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Nieves Castro
Domingo, 14 de mayo 2017, 00:53
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Hartos de contemplar el imparable retroceso que están experimentado las playas urbanas del centro, asediadas de forma especialmente virulenta por continuos temporales de Levante durante este último invierno y lo que llevamos de primavera, un grupo de ciudadanos ha constituido una plataforma para reclamar a las administraciones el regreso de los espigones transitables a Marbella. El colectivo organizado a través de la red social Facebook, donde aglutina a miles de seguidores -cifra que aumenta día a día a ritmo imparable-, defiende la fórmula que durante 20 años funcionó en Marbella para proteger el litoral del fuerte oleaje, salvaguardando así metros suficientes de arena para hamacas, chiringuitos, toallas y bañistas.
«La plataforma Espigones Transitables para Marbella no sólo quiere volver a tener playas, también quiere volver a tener esos paseos iluminados y con bancos que se adentraban 150 o 200 metros en el mar desde los que se podía contemplar la costa, reunirse con amigos, pescar o tumbarse a leer un libro», explica Miguel Lima, cabeza visible de la plataforma impulsada por una decena de marbelleros, algunos tan conocidos en el municipio como el presidente de la Cofradía de Pescadores, Manuel Haro, así como los hermanos mayores de las cofradías de los Romeros de San Bernabé, Soledad y Amor, Paco Claro, Manolo Lavigne y Antonio Belón, respectivamente.
La plataforma Espigones Transitables para Marbella ha hecho una buena compilación de material fotográfico en su grupo de redes sociales, donde no sólo llama la atención sobre la anchura que tenían las playas urbanas del centro de Marbella durante el tiempo en el que estuvieron funcionado los siete diques que se extendían desde el Puerto de La Bajadilla hasta casi las inmediaciones del Hotel Meliá Don Pepe, sino que, además, subraya su papel de espacios de recreo para la ciudadanía. «Los espigones transitables tuvieron una función muy completa, se convirtieron en elementos de protección de las playas, al tiempo que eran espacios para el disfrute de la ciudadanía: la gente paseaba por ellos o buceaba a su alrededor», afirma el presidente de la plataforma. De hecho no son pocos los integrantes del colectivo, aficionados a la pesca submarina o de caña, que refieren como estos diques perpendiculares a la orilla se convirtieron en un importante refugio de fauna con grandes bancos de peces, mejillones o erizos.
El 23 de diciembre de 1969 el Pleno del Ayuntamiento de Marbella dio luz verde al proyecto de espigones transitables firmado por Alberto Díaz Fraga. Costaron 60 millones de pesetas y parte de su construcción se sufragó con impuestos especiales que abonaron los vecinos. Funcionaron hasta que una orden ministerial ordenó su retirada en 1991.
La plataforma, consciente de que las voces contrarias a estas estructuras le achacan su impacto ambiental al favorecer el estancamiento de los vertidos fecales, ha solicitado una reunión con el alcalde de Marbella, José Bernal, a fin de que sea estudiada la viabilidad actual de la propuesta y su coste económico. «Es verdad que, ahora todavía, pero antes mucho más, los vertidos fecales de la ciudad se hacían al mar y toda esa agua sucia se retenía ahí, pero ahora no tendría por qué pasar eso», afirma el presidente de la plataforma, partidaria, en última instancia de consensuar una fórmula mixta en la que convivan espigones transitables y sumergidos. Tipología esta última que defiende el Ayuntamiento, a pesar de que el sector pesquero muestra reticencias por el perjuicio que puede suponer para sus sistemas de arrastre.
Medidas
El colectivo quiere ser escuchado a sabiendas de que su petición «se basa en la experiencia previa» y por eso, además de solicitar una reunión con el regidor, ha iniciado una recogida de firmas en la plataforma change.org a favor de los espigones transitables para Marbella, aunque no descarta otras opciones como una manifestación, medida de protesta que han respaldado 400 de sus seguidores en Facebook, a través de una encuesta realizada.
El presidente afirma que la plataforma no dará pasos a la ligera, pero que tampoco se quedará parada después de que la pasada semana la directora general de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, Raquel Orts, se comprometiera con una delegación del Ayuntamiento de Marbella a licitar este año los proyectos para construir los espigones. Primeros pasos que serán financiados por el Gobierno, que se ha comprometido a estudiar la fórmula de financiación propuesta por el Ayuntamiento consistente en adelantar el 100% de la inversión para la obra.
Aunque pueda existir diferencia de criterios respecto al tipo de espigones ideales para defender la costa en base a sus posibilidades complementarias y la posición del sector pesquero, en lo que parece haber consenso es en una cosa: tanto Costas como el Ayuntamiento invierten miles de euros y no pocos recursos en poner a punto las playas del litoral cada poco. Un esfuerzo al que se le ven resultados durante el tiempo que tarda en hacer aparición el siguiente temporal.
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