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Momento en el que los ediles del PP abandonan el salón de plenos. :: sur
Una sesión bronca con final de bochorno

Una sesión bronca con final de bochorno

Los populares habían dedicao previamente todo el tiempo de ruegos y preguntas a criticar la gestión de la edil de Urbanismo

Mónica Pérez

Sábado, 26 de noviembre 2016, 00:54

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La sesión había dejado algún que otro pasaje de enfrentamiento verbal entre miembros del equipo de gobierno y ediles de los grupos de la oposición. Nada fuera de lo habitual hasta que se llegó al turno de ruegos y preguntas. Fue entonces cuando el PP decidió dedicar más de 20 minutos de intervenciones de sus ediles a cuestionar la gestión del área municipal de Urbanismo y de la concejala Isabel Pérez al frente de la misma, especialmente desde la anulación del PGOU de 2010 hace un año. De hecho, la gran mayoría de las intervenciones incluyeron la coletilla: 'Señora Pérez, Urbanismo no funciona». Las críticas vertidas desde las filas populares fueron acompañadas de preguntas dirigidas todas ellas a la concejala de Urbanismo. El retraso en la concesión de licencias que, según defendió Kika Caracuel, está provocando la «fuga de inversores a otros municipios», quejas de trabajadores del área que dicen no tener claro cuál es el organigrama de la delegación, o desorganización, fueron solo algunas de las quejas manifestadas por los ediles del PP que formularon a Pérez una serie de cuestiones acerca de la puesta a disposición de la Junta de parcelas para nuevos centros escolares y de salud; sobre las gestiones que se han hecho para construir una residencia de mayores; sobre el papel que ha desempeñado en Urbanismo el abogado Jaime Olcina como asesor externo del área de Proyectos Estratégicos, o sobre la eliminación de la atención al vecino en el área municipal.

Distintos concejales del gobierno tripartito respondieron a las críticas del PP con una cerrada defensa a la labor de la concejala de Urbanismo. En este sentido se expresó el teniente de alcalde de San Pedro, Rafael Piña, quien llegó a calificar de «vergüenza» la intervención de los ediles de la bancada contraria. Desde IU, tanto Miguel Díaz como Victoria Morales preguntaron al PP si «realmente quieren que funcione el urbanismo en la ciudad».

«Indigno»

La concejala de Obras Blanca Fernández llegó a calificar de «indigno lo que habéis hecho aquí» y salió en defensa del trabajo de su compañera de filas destacando que «el área funciona pese a la deslealtad del PP». El también concejal socialista Javier Porcuna tiró de ironía para felicitar a su compañera por «haber terminado con el urbanismo a la carta y de las lindes».

Ya en su turno de réplica, Isabel Pérez defendió la labor de su departamento y de todos los trabajadores del mismo, reprochando al PP que tramitaran un PGOU, el de 2010, que ha sido finalmente anulado, «dejando 17.000 viviendas en situación irregular, y con normalizaciones que no se han hecho». «No negamos nunca la problemática que existe en el área de Urbanismo, pero no es de ahora, es de hace mucho tiempo», dijo. «Queréis vender que el urbanismo no funciona, pero estamos trabajando con la mente muy tranquila, y todo acorde a ley y al interés de los ciudadanos».

Más crítico fue el alcalde José Bernal, quien calificó las interpelaciones del PP como «linchamiento público» contra Isabel Pérez. «Habéis entrado en acusaciones y escenificaciones fuera de orden», les espetó, aunque el momento más tenso se vivió cuando el regidor tiró de un artículo publicado en 2006 en la revista Interviú en el que se cuestionaban los negocios de las empresas del marido de Ángeles Muñoz. «La alcaldesa del PP está casada en segundas nupcias con el empresario sueco Lars Broberg, que ocupa cargos en seis sociedades distintas.(...) Sus empresas alcanzan un volumen de negocio de varios millones de euros. (...) Tarde o temprano, los intereses de todos los constructores marbellíes pasaban por el despacho de Juan Antonio Roca», fueron algunos de los pasajes del citado reportaje que leyó el alcalde. Fue durante esta lectura cuando los concejales del PP decidieron abandonar el salón de plenos entre quejas.

El regidor levantó la sesión no sin antes pedir perdón. «A mi familia, a mis compañeros y a la ciudadanía por la imagen lamentable que hemos dado, y yo el primero, para que no se vuelva a repetir». Sería lo deseable.

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