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Leandro Pavón
Domingo, 26 de marzo 2017, 01:15
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Hasta hace tan sólo unos meses, los alumnos del IES Monterroso no sabían quién era Lydia. Ni Lydia conocía la existencia de Estepona. Al final, la unión de esos dos elementos ha conseguido que esta niña de 13 años que vive en Kenia consiga tener un corazón que le funcione bien. A través de un mercadillo solidario, los alumnos de este centro consiguieron recaudar 1.300 euros, suficiente para facilitar el traslado de la pequeña a España y que pueda operarse de la cardiopatía que sufría.
Lydia fue dada de alta el jueves, y ahora está recuperándose en Córdoba, en donde está su familia de acogida en España. Los alumnos recibieron la noticia con alegría y ya esperan con ansia que una vez esté bien, vaya a visitarlos al instituto. Aunque antes, el centro prepara una excursión a Córdoba con los jóvenes que más se han volcado en este proyecto, labrado con el sacrifico de su hora del bocadillo.
«Para nosotros, Lydia es una más de nuestro centro. Como nos han mantenido permanentemente informados desde la ONG Infancia Solidaria y nos mandaban fotos, es que ya es una más de nuestro día a día», afirma María José Robles, orientadora del IES Monterroso y responsable de toda esta iniciativa en el instituto.
Todo nació a raíz de una técnica utilizada por Robles llamada 'Misiones de grupo', con la que intenta inculcar valores a los alumnos a través de varios retos en los que se implican durante todo el curso. «Queremos darles responsabilidades y que sean una parte activa de la sociedad. Queremos que vean que con su esfuerzo y dedicación, pueden cambiar el mundo», afirma la orientadora.
Para ello, se fijaron el objetivo de ayudar a alguien a través de la ONG Infancia Solidaria, y entonces, Lydia llegó a la vida del Monterroso. Y ahí comenzó la primera parte de estas misiones, que consistió en la creación de objetos a través de manualidades para después venderlos. «Queríamos hacer objetos reciclados, para fomentar esta práctica. Cada uno ha ido haciendo lo que sabía y algunos han ido enseñando a los demás como fabricar algunas cosas», asegura Robles.
Estos objetos, entre los que había collares, pulseras y objetos decorativos, fueron los protagonistas de la segunda: el mercadillo. En una semana y montando los puestos sólo en el recreo, recogieron 1.300 euros, casi lo suficiente como para traer a Lydia y a su madre para España.
Otros colegios
Durante esos días se hizo una jornada de puertas abiertas, que fue vital para alcanzar la cifra total. «Invitamos a los alumnos y profesores de los colegios Simón Fernández, María Espinosa, Santo Tomás de Aquino y García Lorca, ya que son centros que sus escolares pasarán al Monterroso. Así hacemos que vayan viendo las instalaciones y se conciencien de las cosas que hacemos aquí», explica Robles.
Lydia llegó a España el 1 de marzo y fue recogida por los voluntarios de Infancia Solidaria en Madrid para partir hacia Córdoba. Allí ingresó en el hospital Infanta Sofía el día 3 para hacerle pruebas y hasta el jueves no salió de allí. Ahora empieza a disfrutar de Málaga y durante los días que le quedan hasta que finalice su estancia en España -fijada en tres meses-, podrá disfrutar de Andalucía.
Pese a lo recaudado por el IES Monterroso, los problemas en el traslado también hicieron su aparición. Hubo un gasto imprevisto, ya que a última hora le comunicaron a Lydia que no podía viajar debido a la gravedad de su cardiopatía. Finalmente, una carga extra de oxígeno en el avión hizo posible su traslado y la curación de su corazón. Una vez que pueda volver a Kenia, ella se llevará un pedacito de Córdoba y otro de Estepona para su hogar.
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