El maltrato se ceba con Alicante

Alicante no es Ciudad Juárez, la cruenta capital del crimen en México donde los casos de violencia machista son tan tristemente frecuentes que se conocen ya como feminicidios, pero las cifras de estos primeros cinco meses de 2015 llaman la atención. La provincia del sur de la Comunidad Valenciana ha perdido a un tercio de las víctimas por violencia de género de toda España. De las 13, cuatro fallecieron en Alicante, con una población de 1,8 millones de habitantes.

El criminólogo Vicente Garrido es tajante al conocer los datos. «No se puede considerar como un hecho excepcional desde el punto de vista de la estadística. Salvo que esa tendencia continúe durante el resto del año, no hay motivos para pensar que no obedezca a la aleatoriedad propia de los hechos sociales, ya que no tenemos constancia de que haya habido un cambio en los factores que podrían estar detrás de tal violencia, o al menos no somos conscientes de ello».

El escritor y profesor de Criminología de la Universidad de Valencia viene a decir que del mismo modo que en cinco meses se han producido cuatro muertes, puede no haber ninguna más, también por puro azar, en los siete restantes. Aunque esos son los números oficiales, los que manejan desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y desde la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana, y otros los oficiosos. Porque, en realidad, en Alicante han aparecido más víctimas por este motivo en esta primera mitad del año. Otras dos muertes no figuran en las estadísticas.

Un caso, en Algorfa, pasó a engordar las cifras de 2014 porque, aunque el cuerpo de la víctima se encontró en marzo, el homicidio se produjo meses atrás. El autor, un británico de 75 años, condujo a la policía hasta el cadáver de su pareja sentimental, de la misma nacionalidad y de 76 años, que se hallaba desaparecida desde septiembre.

Otro aún no se ha convertido en un caso oficial de violencia de género y sigue investigándose. Es el suceso que se produjo en Orba, donde un hombre asfixió a su pareja, de 69 años y nacionalidad alemana. A los tres días, el asesino fue arrestado en el aeropuerto de Berlín. No constaban antecedentes por violencia machista.

Y hay una tercera víctima, esta vez colateral, que la ley no considera violencia de género. Es el crimen de El Altet, una pedanía de Elche, el 12 de enero. Un hombre mató a su expareja (ésta sí cuenta) y a su excuñada y luego se quitó la vida. El agresor había sido denunciado por maltrato psicológico continuado en agosto de 2013, aunque fue absuelto en noviembre de ese año.

Algo más se ha avanzado con los hijos de las maltratadas. «Un logro muy reciente», advierte Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio contra la violencia doméstica y de género, que considera fundamental este progreso por tres motivos:dar visibilidad de que también son víctimas,que la instrucción pase por juzgados especializados y que se beneficien de las medidas de protección específicas para personas con este problema.

Por esta actualización de la ley, el niño de 10 años asesinado en un chalet de Torrevieja a principios de este mes pasa a engrosar la lista de la violencia de género. El menor era el hijo de la pareja del agresor, que aprovechó que ella salía a avisar a la Guardia Civil para encerrarse y acuchillarlo.

Donde más duele

Carmona explica por qué era necesario incluir a los hijos dentro del ámbito de la violencia machista. «Porque son víctimas del odio de él hacia ella y los más vulnerables para infligir el mayor dolor que puede recibir una madre. Es la clásica declaración del hombre: Te voy a hacer daño donde más duele. Se da en casos en la que el maltratador no puede acceder a la mujer y se ensaña con sus hijos. Esto es algo que antes no estaba tipificado».

La presidenta del observatorio coincide con Vicente Garrido en que es demasiado pronto para saber si las cifras de Alicante son inusuales. «Hasta que acabe el año no se podrá saber si se ha producido un incremento en esta provincia. Ahora mismo no hay motivo para concluir que obedece a un factor geográfico. Es más, Alicante coincide, más o menos, en los datos que hay sobre violencia de género desde 2003 con la media nacional, aunque también es cierto que no ha habido un año sin víctimas mortales, algo que sí ha sucedido en otras provincias con una población similar».

Porque seguro que en Toledo, sin víctimas por violencia de género en los últimos seis años, o Huelva, con el último lustro sin muertes, se echan las manos a la cabeza al ver que en Alicante ya llevan, en cinco meses, las mismas víctimas que el año pasado.

Además de estos casos, que incluyen un crimen a sartenazos de un marroquí a su esposa en Xàbia una cuarta parte de la población de Alicante es extranjera y una mujer degollada la semana pasada en Dénia, 2 de los 16 menores que han quedado huérfanos en España son de Alicante.