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Sánchez, junto a tres miembros de su 'gobierno en la sombra', Gabilondo, Batet y Robles, antes de la presentación del programa. :: efe / j. lizón
Sánchez irá a una cuestión de confianza a la mitad de su mandato si gobierna

Sánchez irá a una cuestión de confianza a la mitad de su mandato si gobierna

Propone un pacto político respecto a Cataluña que reconozca su singularidad dentro de la reforma constitucional

RAMÓN GORRIARÁN

Martes, 31 de mayo 2016, 00:53

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Es improbable, pero Pedro Sánchez se ha comprometido a que, si gobierna, se someterá a una cuestión de confianza del Parlamento a la mitad de su mandato. Esa será, según el líder socialista, «la mayor garantía» de que va a cumplir los compromisos que presentó ayer, un documento que en esencia recoge el programa que llevó el PSOE a las elecciones del 20 de diciembre.

El líder socialista pretende que dentro de dos años el Congreso evalúe el grado de cumplimiento de sus promesas. Con ser la primera vez que un candidato a la Moncloa plantea con rango de compromiso electoral la posibilidad de ser destituido a la mitad de la legislatura, no es una idea nueva. El PSOE ya la puso sobre la mesa en los últimos momentos de las negociaciones tras el 20-D aunque quedó diluida en el frenesí de ofertas y contraofertas en los días previos a la disolución de las Cortes el pasado 3 de mayo.

Pablo Iglesias, sin recurrir a la cuestión de confianza, también ha hablado de que si es presidente del Gobierno se someterá, al más puro estilo bolivariano, a un referéndum revocatorio en caso de que la oposición o la ciudadanía consideren que no cumple su programa. El programa de Podemos para el 20-D estipulaba que «de producirse un incumplimiento sustancial y manifiesto del programa electoral se podrá poner en marcha un proceso revocatorio». La petición debería estar avalada por al menos 158 diputados o por las firmas «debidamente auditadas» del 15% del censo electoral, unas 3,5 millones de personas.

La cuestión de confianza que plantea Sánchez no depende del Congreso ni de los ciudadanos, es una potestad exclusiva del presidente del Gobierno que, previo debate en el Consejo de Ministros, puede preguntar a la Cámara si confía en su gestión. Se entenderá otorgada la confianza, según el artículo 112 de la Constitución, cuando esté respaldada por la mayoría simple de los diputados. Hasta la fecha solo dos presidentes del Gobierno han aceptado pasar por la cuestión de confianza, Adolfo Suárez en 1980 y Felipe González en 1990, y ambos la consiguieron. Sánchez pretende ser el tercero si llega a la Moncloa.

Promesas sin concreciones

El secretario general del PSOE hizo estas consideraciones en la presentación del documento programático 'Compromisos para un SÍ al Gobierno del Cambio', en el que estuvo acompañado por miembros de su 'gobierno en la sombra'. El texto de 18 páginas resume los aspectos centrales del programa para las elecciones del 20 de diciembre, con alguna novedad. Entre ellas, el incremento inmediato del 4% en el salario mínimo, que ahora es de 655 euros al mes, para llegar al 60% del salario medio en dos legislaturas.

El documento está plagado de promesas y plazos, pero con pocas precisiones. Por ejemplo, aboga por una reforma fiscal cuyo proyecto se aprobará en seis meses que mantenga la presión fiscal para las rentas medias y bajas, incremente las rentas del capital, conlleve una tributación mínima en el impuesto de sociedades, reduzca el IVA cultural -no indica en qué porcentaje- y establezca un mínimo común para los impuestos de sucesiones y patrimonio.

Propone también crear en cuatro meses una garantía de ingresos mínimos a los 720.000 hogares que carezcan de ellos; eliminación de la pobreza infantil en cuatro años; ampliación de la cobertura por desempleo a los trabajadores «maduros» con cargas familiares y a los parados de larga duración mayores de 52 años. Plantea asimismo reducir a la mitad el paro a lo largo de la legislatura, esto es, pasar de una tasa del 23 al 11,5%; la derogación inmediata de la reforma laboral del PP, no de la del PSOE; aprobación en un año de un plan de igualdad salarial para hombres y mujeres; y elaboración en tres meses de un «plan de lucha implacable» contra la corrupción.

Pero, como de costumbre, uno de los «compromisos» que levantó más polvareda fue el referido a Cataluña. El texto socialista propugna que, en la reforma constitucional que se lleve a cabo, se alcance «un pacto político con Cataluña» que «reconozca su singularidad y mejore su autogobierno» desde el respeto a la igualdad de los españoles. Los soberanistas no dieron credibilidad a la propuesta, y el diputado de Esquerra Joan Tardá puso la nota surrealista: «Me río de janeiro».

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