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Una estancia del estudio de Madrid donde Torbe llevaba a cabo las grabaciones de porno. :: R. C.
Torbe, denunciado por una menor captada en un bar a quien dieron drogas

Torbe, denunciado por una menor captada en un bar a quien dieron drogas

El rey del porno español, en prisión incondicional, usaba una red de trata de mujeres y blanqueaba mediante el «pitufeo», según la Policía

MATEO BALÍN

Domingo, 8 de mayo 2016, 01:16

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La supuesta red de pornografía liderada por Ignacio Allende Fernández, alias Torbe, el rey del porno español en prisión incondicional, fue desmantelada tras la denuncia de una menor que fue captada en un bar de Madrid para participar en la grabación de vídeos. La chica aceptó en un principio tras ofrecerle entre 300 y 450 euros -si se quitaba la máscara que le dieron se incrementaba 200 euros más-, pero luego se negó y fue coaccionada y obligada en contra su voluntad a realizar escenas sexuales mediante el consumo de drogas, según la versión policial. Este era, según los investigadores, el modus operandi que podría haber estado utilizado Torbe para atraer a otras posibles víctimas menores. Una hipótesis que gana fuerza después de que la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional visionar el material incautado en los registros, en el que localizaron vídeos de otra menor publicados en la web del director, Putalocura.com, y para cuyo visionado completo se exigía pagar una cantidad de dinero.

Debido a la complejidad de encontrar a estas adolescentes, la Policía pidió ayer a la ciudadanía que denuncie, de manera estrictamente confidencial, cualquier hecho relacionado con la llamada 'operación Narsés'. Para ello abrió dos canales de comunicación, un teléfono (900105090) y un correo electrónico, trata@policia.es. No obstante, desde el entorno del director y actor porno defienden que Torbe solía pedir el DNI a las jóvenes que accedían a participar en sus vídeos para evitar problemas, aunque era un asunto «propenso al engaño» porque algunas chicas no tenían 18 años y trataban de disimularlo para ganarse unos euros.

En cualquier caso, el testimonio de la denunciante es, de momento, el sostén de la investigación que dirige un juzgado de Madrid por delitos de pornografía infantil, entre otros. De ahí que la Policía busque nuevos testimonios de posibles menores para reforzar los indicios delictivos de la causa.

Tras la denuncia de la primera menor, los investigadores cruzaron los datos recabados con los de otras pesquisas llevada a cabo por la Brigada Central Contra la Trata de Seres Humanos, en las que dos mujeres, una española y otra extranjera, denunciaron que estaban siendo obligadas a prostituirse en Murcia. La relación de todo ello llevó a los policías a dar con un entramado internacional que, supuestamente, proveía de mujeres ucranianas para rodar escenas pornográficas, a menudo en contra su voluntad.

Esta red captaba supuestamente a chicas con problemas económicos en su país de origen, las proveían de documentación para entrar en España y una vez aquí las alojaban en la oficina en la que grababan, en ocasiones manteniéndolas encerradas, según la Policía.

Muchas de ellas no conocían la actividad que iban a realizar ni la dureza de las prácticas a las que eran sometidas. Posteriormente, los vídeos eran difundidos en internet a través de las diferentes web que presuntamente gestionaba Torbe. Para ello contaba con más de 300 chicas al año, los dominios recibían unas 300.000 visitas al mes y se estima que su negocio facturaba unos tres millones al año.

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