de los respaldos de la militancia.

En su paquete de enmiendas figura también una reflexión sobre la «separación de poderes» entre el partido y el Gobierno, aunque asegura no tener en mente el caso de María Dolores de Cospedal. La situación de la secretaria general del PP, que también es ministra de Defensa, diputada nacional y presidenta de los populares en Castilla-La Mancha ha despertado, sin embargo, el malestar en la formación. Desde algunos territorios ven posibilidades de que prospere su filosofía de «una persona, un cargo». En principio, esta máxima cuenta con un consenso bastante general, aunque voces como la de la presidenta de la organización aragonesa, Luisa Fernanda Rudi, apuntan a la necesidad de no ser inflexibles.

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