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Albert Rivera, ayer, momentos antes de comparecer en rueda de prensa en el Congreso. :: Kiko Huesca / efe
El Gobierno buscará negociar los Presupuestos con el PSOE pese a su rechazo inicial

El Gobierno buscará negociar los Presupuestos con el PSOE pese a su rechazo inicial

NURIA VEGA

Miércoles, 9 de noviembre 2016, 00:49

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madrid. Cuando Cristóbal Montoro ponga sobre la mesa del Consejo de Ministros el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, el Gobierno deberá tener ya la garantía de que el texto saldrá adelante en el Congreso. Con ese objetivo, el equipo de Mariano Rajoy da los primeros pasos de esta legislatura con la cautela que obliga ser «la mayoría minoritaria» del PP. Por ahora, las negociaciones no han comenzado, y aunque todo apunta a que Ciudadanos y el PNV son socios potenciales para aprobar las cuentas, en la Moncloa advierten de que su prioridad sigue siendo sumar al PSOE al acuerdo.

El PP señala que la iniciativa la tomará el ministro de Hacienda en las próximas semanas y que será él quien lleve las riendas de la negociación. A la espera de conocer el mecanismo, fuentes gubernamentales anticipan que Montoro dispondrá de un borrador inicial, «una base mínima», sobre la que intercambiar propuestas para ir elaborando de manera conjunta con las formaciones el proyecto final.

Los tiempos los marcará la aprobación del techo de gasto para 2017, imprescindible para la elaboración de los Presupuestos y que según fuentes de Hacienda podría aprobarse el 18 de noviembre, una vez que concluya el diseño del organigrama del Gobierno con el nombramiento, este viernes, de los secretarios de Estado.

Los socialistas avanzaron ayer, sin embargo, que el 'no es no' con el que se negaron durante meses a favorecer un Gobierno de Rajoy, se escenificará ahora en el debate presupuestario. Entienden que virar del rechazo rotundo a la abstención para permitir la investidura del presidente fue un sacrificio que no llevaba aparejado ningún compromiso de legislatura y, menos aún, el de asumir un reparto de las cargas económicas que intuyen que no compartirán.

Sin ambages, el portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, descartó ya no sólo el apoyo a los Presupuestos, sino también una abstención que posibilite su puesta en marcha. «Siempre hemos votado en contra», insistió tras recordar que el año pasado presentaron hasta 5.000 enmiendas. Así, la única rendija que admite el dirigente socialista es que el Gobierno dé la vuelta al calcetín del proyecto que aún no ha cerrado. «Si nos aceptan las 5.000 y parecen unos Presupuestos presentados por el PSOE, pues a lo mejor -apuntó-, (...) pero me da la impresión de que es imposible que los apoyemos ni al principio ni al final».

El grupo parlamentario socialista se plantea incluso «intentar formar mayorías» para enmendar el proyecto. Se trataría de reafirmarse en el papel de líder de la oposición, pero Podemos plantará cara. El cambio de discurso del PSOE, que finalmente permitió la investidura de Rajoy, le sirve a los de Pablo Iglesias para cuestionar los planes de la segunda fuerza política. «Son el mismo PSOE que nos juró y perjuró que no se iban a abstener», argumentó Íñigo Errejón, que ve a su rival como «rehén» del PP.

Socio de investidura

Mientras tanto, Ciudadanos, con interés en que las 150 medidas de su pacto de investidura se vean reflejadas en los Presupuestos, saca pecho de cada compromiso que arranca al Gobierno, como impulsar la Ley Integral del Autónomo que ya figuraba en el acuerdo de agosto, y ofrecer la imagen de un partido que marca la agenda de la legislatura.

En este sentido, el objetivo del equipo de Albert Rivera es sentar al Ejecutivo en una mesa de negociación, pero no es esa la foto política que gusta al PP, que recuerda que Ciudadanos se negó a ser «socio de legislatura». La idea de Mariano Rajoy es que la formación liberal acuerde ministerio a ministerio el desarrollo de cada medida. Todo deberá respetar además, recuerda el titular de Economía, Luis de Guindos, los compromisos de estabilidad presupuestaria con Bruselas. Ese será el argumento que esgrimirá el Gobierno para marcar sus límites en el proceso de negociación.

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