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Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se saludan, ayer, al comienzo del encuentro que mantuvieron en el Congreso de los Diputados. :: Óscar chamorro
Rajoy no ablanda a Sánchez y avisa de que el 'no' del PSOE conduce a elecciones

Rajoy no ablanda a Sánchez y avisa de que el 'no' del PSOE conduce a elecciones

El líder del PP renuncia a entregar al socialista una propuesta concreta ante su firme negativa a negociar

PAULA DE LAS HERAS

Miércoles, 3 de agosto 2016, 00:37

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No hubo ni el más mínimo acercamiento. Si Mariano Rajoy creía que Pedro Sánchez se ablandaría, una vez sentados frente a frente, o que podría sentirse presionado por el hecho de que él ya sea el candidato a la presidencia del Gobierno propuesto por el Rey, erró gravemente. El líder del PP ni tan siquiera se molestó en entregar al del PSOE documento alguno sobre el que negociar, en el encuentro de cerca de una hora que ambos mantuvieron, por segunda vez desde el 26 de junio, en el Congreso. Según fuentes cercanas al secretario general de los socialistas, el 'no' inicial a un ejecutivo conjunto fue tan claro y rotundo que el político gallego entendió el mensaje y se retrajo.

En su comparecencia posterior ante la prensa, aun así, Rajoy sí explicó que, aunque una gran coalición sea su primera opción, estaría dispuesto a conformarse con otros «niveles» de entendimiento u otras formas de «colaboración parlamentaria» que puedan garantizarle una mínima gobernabilidad. Y aseguró que podría hablar sobre algunas de las propuestas incluidas en el documento que el PSOE y Ciudadanos acordaron la pasada legislatura para la investidura de Sánchez o, incluso, sobre los ocho asuntos que los socialistas fijaron como principales ejes de su proyecto alternativo en el Comité Federal que siguió a las elecciones del 20 de diciembre.

Ese documento -el mismo en el que, por cierto, también se defendía el voto en contra de un Gobierno de Rajoy y del PP- proponía ocho grandes acuerdos: para «una recuperación justa»; por la Educación, la Ciencia y la Cultura; por la regeneración democrática; en defensa del Estado de Bienestar; contra la violencia de género; para la reconstrucción del Pacto de Toledo; una ponencia parlamentaria para renovar la Constitución, y el cumplimiento de los compromisos con Europa.

El líder del PP afirmó que su idea es crear, de hecho, cuatro grupos de trabajo para desbrozar el camino hacia un consenso. «Estoy dispuesto a cambiar puntos de vista porque creo que es posible, además de necesario. Ambos estamos de acuerdo en el marco de convivencia de la Constitución española y en el acervo europeo y eso -argumentó Rajoy- une mucho». Esa mera coincidencia en las reglas básicas de juego (que por otro lado aceptan, con matices, casi todos los partidos del arco parlamentario salvo los 'desobedientes' independentistas catalanes) es, oficialmente, la razón por la que el popular no se plantea buscar otros apoyos para la investidura que no sean los del PSOE y Ciudadanos.

Sin alternativa

Su empeño en que no hay margen para formar Gobierno con la ayuda de otros aliados es absoluta. Pese a la insistencia de Sánchez en que debe hablar con «las derechas» -PP, Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria quedarían a sólo un escaño de la mayoría absoluta-, Rajoy advirtió de que los españoles tendrán que volver a las urnas si el PSOE no se mueve. Sin medias tintas. «La única alternativa a es esta propuesta sería la repetición de elecciones, salvo que Sánchez tenga en mente otra cosa que yo -dijo- desconozco».

Si la tiene, de momento, la sigue guardando en secreto. En público, el secretario general del PSOE se limita a repetir una y otra vez que ahora es el momento de Rajoy, que éste debe ser consciente de que no tiene mayoría absoluta y que, por lo tanto, tiene que estar dispuesto a cambiar algunas de sus políticas. Pero que ni siquiera así puede esperar otra cosa que el voto contrario de su partido a la investidura. Otra cosa, dijo ayer, es que si logra la confianza del Congreso para ser reelegido presidente él esté dispuesto a negociar desde la oposición asuntos de Estado como las pensiones, la Educación o una reforma de la Carta Magna.

El caso es que, ahora mismo, las opciones de Rajoy están en vía muerta. Y salvo que, contra todo pronóstico, la entrevista que hoy celebra con Albert Rivera permita desencallar la situación, no hay visos de solución porque el líder de Ciudadanos sólo se movería de la «abstención técnica» a un 'sí' que puede obligar al PSOE a abandonar el bloqueo si el PP presentara otro candidato.

El jefe del Ejecutivo afirmó ayer que tiene intención de reunirse también con otros partidos «que comparten el marco constitucional», pero no dijo cuáles y, además, no a todos pretende pedirles apoyo, según explicó. Todo son incertidumbres. Por no aclarar, Rajoy ni siquiera ha despejado aún la duda de si se presentará a la investidura aunque no tenga votos para superarla; si bien no habría otra forma de que haya nuevas generales. Hoy volverá a reunirse con el Rey, que ha regresado de Mallorca para su audiencia semanal, y le contará cómo ve las cosas.

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