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Susana Díaz avisa a Sánchez de que aún se siente legitimada para liderar el PSOE

La dirigente andaluza insinúa que, de haberse encontrado en la piel del secretario general, habría dado ya un paso atrás por los malos resultados

PAULA DE LAS HERAS

Miércoles, 29 de junio 2016, 00:57

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Ya está. El alivio de haber logrado mantenerse como segunda fuerza parlamentaria, gracias al inesperado fiasco de la alianza entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón, sirvió el domingo para eclipsar lo que, analizado friamente, es un pésimo resultado para el PSOE. La sorpresa hizo pronosticar al equipo de Pedro Sánchez una cierta calma interna. Pero Susana Díaz, la dirigente más crítica con su labor, se esforzó ayer en lanzarles un mensaje claro: que no se confíen, que, pese a la victoria del PP en Andalucía, ella aún se siente legitimada para plantarles cara, y que está preparada para hacerlo cualquiera que sea la fecha que elijan para la batalla.

En principio, nadie exigirá de inmediato la celebración del congreso, pendiente desde el pasado febrero, para expulsar Sánchez de la secretaria general. Eso ya lo intentaron los críticos tras las elecciones del 20 de diciembre para acabar asumiendo que, antes que nada, tenía que despejarse la incertidumbre institucional y resolverse el Gobierno de España. No obstante, la disposición a esperar hasta el otoño no implica que Sánchez tenga el camino expedito.

La dirigente andaluza reiteró ayer en una entrevista en la cadena Ser que el hecho de haber vuelto a romper su propio suelo para bajar de los 90 a los 85 escaños obliga a su formación a irse a la oposición. Pero reivindicó que ese escenario debe suponer una oportunidad para «reconstruir el PSOE y volver a tener un proyecto alternativo de gobierno que darle España». El discurso no es del todo opuesto al que el lunes defendió el portavoz de Ferraz, Antonio Hernando, pero los matices son suficientemente significativos. «España -llegó a decir Díaz- necesita un PSOE diferente».

Algunos en el entorno de Sánchez entendieron que las cifras de Andalucía harían a la líder de la oposición interna replegarse. Por primera vez desde que asumió la secretaría general del PSOE andaluz, los socialistas no han sido la primera fuerza en la región en unos comicios. Ya no puede considerarse, pues, invicta. Sin embargo, ella -que siempre ha presumido de las victorias- hizo valer que, en su tierra, la diferencia respecto al PP, y también respecto a Unidos Podemos, es muy superior a la de la media de España. Y, en todo caso, cargó sobre los lomos de Sánchez el éxito de la campaña del miedo de Mariano Rajoy.

«No era candidata»

A su juicio, la «mera hipótesis» de que el PSOE pudiera conformar un Gobierno con Podemos, hipótesis que el propio líder socialista alimentó, «perjudicó» las opciones del PSOE. Y su relato es que frente a ese temor, de nada sirvió que ella se dejara la piel «dando la vuelta cuatro veces» a Andalucía. Reclamaciones, a otro. «Perdone que me sonría -replicó a la pregunta de si se siente debilitada para optar a dirigir el PSOE-. Cualquier elección la voy a vivir en primera persona, pero en esta no era candidata aunque trabajara como si lo fuera; es evidente que la gente sabe distinguir en cada momento si vota a su ayuntamiento, su comunidad autónoma o, en este caso, el Gobierno de España».

Tampoco se resistió a insinuar que lo más digno para Sánchez sería retirarse y dar paso a alguien con más capacidad. «Yo no le voy a decir a nadie lo que tiene que hacer», dijo. Pero por si acaso hizo una apostilla cargada de intención: «Yo estaré en este partido mientras sea útil, y el día que no lo sea nadie me lo va a decir».

En privado, algunos dirigentes cercanos a la presidenta andaluza lo dicen más a las claras. Defienden que el resultado, otra vez el peor de la historia del partido, exige una asunción de responsabilidades y advierten de que están dispuestos a reclamarla en el comité federal previsto para el 9 de julio. En general, los barones críticos apuestan, sin embargo, por esperar a que pase el verano.

El extremeño Guillermo Fernández Vara, siempre el más contemporizador, lo dejó caer. Por un lado, eludió atribuir en solitario a Sánchez o al equipo de estrategia lo ocurrido el domingo, pero por otro, evitó mojarse a largo plazo por él. «Cuando llegue el congreso hablaremos y diré lo que pienso como siempre con absoluta lealtad a este partido», dijo el presidente extremeño.

Los 'sanchistas' tampoco se arredran. Sostienen que su líder volverá a ganar el pulso aunque admiten que probablemente deba sacrificar algunas piezas y, entre ellas, suena el nombre del secretario de Organización, César Luena.

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