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La abstención frente a Rajoy se abre camino entre la mayoría del PSOE

PAULA DE LAS HERAS

Miércoles, 19 de octubre 2016, 00:27

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Nada permite pensar que la gestora del PSOE esté en condiciones de evitar un choque sin precedentes con las bases del partido si el Comité Federal que se celebrará el domingo opta -como hará casi con toda seguridad- por una abstención que allane el camino al gobierno de Mariano Rajoy. Pero la reunión que este martes celebró el órgano interino con diputados y senadores en la Cámara alta sirvió al menos para conjurar el riesgo de una brutal fractura en el grupo parlamentario. Sobre todo, después del pronunciamiento clave del que fuera número dos de Pedro Sánchez.

«Todos debemos cumplir lo que decida el partido», dijo tajante a las puertas del encuentro el exsecretario de Organización, César Luena. No es la primera vez que el que fuera responsable de hacer cumplir la disciplina de voto en la formación hasta el pasado 1 de octubre descarta incurrir en desacato. Pero esta vez sus palabras no sonaron a planteamiento exclusivamente personal sino a llamamiento a sus fieles.

Tal y como están las cosas, de hecho, la rebelión contra la abstención en la sesión de investidura podría acabar reduciéndose a los siete diputados del PSC y algún otro díscolo suelto como la aragonesa Susana Sumelzo -que hasta ahora se mantiene en el 'no'- o los dos diputados de baleares fieles a su presidenta, Francina Armengol. Un incendio más gestionable de lo que cabía augurar hace tan solo unos días.

Ni excríticos ni exoficialistas tienen la menor duda de que los partidarios de evitar unas terceras elecciones tienen mayoría en el máximo órgano de decisión interna. Lo único que discuten es cuán abrumadora será la victoria. Los afines a la gestora aseguran que «doblarán» a quienes aún siguen anclados en el 'no es no' y los 'sanchistas' apuntan a un resultado similar al que provocó la dimisión de su líder hace dos semanas y media (132 votos frente a 107).

El problema vendrá después, cuando haya que gestionar la abstención. «Sé de lo que hablo; yo sí he escuchado lo que tenían que decir los militantes en mi agrupación y sé que sus advertencias no eran fruto de un calentón. Vamos a ver cómo mucha gente rompe su carnet», vaticina un partidario del 'no'.

Convencer

Los más posibilistas llaman a la calma. «Habrá un primer momento difícil pero solo hay una forma de convencer a las bases de que hemos hecho lo correcto y es con la propia actividad parlamentaria; vamos a tener mayoría para tumbar la obra política de Rajoy», replica un contrario a ir a elecciones. Este mismo martes, la Mesa del Congreso rechazó los vetos del Gobierno a la proposición de ley socialista para derogar el calendario de aplicación de la ley de educación (Lomce) y otras cuatro iniciativas. Y la comisión de Interior aprobó la reprobación de Jorge Fernández Díaz como ministro del Interior.

A nadie se le escapa, aún así, que llegar a un clima de normalidad llevará tiempo. Pese a su llamada a la disciplina de voto -a la que se unió también la exsecretaria de Política Municipal, la asturiana Adriana Lastra- César Luena no se ahorró una advertencia. «Aun siendo legítima [la posición que adopte el Comité Federal] estará deslegitimada en el fondo político por no escuchar a los militantes, que son los que tienen que tener la voz», dijo.

Los 'sanchistas' han evitado hacer demasiado ruido en las dos reuniones que, hasta ahora, ha mantenido Javier Fernández con el grupo parlamentario. En la de este martes, por ejemplo, sólo hubo tres intervenciones de diecisiete a favor del 'no' a Rajoy: la del exalcalde donostiarra Odón Elorza; la de la exmagistrada Margarita Robles y la del catalán Marc Lamua (aunque en el tintero se quedó la intervención del castellano-leonés Ander Gil, que también había solicitado un turno de palabra). Sin embargo, a largo plazo no dan su batalla por perdida.

Los vencedores de la batalla fraticida que se jugó la última semana de septiembre saben que Pedro Sánchez hará lo posible para preparar su regreso. De momento, el exsecretario general guarda silencio. En estos días deberá decidir cómo actúa en lo inmediato, pero son muchos los que creen que acabará entregando el acta de diputado para evitar tener que elegir entre abstenerse o votar 'no', y evidenciar que son pocos los parlamentarios que le siguen.

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