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Jueves, 21 de junio 2018, 14:28
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La alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, anuncia una bajada de impuestos (entre ellos el IBI) y tasas que tendrán su reflejo en los presupuestos municipales de 2019, unas cuentas que, pese a esta medida, contendrán mayores ingresos. Ha sido el anuncio efectuado durante el Pleno sobre el Estado de la Ciudad celebrado esta mañana en el que la regidora ha reivindicado la gestión de su gobierno apenas nueve meses después de la moción de censura que apeó al tripartito (PSOE-IU-OSP, con el apoyo de CSSP). Entre las medidas adelantadas por la regidora cara a lo que resta de legislatura y como acción más cercana se encuentra esa bajada de impuestos que se verá compensada en las cuentas, sin embargo, más ingresos, ha dicho, por las ayudas económicas que llegarán a las arcas municipales procedentes de fondos europeos (programa DUSI), unos 15 millones de euros, y del acuerdo con la Fundación Incyde, (10 millones de euros en tres años), cantidades que se incorporarán al presupuesto del año que viene que, «como se ha hecho con el de 2018, estará aprobado en tiempo y forma».
No ha ahondado en la medida pero sí se ha referido a otros compromisos de gobierno, entre ellos, y como «prioridad», el acuerdo con el Estado para poder recuperar los bienes y multas de los casos de corrupción. Dentro del área de Urbanismo, el reto está en reducir el tiempo medio de concesión de licencias a cuatro meses. Un plan de aparcamiento y de vivienda y la licitación del servicio de transporte público están igualmente en la agenda del Ejecutivo local en el año que resta de mandato. En materia social, la regidora ha anunciado la puesta en marcha de un plan de intervención centrado en la atención a mayores que viven solos.
Para todo ello ha solicitado el apoyo del resto de grupos. Al PSOE le ha pedido además «diálogo y acuerdo con el Gobierno de España para que no se pierda lo acordado», como la nueva comisaría, el centro de la DGT, el nuevo acceso a la A-7 o los espigones en las playas.
Durante la hora que ha durado su primera intervención, Muñoz ha repasado todas y cada una de las áreas de su gobierno incidiendo en la labor de la delegación de Hacienda –dirigida por el socio de gobierno de OSP, Manuel Osorio–, en la elaboración del presupuesto de 2018 en tiempo y forma y a la hora de reducir el plazo de pago a proveedores «que lo encontramos en 90 días y lo dejamos en 7». También ha aplaudido el «avance» en Limpieza, según ha dicho, «una de las áreas más abandonadas y en situación de emergencia».
Para la alcaldesa de Marbella, los nueve meses de gestión del bipartito PP-OSP ha conseguido una «ciudad más viva, con mejores servicios, más participativa, más social, más limpia y más generadora de riqueza y empleo y con una dirección clara, sin falta de rigor y sin incertidumbre, que era lo que empañaba nuestro municipio hace un año».
Ha lanzado duras críticas a sus antecesores en el gobierno, a los que ha acusado de «paralizar» la ciudad con una gestión «pobre». «A usted no le quieren los vecinos», le ha espetado al socialista José Bernal. «Se lo dijeron a su partido en 2007, en 2011 y también en 2015. No lo votaron, aunque legítimamente tenía la oportunidad de gobernar, y lo hizo pero con una gestión pobre».
El portavoz del grupo de IU, Miguel Díaz, ha acusado a la regidora de «mirar la realidad con las gafas de la euforia». Tras 9 meses de gobierno liderado por el PP, ha señalado, «ha habido un retroceso democrático, con menos transparencia y menos participación, se ha eliminado la experiencia como los presupuestos participativos y se ha dilapidado el sobresaliente concedido por Transparencia Internacional». Junto a ello, ha asegurado, «no hay un modelo de ciudad porque también se ha desechado el Plan Estratégico». «¿Una moción-traición para esto?», se preguntaba el concejal desde el atril.
«No son escobas de oro todo lo que reluce», ha defendido el concejal en referencia al reconocimiento que la ciudad ha recibido hace unos días por la calidad en el servicio de limpieza. «Quieren pasar página del neogilismo pero la foto vuelve», ha subrayado poniendo sobre la mesa la causa judicial abierta contra la regidora «por contratación irregular de personal y además con el nombramiento de directores generales que están anulados». Miguel Díaz ha criticado igualmente las concesiones y la «carta blanca» que en su opinión el PP ha dado a la Tenencia de San Pedro Alcántara «que ha dado tantos disgustos y ha defraudado a muchos».
Para el concejal de CSSP, José Carlos Núñez, el gobierno de PP y OSP «nace muerto», y fruto de esa «inactividad», ha dicho, «es el desfile de ministros que ha habido en Marbella y que han tenido que venir a hacer el trabajo del gobierno municipal». Ha acusado al Ejecutivo de haber «perdido el contacto con la gente». «Está claro que estamos en un fin de ciclo en que el gobierno no presenta proyectos. Marbella está igual de sucia, es imposible aparcar en el centro y en los barrios, no hay ideas ni proyectos y además estamos perdiendo el tren de la modernidad con medidas como eliminar carriles bici, frente a los que se está haciendo en otras ciudades».
«Hoy, por primera vez, voy a hablar de lo que algunos han llamado moción-traición. Quiero refrescarles hoy a los adalides de la participación ciudadana y la pluralidad y la consulta por qué se fraguó aquella moción-traición que ustedes llaman». El mensaje del teniente de alcalde de San Pedro, Rafael Piña, con el que comenzó su intervención en el pleno iba directo al concejal de IU, Miguel Díaz. El sampedreño, como ya explicara en su día, recordó que lo que le llevó a abandonar el apoyo al tripartito fue la decisión de Díaz de ordenar la renovación del servicio de la zona azul sin haberlo consensuado previamente con el resto de grupos. Lo que ayer desvelaba Piña era que aquella decisión que no le fue comunicada tampoco le fue trasladada al entonces alcalde, el socialista José Bernal. «Tanto a mi como al señor Bernal nos dejaron con el culo al aire. El señor Bernal no tenía conocimiento y yo tampoco. Dos días después tuve que escuchar a quienes nos habían estado aprobando a duras penas los presupuestos (CSSP) que a raíz de esa renovación se acababa el apoyo al equipo de gobierno y que no aprobarían los presupuestos. Y desde aquel momento dijimos: moción para la gestión, no moción-traición. Hoy en día podemos decir que tenemos un presupuesto con validez desde el 1 de enero. Si hubiéramos seguido con ese grupo posiblemente hoy seguiríamos sin presupuesto y eso se acabó. OSP lo que dijo es que aquello era una moción para la gestión».
No gustó a José Bernal el detalle de su exsocio de gobierno al que afeó –reconociendo así que Rafael Piña estaba en lo cierto– que tampoco a él, siendo alcalde, se le comunicó que se renovaba la zona azul de aparcamiento. «No es de caballeros contar las privacidades en público, y cuando se ha gobernado hemos tenido muchas privacidades y siempre las hemos tenido, como no puede ser de otra forma, dentro de los órganos y no fuera. Porque si no, abriríamos una caja de Pandora y poca gente se salvaría».
Sobre el pacto con OSP que permitió la moción de censura contra el tripartito, Núñez ha asegurado que «tras él sólo se encuentran intereses políticos y empresariales». En una de las intervenciones más duras de la sesión, el concejal ha afirmado que «no hay esperanza para quienes quieren acceder a una vivienda porque sólo hay esperanza para los inversores que se acercan a Urbanismo».
El concejal sampedreño Rafael Piña, objeto de las críticas de la bancada contraria por haber propiciado la moción de censura hace casi un año, ha optado por iniciar su intervención dando explicaciones sobre el asunto, y también ha arremetido contra sus exsocios de gobierno acusándoles de «funcionar por intereses de ideología». Piña ha defendido su gestión, favorecida, dice, por una ampliación de competencias en la Tenencia de la mano del nuevo Reglamento de Distritos, entre ellas, las de Urbanismo, con la ejecución de hasta 187 obras. «San Pedro no estaba acostumbrada a tantas obras como se están haciendo ahora y estamos cumpliendo con nuestros compromisos y con nuestros vecinos». «OSP quiere que San Pedro tenga futuro y con ustedes (en referencia al anterior gobierno) no lo tenían», concluyó.
«Usted no quiso volver a ser alcaldesa por la ciudad, sino que volvió, con artimañas poco claras, para proteger sus intereses. Marbella no merece tener una alcaldesa a tiempo parcial», le ha espetado el exalcalde José Bernal a la alcaldesa en el arranque de intervención, reprochándole su labor en el Senado. Para el edil, tras nueve meses de nuevo gobierno del PP «tenemos un municipio paralizado, después de que yo le dejara un Ayuntamiento saneado, con 100 millones de superávit y 32 millones para obras. Póngase a trabajar».
Bernal ha acusado al actual Ejecutivo de no atender a los barrios y de «no haber hecho una obra en 10 meses». «No hay fondos para barrios, al parecer, pero sí para privatizaciones, 20 millones para jardines y 25 para la eficiencia eléctrica. Concursos millonarios, licitados muy rápido, corriendo mucho. Todo muy sospechoso, marca PP. Tan sospechoso que el Tribunal de Recursos Contractuales de Andalucía lo ha anulado», dijo.
En este año, ha indicado, «ha vuelto el ruido de los tribunales y los indicios de corrupción. El Ayuntamiento ha pasado de ser ejemplo de transparencia, cercanía y preocupación, a volver a ser el del cambio de las lindes, el que deja prescribir multas millonarias a constructores, el de las modificaciones de planos del plan general y el de los contratos de enchufes para los amigos del PP».
«No hay ni un solo dato ni argumento que demuestre que estamos peor que hace un año», ha defendido el portavoz municipal del PP, Félix Romero, quien ha acusado al tripartito de haber hecho una ejecución presupuestaria de las cuentas del año pasado de apenas un 30%. «Desde 2010 se han dedicado a poner querellas, y aquí seguimos y seguiremos», respondía al grupo socialista. Para el popular, la moción de censura fue una «moción-solución, un ejercicio de justicia para rescatar a la ciudad de una parálisis que amenazaba a con un colapso».
Romero ha defendido la labor de su gobierno desde que tomó posesión en septiembre del año pasado, «con más limpieza y más seguridad». Frente a ello, ha dicho, «el PSOE lo único que hizo en dos años fueron dos obras, una en la Divina Pastora y otra en la avenida de Nabeul».
El concejal y parlamentario andaluz considera que ahora Marbella «vuelve a ser el paraíso». «Es evidente la mejora, favorecida por una relación leal y de igual a igual con OSP, dejando atrás a un alcalde que carecía de entidad y de capacidad».
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