Rajoy carga contra «la demagogia barata» de Colau y Carmena

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, puso ayer sobre la mesa los dos modelos de sociedad que a su juicio se confrontarán en las próximas elecciones. «Los que creemos que España crecerá de manera vigorosa y de forma sostenida gracias a la mejora de nuestra posición competitiva y la de aquellos que consideran que España crecería mejor gastando más y endeudándose lo que fuere necesario».

El jefe del Ejecutivo cree que quien mejor representa a este segundo grupo es Podemos, y por extensión, los llamados ayuntamientos del cambio, como Madrid y Barcelona, ejemplos, dijo, de mala gestión. En su duodécima presencia en la reunión del Círculo de Economía en Sitges, Rajoy, en un tono triunfalista en lo económico, contó a los empresarios catalanes lo que querían oír: que Ada Colau y Manuela Carmena gobiernan desde la «demagogia barata» y desde los «prejuicios ideológicos». «Sus decisiones hacen daño a la economía», afirmó, dos días después de que el mundo económico catalán expusiera sus dudas, reproches y reservas, tanto a Colau como a Pablo Iglesias, al que ven, y así se lo dijeron, como un lobo con piel de cordero.

A un mes para las elecciones, Rajoy no se ahorró las críticas a la gestión de ambas alcaldesas. A su juicio, Colau y Carmena se equivocan con sus decisiones de paralizar infraestructuras o congelar operaciones urbanísticas mientras son permisivas con actividades de dudosa legalidad, como los 'top manta'.

El dirigente popular no dudó además en relacionar los disturbios de la capital catalana con la izquierda alternativa. «Algunos acontecimientos que estamos viendo estos días hacen daño y dan mala imagen a nuestra economía».

Rajoy buscaba la complicidad de un auditorio, que durante tres días ha pedido estabilidad a los cuatro principales aspirantes a la Presidencia del Gobierno. El Círculo de Economía ha insistido en su reunión anual en la idea de que la ciudadanía tiene derecho a tener Gobierno, que no puede haber unas terceras elecciones y que para evitarlo debe gobernar la lista más votada. Ni que decir tiene que el presidente del Gobierno, que apunta como ganador de las elecciones según todas las encuestas publicadas, compró la propuesta de los empresarios catalanes. «Me parece muy bien», dijo.

Un político previsible

En cualquier caso, precisó que mejor que un gobierno en minoría sería el modelo de gran coalición, que pretendió formar tras el 20-D. Esa es la opción que a su entender sería «mejor para España» y con la que se podrían acometer las reformas de calado y para un largo periodo que necesita el país. Un pacto a la alemana, con el PSOE, al que también se podría añadir Ciudadanos, y que fue su propuesta después de las elecciones de diciembre.

Pidió que nadie se sorprenda por su propuesta porque es un político previsible y poco dado a los sustos, por tanto, añadió, tras el 26-J mantendrá la misma posición. «No soy persona que cambie de opinión fácilmente ni que vaya contra mis propuestas. No voy a tener un planteamiento diferente al del 20-D porque sería una insensatez», remató.

Donde tampoco se salió del guión es en el asunto catalán. Rajoy es un clásico en las jornadas de Sitges y desde que es presidente del Gobierno siempre ha dicho lo mismo: diálogo, sí, pero nada de que hablar sobre el referéndum. El presidente del Gobierno admitió que el PP no tiene ninguna propuesta específica para Cataluña, a diferencia del PSOE, que plantea una reforma federal de la Constitución para hacer frente al problema territorial, o Podemos, que defiende un referéndum sobre la independencia.

Eso sí, emplazó al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, a continuar con el diálogo que ambos han empezado en las últimas semanas y en el que Rajoy se mostró dispuesto a hablar de «todo», menos del proceso soberanista.