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El PSC recupera tras las elecciones la reivindicación del referéndum

Si Cataluña votara no a la reforma federal de la Constitución, plantearían una ley de claridad como en Canadá

CRISTIAN REINO

Viernes, 1 de julio 2016, 01:26

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barcelona. Pasadas las elecciones, el Partit dels Socialistes de Catalunya ha resucitado la idea de un referéndum sobre la independencia en Cataluña. Tras proponer una consulta legal y acordada con Madrid en el programa para las elecciones catalanas de 2012 y descartar esta opción en los comicios del 27-S de 2015, el PSC tiene intención de recuperar de nuevo la reclamación soberanista que tantos quebraderos de cabeza ha provocado en sus relaciones con el PSOE.

Eso sí, con matices y como último recurso. Si fracasara el intento de buscar un mejor encaje para Cataluña en la Constitución mediante una reforma de corte federal como plantea el PSOE, el PSC es partidario de celebrar la consulta popular con un marco jurídico similar al que tuvieron los dos referendos en Quebec para segregarse de Canadá.

La gran apuesta de los socialistas se llama reforma federal de la Carta Magna. Una modificación que debería reconocer a Cataluña como una nación y a España como un Estado plurinacional, y que votarían todos los españoles en referéndum. En el supuesto de que los catalanes rechazaran en las urnas la reforma constitucional planteada por los socialistas, el PSC cree que en ese caso habría que proponer una especie de ley de claridad, como en Quebec, que facilitase la celebración de un referéndum sobre la independencia. La ley de claridad canadiense estableció de común acuerdo entre las partes las condiciones y las mayorías necesarias para que un territorio se desgaje.

Una opción que destacados dirigentes del socialismo catalán, como Miquel Iceta o Carme Chacón, llevan meses defendiendo y que formará parte de la ponencia política que la dirección del PSC pondrá sobre la mesa en el congreso del partido en noviembre.

El PSC, que no hace mucho (2010) concentraba más poder institucional que nadie en Cataluña -gobernaba la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona- corre el riesgo de convertirse en fuerza residual. Un declive ante el que los socialistas catalanes buscan reinventarse para revertir la tendencia.

El PSC se presenta en la ponencia política como catalanista y federalista, propone la articulación de una «alianza catalana de progreso» para hacer posible el «cambio» y alerta de que el «populismo nacionalista y el populismo de izquierdas» representan «el camino hacia nuevos totalitarismos» y suponen «el mayor peligro» para la humanidad.

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