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Rajoy conversa con Sánchez durante su encuentro del 2 de agosto en el Congreso. :: GERARD JULIEN / afp
Rajoy hará un último intento con Sánchez después de cerrar el acuerdo con Ciudadanos

Rajoy hará un último intento con Sánchez después de cerrar el acuerdo con Ciudadanos

El PSOE comunicó a la Moncloa su negativa a dialogar hasta tener el documento con el que el candidato del PP se someterá a la investidura

NURIA VEGA

Sábado, 27 de agosto 2016, 01:06

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madrid. En el cuartel general del PSOE preparan la artillería para hacer frente a un acuerdo, el de PP y Ciudadanos, que, pese a no estar cerrado, sitúan ya en el marco ideológico de la derecha. A cuatro días del debate de investidura, la música de las negociaciones, especialmente en materia de corrupción, sirve a los socialistas para comenzar a edificar su discurso contrario a un gobierno de los populares sustentado por Albert Rivera. Y aun así, tanto el equipo del presidente del Ejecutivo en funciones como el del líder de la segunda fuerza política garantizan que antes del 30 agosto, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se reunirán para reafirmarse en sus posiciones.

En la Moncloa, en el mismo escenario en el que el viernes pasado se anunciaba un contacto «inminente» con el PSOE, la vicepresidenta reiteraba ayer la voluntad de establecer una cita antes de que el candidato del PP acuda el martes al Congreso a exponer su programa de gobierno. «Nosotros creemos que esa reunión es importante, seguimos insistiendo en su necesidad», confirmó Soraya Sáenz de Santamaría tras el Consejo de Ministros.

La «lógica», admiten en la dirección del PP, apunta a que «un minuto después» de firmar el pacto con Ciudadanos, Rajoy telefoneará a Sánchez para comunicarle que cuenta con el aval de 170 diputados, un 48,5% de la Cámara, y reclamar su colaboración. «A ver quién es el guapo que dice no», dicen parafraseando al presidente de Extremadura, el socialista Guillermo Fernández Vara. En el Gobierno buscan hacer valer la fuerza de ese bloque articulado con los respaldos del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria, que sigue quedándose a seis escaños de la mayoría absoluta pero que, a juicio de la vicepresidenta, «coloca» al PSOE en la responsabilidad de reflexionar sobre una abstención.

«Pido al señor Sánchez y a su partido que sean muy conscientes de lo que demandan las circunstancias y el momento en que vivimos», instó agitando el fantasma de la inestabilidad económica. Las apelaciones a los socialistas se suceden en las filas del PP, donde aun así reconocen que sólo un milagro haría cambiar de opinión al PSOE, al menos en esta primera sesión de investidura. «Que recapacite», recomendaba el vicesecretario de Organización y negociador de los populares, Fernando Martínez-Maillo.

Pero la respuesta que, una vez levante teléfono, obtendrá Rajoy de su adversario no desatará ni la euforia ni la esperanza en el PP. La secretaria general de los socialistas vascos avanzaba ayer en RNE que su líder «seguramente» atenderá la llamada del presidente, pero para consolidar su postura de partida. «Está siendo coherente y leal con la decisión que tomamos en el comité federal todos los socialistas, no va a acordar con el PP, va a escucharle, pero va a decirle que mantenemos el voto en contra a su investidura», confirmó Idoia Mendia.

Los tiempos del PSOE

Esta vez, los tiempos de Rajoy han venido determinados por el PSOE. Fueron los socialistas quienes a principios de semana se negaron a mantener una reunión con el PP hasta que el acuerdo con Ciudadanos no quedara cerrado. Según fuentes socialistas, el jefe de gabinete de Sánchez, Juan Manuel Serrano, trasladó al del presidente, Jorge Moragas, que no habría diálogo sin el documento con el que el candidato popular se presentará a la investidura.

Este no ha sido el primer desencuentro entre los dos equipos. El 17 de agosto, el PSOE rechazaba la oferta de consensuar la fecha de investidura, que al establecerse finalmente en el día 30 obliga a convocar las terceras elecciones en Navidad si fracasa la negociación. Cabe la posibilidad, como contemplan socialistas y populares, de reformar la ley electoral para acortar la campaña una semana y poder votar el 18 de diciembre.

Pero Sáenz de Santamaría advierte a Sánchez de que la mejor manera de evitar unos comicios que «dañarían el sistema» es llegar cuanto antes a un acuerdo.

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