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Eddie Clarke, esta semana en Marbella.
«Los gustos cambian, pero siempre habrá un lugar para las bandas de heavy metal»

«Los gustos cambian, pero siempre habrá un lugar para las bandas de heavy metal»

Eddie ‘Fast’ Clarke, exguitarra de la mítica banda británica Motörhead, reivindica desde su residencia en Marbella el valor de la música en directo

Mónica Pérez

Domingo, 26 de marzo 2017, 00:15

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Luce con orgullo la camiseta serigrafiada con el nombre de la banda con la que sigue girando, Fastway, derivado de su apodo Fast (rápido, como el movimiento de sus dedos en la guitarra) y del apellido del bajista de UFO, Peter Way, pero en su corazón sigue ocupando un lugar privilegiado el grupo Motörhead, uno de los nombres más destacados del heavy metal británico, con el que recorrió el mundo entre la década de los 70 y los 80 del pasado siglo. Eddie Clarke sigue al pie del cañón a sus 66 años. Su chupa de cuero y su larga melena siguen presentes en su estética. Una imagen de duro rockero que queda diluida cuando cuenta, en una entrevista concedida de SUR, que los viajes entre el reino Unido y Marbella (donde tiene una casa desde hace casi una década) los realiza en coche (a través del canal de la Mancha) para evitar que su perro Cookie tenga que desplazarse en la bodega de un avión.

Echa la vista a atrás para recordar el momento en el que una casualidad le llevó a conocer a Lemmy Kilmister, bajista y vocalista de Motörhead. Fue a través de otro de sus integrantes, Phil Taylor. Eran los años 70 y los tres formaron la que está considerada alineación clásica de la banda británica que con Eddie, Phil y Lemmy alcanzó sus mayores éxitos de ventas con álbumes como Ace of Spades, Overkill o No Sleep till Hammersmith, que les catapultaron a lo más alto de la escena del heavy metal británico. Eddie formó parte de la banda hasta el año 1982. Sus desavenencias con Lemmy estallaron con el álbum Iron Fist. Casi 40 años después mantiene que nunca quiso salir de la banda. «Nunca quise dejar Motörhead. Me vi obligado por circunstancias fuera de mi control. Sinceramente, pasaría toda mi vida en Motörhead. Ellos tenían ideas diferentes a las mías y decidieron que ya no era parte de la banda», explica.

No guarda rencor hacia sus antiguos compañeros, con quienes, asegura, le hubiera gustado compartir un último concierto. Ambos fallecieron a finales de 2015 con varios días de diferencia. «Estaba devastado. Me hubiera gustado hacer un último show con ellos. Para mí fue como perder a dos hermanos. Hicimos mucho juntos y conseguimos mucho en un momento en el que las cosas eran bastante difíciles. Nunca nos rendimos y eso tuvo su recompensa», explica.

Tras su salida de Motörhead, Eddie Clarke inició una nueva andadura musical con Fastway. Proyectos «muy diferentes que no se pueden comparar», defiende. Consciente de que los gustos musicales han cambiado y que el negocio de la música pasa por importantes apuros, Eddie sigue adelante con sus proyectos de la mano de la banda que lleva su apodo. El año pasado realizó una gira por Reino Unido junto a otras bandas míticas como Saxon y Girlschool. «Fue todo un homenaje a Phil y Lemmy. Esas bandas apoyaron a Motörhead en los 70. Sólo como homenaje a nuestros fans, en uno de los bises con Saxon hice Ace of Spades y fue todo un éxito». Pero, ¿en qué momento se encuentra el heavy metal? Clarke lo tiene claro. «Las cosas se mueven y los gustos cambian, pero creo que siempre habrá un lugar para las bandas de heavy metal, aunque reconozco que será más difícil seguir adelante. Espero que las cosas cambien, creo que debemos ser pacientes».

Su amor por la música en directo le ha llevado incluso a sumarse a las reivindicaciones de la Asociación de Músicos de Marbella que vienen reclamando su derecho a disponer de espacios sin restricciones. «Tengo algunos amigos músicos en España. Dudo del futuro de la música en vivo, por eso creo que hay que apoyar estas iniciativas, por ello pensé que sería bueno unirme a esa asociación».

Eric Clapton, John Mayall y, como no, Jimmy Hendrix guiaron sus primeros pasos con la guitarra. A día de hoy, asegura, no necesita influencias exteriores y se deja guiar por «todo lo que venga de mi interior». En su casa en Elviria disfruta de largas temporadas de relax junto a su esposa Mariko. Hace más de dos décadas que iniciaron un viaje en coche corriendo el litoral español. El flechazo con Marbella fue instantáneo. Entre sus planes de futuro inmediato: nuevos shows con Fastway y, tal vez, un nuevo CD que recoja parte del trabajo no publicado en los últimos 30 años. ¿Algún concierto en Marbella? «No hay planes de momento, pero nunca digas nunca».

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