Borrar

Iglesias ordena poner punto final a la bronca interna en Podemos

El líder del partido reclama calma a los dirigentes hasta conocer las razones de los malos resultados electorales

RAMÓN GORRIARÁN

Miércoles, 29 de junio 2016, 00:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

madrid. Llegó Pablo Iglesias y mandó callar. El líder de Podemos tras una vigilia verbal de 48 horas trató de poner orden entre los suyos para no facilitar munición a los adversarios con los reproches postelectorales que intercambian en su partido. Iglesias, como el resto de la dirección de Podemos, no sabe qué han hecho mal. La campaña, dijo, estuvo bien, la alianza con IU fue un acierto, y las decisiones fueron las correctas. «Ahora -recetó- toca parar el balón, levantar la cabeza y analizar con calma».

El caldero de Podemos ha entrado en ebullición y el candidato tuvo que echar agua para que el hervor no rebose la cazuela. Es un partido joven, con solo dos años y medio de vida, pero los navajazos son de organización veterana. Unos critican a Iñigo Errejón por la campaña, otros a Iglesias por el pacto con Izquierda Unida, el caso es que todos tienen algo que recriminar tras el 'sorpasso' frustrado, la pérdida de un millón de votos y no ganar ni un escaño respecto al 20-D.

Iglesias reclamó «prudencia, mesura y templanza», virtudes que no abundan en el debate postelectoral de Podemos. Hizo ese llamamiento a la calma tras escuchar a su amigo y cofundador del partido Juan Carlos Monedero decir que la campaña fue «errónea» porque «primó el marketing sobre el contenido», y también fue «infantil» porque se dio credibilidad a unas encuestas favorables. También oyó quejarse a la líder de Compromís, Mónica Oltra, de que los votantes más moderados se alejaron porque no veían «con buenos ojos» el acuerdo con IU. Idea que compartió el defenestrado secretario de Organización y hombre de Iñigo Errejón, Sergio Pascual, que tachó la alianza de «apresurada». Comentarios que para el líder de Podemos «no son serios» y solo demuestran que algunos «tratan de arrimar el ascua a su sardina a toro pasado» porque si no estaban de acuerdo tenían que haberlo dicho en su momento.

Críticas anónimas

Eso es lo que se dice en público, pero amparados en el anonimato el intercambio de golpes es más crudo. Un grupo próximo al secretario político de Podemos utilizó las redes sociales para denunciar que la alianza con la formación de Alberto Garzón fue «un lastre». Los 'errejonistas' también se rebelaron contra «los buitres oportunistas», colectivo en el que ubican a Monedero, por «intentar sacar rédito» de un fracaso colectivo. Otro colectivo, este de la cuerda de Iglesias, respondió que este «no es el momento de los sabios del 'ya lo dije yo' y que no dijeron nada».

«Esto no es serio», se quejó Iglesias en La Sexta. El líder de Podemos exigió a sus dirigentes y militantes «responsabilidad» para «no regalar a los adversarios ciertos relatos y discursos» que nutren su arsenal contra Podemos. Esa crítica descarnada entre compañeros es, a su juicio, innecesaria y falaz porque no se sustenta «en datos» y solo se alimenta de la frustración y el enfado por los resultados electorales. Basta, vino a decir Iglesias, porque no hace falta facilitar el trabajo a los rivales cuando «nadie se ha llevado tantas hostias como nosotros» sin haber dado razones para recibirlas.

El secretario general de Podemos no cree que la solución sea su dimisión porque los líderes políticos tienen «unas responsabilidades que ejercer en los momentos dulces y en los menos dulces». No descartó, sin embargo, convocar más adelante una Asamblea Ciudadana, el máximo organismo decisorio del partido, para que la dirección de Podemos sea ratificada o revocada. Iglesias ya ha dicho varias veces que no tendría ningún problema en dejar el timón si hay una mayoría contraria a su gestión. Esa mayoría ahora no existe, pero también es cierto que se han alzado las primeras voces en su contra, algo inimaginable hace solo seis meses.

Antes que Iglesias, fue Pablo Echenique, el secretario de Organización, el que intentó aquietar las aguas internas a primera hora del día con un llamamiento a la humildad porque Podemos «seguro que ha cometido errores en la campaña». Uno, a su juicio, fue la hostilidad hacia el PSOE porque «si los progresistas nos hubiéramos agredido menos» Rajoy no estaría ahora en condiciones de ser presidente. Dio igual, el cruce de culpabilidades no se interrumpió.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios