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El presidente de la gestora, Javier Fernández, atiende ayer a los periodistas en el hotel de La Reconquista, centro neurálgico de los Premios Princesa de Asturias. :: José Luis Cereijido / efe
El PSOE se inclina por una abstención global frente a una parcial de 11 diputados

El PSOE se inclina por una abstención global frente a una parcial de 11 diputados

El debate llegará aún así vivo a la reunión clave del Comité Federal sobre la investidura de Rajoy

PAULA DE LAS HERAS

Sábado, 22 de octubre 2016, 01:14

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No hay ya, entre los cuadros del PSOE, ni la más mínima duda de qué deparará el Comité Federal de mañana. El interrogante ha dejado de estar en si se impondrá o no, como «mal menor», la abstención en la investidura de Mariano Rajoy. La duda (bien es cierto que mínima) está ahora en cómo se materializa esa posición. Si prosperan las tesis de la gestora -o por decirlo de otro modo, de Javier Fernández y de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz- será una abstención colectiva. Si lo hacen la de algunos barones, como el presidente castellano-manchego Emiliano García Page, se reducirá a un 'sacrificio' de once diputados, los mínimos necesarios para no bloquear la formación de l Gobierno.

La segunda opción tiene, para sus defensores, una doble virtud: evitaría escenificar la fractura que, a todas luces, se producirá con la dirección del PSC -que ya ha adelantado su determinación de votar 'no' independientemente de cuál sea la postura que adopte el máximo órgano de decisión socialista- y, además, aducen, podría ser más fácil de entender por una militancia sublevada ante la idea de que su partido facilite la continuidad de un Ejecutivo popular. Pero tiene pocos visos de prosperar.

En la dirección interina del partido, activa desde el traumático Comité Federal del 1 de octubre, argumentan que ha llegado el momento de dejar de ser ambiguos y de dar la cara. «Existen unas razones políticas para permitir que arranque la legislatura y no ir a unas terceras elecciones y tenemos que saber explicarlas sin tapujos y sin vergüenza», dicen fuentes de la gestora. «Algunos lo que pretenden es simplemente salvar la cara frente a las bases mientras otros se queman y eso no es justo», añade otro dirigente.

Quienes querrían que la mácula quede reducida al mínimo apuntan incluso a quiénes serían los once penitentes: los siete integrantes de la dirección parlamentaria, con su portavoz Antonio Hernando, a la cabeza; los dos miembros de la Mesa del Congreso, Micaela Navarro y Juan Luis Gordo, y los dos que forman parte de la gestora, Ricardo Cortés y María Jesús Serrano. En la gestora, sin embargo, insisten con cotundencia: «Lo que determine el Comité será de obligado cumplimiento para todos».

Temor

La abstención mínima es la salida de consuelo para los 'sanchistas' que siempre han defendido el 'no' (y que mantendrán su posición, ahora minoritaria, en el cónclave del domingo), pero también para aquellos dirigentes territoriales que, pese a contribuir a la caída del ex secretario general (al que veían dispuesto a un pacto de gobierno que descansara sobre los independentistas) aún albergan dudas sobre el coste de la abstención. Es el caso de aquellos que gobiernan en minoría gracias al apoyo externo de Podemos, García- Page, el valenciano Ximo Puig e incluso el aragonés Javier Lambán.

Muchos diputados temen la reacción de unas bases que ha expresado sus recelos con contundencia. «Yo estoy seguro de que tras la investidura miles de militantes nos van a abandonar», admite incluso un miembro de la gestora. La iniciativa del alcalde de Jun, que lleva varias semanas recogiendo firmas a favor de un congreso extraordinario inmediato, da buena pauta de cómo están los ánimos. Él asegura haber recabado más de 80.000 e, independientemente de que todas sean válidas -cosa que en la dirección cuestionan, dados los precedentes del regidor granadino en campañas similares- su éxito refleja un claro malestar.

Aún así, o precisamente por eso, la actual cúpula del partido entiende que hay que evitar posiciones «vergonzantes». Además, perciben que hacer componendas carece de sentido una vez que la mayor parte de los secretarios regionales que apoyaban a Sánchez han dejado claro que los diputados de su federación cumplirán la decisión que adopte el Comité Federal. Incluso pesos pesados de la anterior ejecutiva como el secretario de Organización, César Luena; la de Política Municipal, Adriana Lastra, o la de Participación, María González Veracruz, han asegurado que mantendrán la disciplina de voto, como exigen los estatutos, más allá de que cuestionen la legitimidad de una posición no avalada en una consulta a las bases.

La cuestión del PSC parece más difícil de encauzar, pero con todo Javier Fernánez es partidario de seguir intentándolo hasta el final. La crítica que se hace a los socialistas catalanes desde algunos territorios es clara: «Si van a participar en la votación del máximo órgano de dirección tendrán que asumir lo que decida. Eso es democracia. ¿O van a a hacer como Donald Trump, que asume el resultado sólo si gana?». Si finalmente se produce el choque, son varios los dirigentes que abogan por revisar el protocolo entre ambos partidos y estudiar una escisión.

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