La dirección de Podemos amenaza con «extirpar las malas hierbas»

madrid. La dirección de Podemos avisa de que va a actuar con mano de hierro en la crisis abierta por los malos resultados electorales. Es más, amenaza con «extirpar las malas hierbas» del partido. El secretario de Organización, Pablo Echenique, dirigió un crudo mensaje a los miembros del Consejo Ciudadano, la flor y nata de los morados, para exigir disciplina y si el orden no se restablece «se actuará de manera contundente, decidida, concreta y grave» contra quienes se dediquen a las intrigas y conspiraciones internas.

Pablo Iglesias y sus colaboradores quieren acabar con el cruce de reproches y ataques públicos a la estrategia electoral de Podemos. «No es serio», dijo el martes el líder de Podemos, y Echenique remachó el clavo con un mensaje a través de la red Telegram a todos los que tienen alguna responsabilidad política en la organización. Que la orden trascendiera hizo que el secretario de Organización se subiera por las paredes indignado porque haya «gente con tan poca ética y tan poca valentía» dentro de la dirección de Podemos.

Pero enfados al margen, el número tres del partido advirtió en su mensaje que «las guerras internas nos desangran, nos queman y nos hartan», y la dirección del partido, asegura, va a cortarlas de raíz. Echenique muestra asimismo su convicción de que no hará falta usar el látigo, aunque «siempre es bueno tener un plan B». En definitiva, comentó una vez que su directiva interna era de conocimiento público, la dirección «será implacable con los que se dedican todo el día a la batalla de aparato». Eso sí, en contra de lo que se pueda interpretar, su aviso, recalcó, «no es ninguna amenaza», es «una hoja de ruta».

El secretario de Organización se dirigía a los 'errejonistas' que descargan las culpas del fiasco en la alianza con IU, y a los grupos cercanos a Iglesias que desacreditan el diseño de la campaña electoral. Ambos bandos se han enzarzado desde la misma noche electoral en una guerra de mensajes en las redes sociales. Una situación que obligó al líder del partido a salir el martes a pedir orden y calma, pero a la vista de la evolución de los acontecimientos con poco éxito.

Dos más dos no son cuatro

El propio Íñigo Errejón tampoco contribuyó demasiado a restaurar la paz interna al afirmar en TVE que el acuerdo electoral con IU «parece no haber funcionado» porque Unidos Podemos perdió un millón de votos, no obtuvo ningún escaño adicional y retrocedió en las 52 circunscripciones. «Dos más dos -resumió- no han sumado cuatro, han sumado menos». Tesis que Iglesias no comparte porque, aún admitiendo el varapalo, está convencido de que si se hubieran presentado por separado los resultados hubieran sido aún peores.

El secretario político y director de la campaña electoral señaló que es indudable que la coalición ha ahuyentado a los votantes que no querían verse identificados con «las etiquetas del pasado», en alusión al orgullo comunista del que hicieron gala el líder de IU, Alberto Garzón, y sus compañeros. Pero, admitió, no hay más culpas de unos que de otros, hubo votantes de IU que se escabulleron y lo mismo pasó con los de Podemos.

Errejón negó asimismo que su partido esté dividido entre «pablistas y errejonistas». Tampoco, dijo, está enfrentado con Iglesias porque las decisiones adoptadas fueron «colectivas». El secretario general, remató el número dos, es «un activo» de Podemos y nadie ha pedido su dimisión. Pero tras estos comentarios matutinos, Errejón intentó ser más contundente en el mensaje unitario y en su cuenta de Twitter escribió: «Somos exigentes y tenemos voluntad de victoria y futuro, por eso la autocrítica y debate. Pero que nadie se confunda: Juntos, codo con codo».

Ante lo delicado de la situación, las direcciones de Podemos, IU y Equo, y las de los socios autonómicos, En Comú, Compromís y Anova, se reunirán mañana en Madrid para analizar los resultados de las elecciones y discutir las causas del retroceso electoral.

Pero un nuevo conflicto apunta en el ya complicado horizonte, las confluencias volverán a exigir tener grupo parlamentario en el Congreso, objetivo que no lograron en la pasada legislatura, y al menos dos federaciones de Podemos, la de Andalucía y el País Vasco, también han mostrado su interés en tener una voz propia y diferenciada en la Cámara baja.