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El secretario político de Podemos, Íñigo Errejón, ayer, en los pasillos del Congreso de los Diputados. :: santi donaire / efe
Errejón descalifica el giro radical  de Iglesias tras el 20-D

Errejón descalifica el giro radical de Iglesias tras el 20-D

ANDER AZPIROZ

Sábado, 14 de enero 2017, 00:23

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Las cartas ya están sobre la mesa ante la asamblea de Vistalegre II. Los anticapitalistas presentaron el jueves su proyecto político para el futuro de Podemos y ayer se les sumaron Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Las tres corrientes mayoritarias están de acuerdo en que el objetivo final es alcanzar la Moncloa tras las próximas elecciones generales. En lo que difieren, y mucho, es en el camino a tomar para asaltar los cielos. Tanto que se antoja poco menos que imposible un acuerdo que permita llegar a la Asamblea Ciudadana con una candidatura de unidad.

Mientras que los anticapitalistas abogan por iniciar una campaña de movilización popular sin precedentes, los 'errejonistas' llaman a no quedarse arrinconados en la izquierda, a atraer a los votantes moderados que aún tienen miedo de Podemos o a demostrar que se puede ser útil desde las instituciones. Entre ambos se sitúa un Iglesias que trata de mediar entre radicales y moderados, al menos de puerta hacia fuera, pero cuyo liderazgo interno se encuentra más cuestionado que nunca.

Además de las diferencias ideológicas, la presentación de los borradores políticos ha puesto de manifiesto lo que era un secreto a voces. Esto es, que Pedro Sánchez habría sido presidente del Gobierno si las tesis de Íñigo Errejón se hubieran impuesto en el debate interno que se abrió cuando Podemos se enfrentó a la disyuntiva de permitir un gobierno de PSOE y Ciudadanos que habría desalojado al PP del poder o forzar unas nuevas elecciones.

En su documento, Iglesias se felicita por no haber permitido el Ejecutivo de Sánchez, algo que, recalca, decidieron los militantes de Podemos por una amplia mayoría con la que, además, él estuvo conforme. «Nuestros inscritos demostraron claramente que no aceptaban esa opción (que, sin embargo, sí generó dudas legítimas entre sectores del Consejo Ciudadano Estatal en un debate que había tenido como precedente otro, unos meses antes, sobre la posibilidad de apoyar la investidura de Susana Díaz en Andalucía)». Para Iglesias, ambas posibilidades habrían asegurado «la tranquilidad de las élites económicas» y «las líneas maestras de las políticas acordes con la austeridad».

La lectura de Errejón es mucho más crítica. El secretario político se ha expresado sin pelos en la lengua desde que dio el paso de reconocer sus profundas discrepancias con Iglesias y esa misma contundencia la ha empleado a la hora de elaborar su propuesta política. El número dos de Podemos no aborda la conveniencia o no de haber permitido la investidura de Sánchez, pero sí considera que «la gestión de las negociaciones de gobierno improductivamente y la percepción de inmadurez y soberbia por una parte importante de nuestro potencial electorado explican los resultados del 26-J, en los que la confluencia con IU no pareció funcionar». Errejón censura así la forma en que Iglesias tensó la cuerda hasta romperla con gestos como el de comparecer ante los medios con sus 'ministrables' antes de trasladar la oferta de una coalición al entonces líder de los socialistas.

Para Errejón, los seis meses que transcurrieron entre las generales de diciembre y las de junio son la clave del fiasco de Unidos Podemos el 26-J, donde la coalición de izquierdas se dejó un millón de votos. La causa está, afirma, en su propuesta, en el giro hacia posturas radicales impulsado por el secretario general desde el 20-D. Según se señala en el documento de los 'errejonistas', para al futuro «es fundamental corregir el rumbo de los últimos meses y volver a disputar el sentido común y las nociones centrales para los españoles». En esta línea el secretario político insiste en su defensa de la transversalidad frente a la tradicional división entre izquierda y derecha. «A la fuerza de los de arriba -apunta- no se le puede oponer la izquierda, sino la mayoría heterogénea y mestiza de los de abajo».

Relación con los socialistas

La relación con los socialistas es también objeto de revisión por parte de Errejón. Frente a la política de choque de trenes que mantiene Iglesias con el PSOE, el número dos de Podemos aboga por tender puentes allá donde se volaron durante los últimos meses. No se trata de una cuestión ideológica, sino de «habilidad política», especifica Errejon. Así, defiende que «abordar una relación con el PSOE de manera inteligente y laica ha sido siempre mucho más productivo para Podemos que la negación obsesiva y choque frontal». Eso sí, los 'errejonistas' aseguran que «Podemos está perdiendo un tiempo precioso al no aprovechar la crisis existencial del PSOE».

Tras publicarse el manifiesto de los 'errejonistas, Iglesias mostró sus discrepancias con las críticas. Según reconoció, a lo largo de estos meses Podemos ha podido cometer errorer, pero entre ellos no figura el haber seguido el mandato de la militancia al rechazar la investidura de Sánchez o al presentarse a las generales de junio junto a IU.

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