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Miguel Ángel Palomino, durante un entrenamiento con sus dos compañeras de viaje, Leia y Kenia
Un monitor de gimnasio recorrerá a pie la costa andaluza para darle voz a los diabéticos

Un monitor de gimnasio recorrerá a pie la costa andaluza para darle voz a los diabéticos

Acompañado de sus dos galgas y cargando una mochila con lo imprescindible, cubrirá en 18 días la distancia entre Almería y Huelva, justo en la frontera con Portugal

Nieves Castro

Domingo, 19 de febrero 2017, 00:03

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Miguel Ángel Palomino, un monitor de gimnasio de 38 años, tiene por delante una caminata de largo recorrido. Nunca mejor dicho. Cubrirá a pie 780 kilómetros desde la ciudad de Vera, situada en el levante almeriense, hasta Huelva, justo en la frontera con Portugal, para pedir al Parlamento andaluz el cumplimiento del plan integral de la diabetes. Un documento que todavía no ha entrado en vigor, a pesar de que fue aprobado en octubre de 2015 por todos los grupos con representación en la Cámara autonómica. Acompañado sólo de sus dos galgas adoptadas, Leia y Kenia, y cargando una mochila con lo imprescindible, tiene previsto cumplir su objetivo en 18 días. Su presupuesto diario será de 10 euros, básicamente para sufragar los gastos de alimentación. Ni pide y ni aceptará dinero para la causa, lo que pretende es reunirse con los representantes políticos de las ciudades donde hará parada para que visualicen el drama de las personas que son diabéticas. En la provincia de Málaga ya tiene concertado un encuentro en el Ayuntamiento de Marbella y en Cádiz, su alcalde, Kichi, se ha comprometido a recibirlo. Todo gracias a la movilización de las distintas asociaciones andaluzas de diabetes.

Dormirá al raso y no porque quiera ser más sacrificado que nadie, sino porque en la mayoría de albergues no aceptan canes. En su escueto equipaje de 17 kilos ha previsto dos sacos de dormir, uno para él y otro para Leia y Kenia. También va provisto de tienda de campaña para capear las inclemencias del tiempo, inestable en estos últimos coletazos del invierno, el único periodo en el que ha podido encajar la aventura. Cuenta que en los meses de abril y mayo se dispara el trabajo en los gimnasios por la operación biquini y en verano el calor el obligaría a caminar de noche, así que, a pesar de los probables aguaceros que puedan descargar sobre su cabeza, ha tomado vacaciones para ponerse en marcha el próximo sábado, 25 de febrero, y llegar a su destino el 14 de marzo.

Su camino discurre por la costa, por el llamado sendero GR-92, que en la provincia se corresponde con la Senda Litoral. En Cádiz la mencionada ruta se interrumpe, por lo que tendrá que buscarse la vida por senderos menos definidos hasta llegar a su meta en Portugal. Su previsión es hacer en torno a 40 kilómetros diarios. Unos cálculos que saltarán por los aires en cuanto pise suelo malagueño, la dimensión de la provincia, donde hará cuatro paradas, le obligará a realizar etapas más largas, dos de ellas de 60 kilómetros al día, Nerja-Málaga y Málaga-Marbella. Sabinillas será el cuarto municipio malagueño en el que este andaluz, natural de Jaén, haga parada.

Placa solar para el móvil

Colgada a su espalda llevará una pequeña placa solar para cargar el móvil y en la mochila, junto a las mudas y un kit médico básico, no faltará un pequeño camping-gas para cocinar la pasta y el arroz que ingerirá en grandes cantidades para obtener la fuerza necesaria. Y para sus galgas de 20 kilos, ¿qué? Pues ha pensado en todo. «Llevo meses acostumbrándolas a un pienso de alta energía del Mercadona, un supermercado que no tendré dificultades en encontrar en ninguna ciudad», afirma el precavido amo.

Miguel Ángel, que por su profesión goza de una gran forma física, lleva cuatro meses siguiendo un estricto plan de entrenamiento para afrontar este reto. Se ha dejado por el camino 12 kilos. «Sé que habrá días malos, pero lo que físicamente me pueda faltar lo voy a suplir mentalmente porque estoy muy convencido de la causa», afirma el jienense.

Anima a los vecinos de las ciudades por las que pasará a que se enganchen unos kilómetros «para hacer ruido» juntos. «Soy fácilmente identificable dice. Un tío acompañado por dos perros, con la mochila, la placa y una camiseta en alusión al reto». El plan de viaje incluye caminatas diarias desde las siete y media de la mañana hasta las tres de la tarde, hora en la que prevé parar para poder reunirse con quien quiera escucharle, descansar y preparar la ruta del día siguiente. Sus progresos podrán seguirse desde Facebook, en este enlace.

Lo curioso de la historia de Miguel Ángel es que él no es diabético ni tampoco ninguno de sus familiares. El año pasado decidió dar voz a causas a través de retos deportivos. Esta loable intención bautizada por él como Quixocan (en honor al Quijote y sus canes que le acompañan) se estrenó en junio de 2016 con una ruta en bicicleta por Jaén. Entonces el objetivo era dar a conocer la enfermedad de una niña, ahora, bajo el nombre Hoy toca ser feliz, se ha empeñado en enseñar el problema de los afectados por diabetes. «Esta es una enfermedad silenciosa, parece que quien tiene diabetes tiene un resfriado, que no tiene nada y, sin embargo, es una enfermedad muy potente. Yo no soy diabético pero sí las dos hijas de un amigo mío y le he visto sufrir y padecer con su mujer por los controles, por tener que despertarse cada dos horas para medir los niveles... Y por eso he lanzado este reto», asegura este moderno Quijote.

El presupuesto que se ha marcado de 10 euros diarios excluye los posibles gastos veterinarios de sus dos compañeras de viaje, dos galgas de 6 y 2 años que serán su punto de apoyo. «Ellas son las que van imponiendo la cordura en los ritmos, las que van parando y andando», explica Miguel Ángel. «Yo no acepto que me den dinero continúa. Quien quiera aportar algo que lo done directamente a los afectados, en este caso a las cuentas de las asociaciones de diabéticos. Mis proyectos solidarios son autofinanciados, no deseo que nadie aporte fondos a mis causas para evitar malentendidos», subraya el monitor, que no quiere desviar la atención del auténtico propósito de su aventura, la puesta en marcha en Andalucía del plan integral de la diabetes.

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