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Soraya Sáenz de Santamaría, ayer, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. :: efe
Rajoy no renunciará a la Presidencia para desbloquear la investidura

Rajoy no renunciará a la Presidencia para desbloquear la investidura

Sáenz de Santamaría no descarta un retraso en el debate, pero fija el límite en la tercera o cuarta semana de agosto para que haya Presupuestos

ALFONSO TORICES

Sábado, 23 de julio 2016, 00:55

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Si es cierto que Albert Rivera nunca dará el 'sí' a un presidente del Gobierno popular mientras Mariano Rajoy sea el candidato, como ayer mismo reiteraron los principales portavoces de Ciudadanos, todo apunta a que el Rey cerrará la ronda que realizará la semana próxima para proponer un aspirante a la investidura con la constatación de que el bloqueo político para la formación de Gobierno, que hace dos meses y medio le obligó a repetir elecciones, se mantiene.

La vicepresidenta del Gobierno dejo ayer claro que la renuncia del líder del PP, su sacrificio político para que Riverá apoye al Ejecutivo y ponga al PSOE en la casi obligación de tener que abstenerse y permitir la investidura del nuevo candidato popular, nunca se va a producir. Es algo que no contempla Rajoy ni la cúpula de su partido. A día de hoy, pura ciencia ficción.

Soraya Sáenz de Santamaría zanjó la posibilidad, también apuntada en el manifiesto firmado el jueves por varios exministros socialistas y excargos populares, con el argumento de que las elecciones del 26 de junio fueron «un test de claridad» y que sirvieron «para poner las cosas en claro». Recordó que Rajoy fue el único candidato que recibió en solo seis meses 640.000 respaldos y 24 escaños adicionales de los españoles, y que lo logró porque «el PP y su candidato merecieron más su confianza». «Cuando los ciudadanos hablan hay que respetar su voluntad», afirmó y cerró la puerta.

La número dos del Ejecutivo en funciones intentó desmarcarse de las negras perspectivas a que apunta por ahora la investidura de su líder. Además de insistir en las llamadas a la responsabilidad a Ciudadanos y PSOE, porque España «necesita un Gobierno rápido», descartó las críticas que ha comenzado a recibir Rajoy entre los que piensan que se encamina a una ronda de consultas sin haber hecho prácticamente nada desde los primeros encuentros con los líderes políticos de hace más de una semana.

El presidente, relató, está «muy activo» y trabaja «con intensidad» en «contactos constantes, pero discretos» con muchos representantes sociales, fundamentalmente políticos. «Veo -añadió- al presidente en una actitud muy positiva y trabajando todo lo que puede» para lograr sus objetivos, un Gobierno con cierta estabilidad que sea capaz de afrontar los retos urgentes del país, como son el cumplimiento de la nueva senda de déficit que va a marcar la UE y la aprobación de unos Presupuestos para 2017.

Sáenz de Santamaría no ocultó que, ante el enrocamiento del PSOE, el objetivo fundamental de Rajoy, el que centrará sus esfuerzos antes de ver a don Felipe, es convencer a Rivera de que se avenga a negociar un 'sí' a cambio de aceptar algunas de las principales reformas que reclama o, incluso, de su entrada o la de otros de sus correligionarios en el Gobierno.

Además de promesas, Rajoy también apela a su responsabilidad institucional para que España no se paralice en un momento en que la UE la mira con lupa, y ataca su flanco débil con la posibilidad de que, si el PP fracasa en la investidura, no solo existe la amenaza real de unas terceras elecciones sino también de que Pedro Sánchez intente antes poner en pie un Ejecutivo con Podemos y los independentistas. Partidos nacionalistas que, según repite, están totalmente excluidos de cualquiera de los acuerdos de investidura que buscan los populares.

Malos augurios

Moncloa trata de inyectar ciertas notas de optimismo de cara a la ronda con el Rey, como que Rajoy está tan convencido de que se investirá que ya prepara el grueso de su discurso para cuando le haga falta.

Sin embargo, los mensajes de los principales portavoces del PP indican que el bloqueo político es real. El miembro de la dirección Javier Maroto admitió que PSOE y Ciudadanos no mueven sus posiciones pese a los insistentes contactos. Dijo que los socialistas se cierran a cualquier diálogo y que Ciudadanos está dispuesto a hablar de Presupuestos y otras reformas, pero solo si hay Gobierno, porque ahora no quiere acuerdo alguno. Su compañero en la cúpula popular, Fernando Martínez-Maillo, corroboró lo anterior y se cebó con los de Rivera en una cierta señal de impotencia. «Sinceramente, Ciudadanos está jugando con fuego», aseguró.

Sus palabras coinciden con el mensaje oficial de Ciudadanos y PSOE. El primero no se moverá de la abstención y el segundo, del 'no'. El portavoz socialista, Antonio Hernando, dijo ayer, rotundo: «No hay conversaciones con el PP. Nuestra posición es definitiva. Votaremos 'no' a la investidura de Rajoy».

Lo cierto es que la vicepresidenta no descartó que los planes de Rajoy, que aspiraba a celebrar la sesión de investidura entre el 2 y el 5 de agosto, puedan retrasarse ante la constatación de que no cuenta con apoyos suficientes para salir elegido. Se refugió en que, hasta que concluya la ronda y el Rey comunique su decisión, no se puede anticipar nada. De hecho, ni siquiera es seguro que los contactos vayan a terminar con un candidato, porque el PP repite que a la investidura solo se va para ganarla.

Sáenz de Santamaría lo único que sí subrayó es que para haya Gobierno y ese Ejecutivo pueda aprobar los presupuestos, la investidura no debe celebrarse más allá de la tercera o cuarta semana de agosto.

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