Borrar
Paco Peña, pintor, se relaja en su autocaravana dando forma a sus obras.
Otra forma de veranear

Otra forma de veranear

Muchos prefieren el ambiente familiar de un camping en lugar de grandes hoteles y resorts en primera línea de playa

ANDREA JIMÉNEZ

Miércoles, 24 de agosto 2016, 00:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Entrar a un camping es teletransportarse a un lugar de sosiego y tranquilidad bajo la sombra de los árboles. Este idílico lugar no recuerda a la Marbella de las playas y chiringuitos a rebosar. Es un ambiente diferente, la gente se conoce y charla mientras desayunan en las terrazas de su autocaravana. Todos coinciden en lo mismo: la familiaridad de un camping no puede compararse a otro tipo de estancias vacacionales.

Estos lugares siempre han sido conocidos por su gran aceptación entre los visitantes extranjeros, pero en los últimos años se han convertido también en un reclamo para los turistas españoles, tal vez por la diferencia de precios con respecto a otros alojamientos.

Marbella tiene varios campings muy demandados, como La Buganvilla, Marbella Playa y Cabopino, algunos con más de 20 años a sus espaldas. Y es que por estos lugares pasan muchas personas, no solo durante el verano, sino todo el año.

Los niños corretean por el camping Cabopino, que tiene una capacidad de más de 1.400 personas. Son sus vacaciones perfectas. Los padres se relajan mientras ellos pueden campar a sus anchas por este lugar. Piscina, tirolina, juegos diversos... «A mi hijo, que tiene 10 años, no lo veo en todo el día, está por ahí jugando y en las actividades que se hacen», dice Francisco Oliva, un habitual del camping desde hace muchos años, porque «se disfruta mucho». Este hombre, natural de Campillos, disfruta de unos días de vacaciones con su mujer y sus dos hijos en este camping, que no solo visitan en verano. «Venimos en el puente de mayo, y también en 'Halloween', que montan una fiesta espectacular, un pasaje del terror, y todo con cosas recicladas», asegura.

Este año, además, Francisco no ha venido solo. Su amigo Benito Maldonado también está disfrutando de este entorno con su familia. «Me lo recomendó, y repetiremos seguro, los niños se lo pasan muy bien y nosotros también, es muy diferente a un hotel», afirma. Benito explica como es el día a día en el camping. «Desayunamos en el porche, vamos a la playa, que está cerca, hacemos actividades, venimos a la piscina... de todo un poco».

Estas dos familias campilleras son dos de las muchas que hay en la piscina, que está a rebosar. Pero pronto llega la hora de la comida y todos se van. Este es el momento que Paco Peña aprovecha para darse un baño. «Me gusta venir a esa hora, es cuando más tranquilo se está», explica. Paco cuenta con una posición que muchos querrían tener: su autocaravana está justo al lado de la piscina. Además, no es una autocaravana cualquiera: este pintor vende sus obras aquí, hechas en tejas y botellas de cristal. «Es una forma de ganar dinero, los pintores tenemos rachas», dice este sevillano, que podría haber sido el elegido para representar a la Feria de Málaga, ya que diseñó un cartel para este año que quedó en tercer lugar. «Aquí me inspiro mucho, estoy muy a gusto», dice. Y es que ya lleva más de 8 años visitando este camping con sus nietos y su mujer. «Yo no era persona de camping, pero vine por primera vez y me entró el gusanillo», recuerda Paco.

Este profesor de pintura de Alcalá de Guadaira reafirma también el buen ambiente que se respira. «Lo importante es la convivencia, tenemos que ayudarnos todos, mejor que eso no hay nada», explica. El clima de la Costa del Sol también es uno de los puntos a favor para Paco. «Aquí hace 10 grados menos que en Sevilla, es una diferencia grande, y todavía me queda calor que aguantar», bromea. Sus nietos solo están medio mes, pero se lo pasan en grande con los demás niños que acaban siendo amigos con los que chatean por 'Whatsapp'. Además, recuerda como otros años ha pintado con los niños o ha rifado algunas de sus obras entre ellos.

Y es que los niños son parte importante de este camping, según afirma Fran Espinosa, responsable de Marketing del mismo. «Las familias suelen repetir porque tenemos muchas actividades como kayak, piscina de bolas, tiro con arco, voleibol o waterpolo», explica.

Vacaciones intemporales

Pero no todo está enfocado a los más pequeños. Los campings de Marbella permanecen abiertos durante todo el año, y reciben a muchos turistas extranjeros en los meses de invierno, tal y como afirma María Martínez, trabajadora del camping La Buganvilla.

En los meses de invierno estos establecimientos se llenan de público más mayor. Los jubilados extranjeros vienen en los meses de temporada baja para disfrutar de un espacio mucho más sosegado de lo que pueden encontrarse en verano.

Y es que todos los campings coinciden en el perfil de turista : el español es más asiduo en verano, al contrario que el extranjero.

Además, también coinciden en que los meses de menos ocupación son marzo y abril, y que este año hay más reservas que años anteriores, aunque, tal como afirma Espinosa, al ser un turismo más asequible «no se ha notado tanto la crisis».

Esta forma de viajar, seguida por muchos, se ha hecho un hueco tanto en los planes de verano como de invierno. La clientela fija es el valor más alto de este turismo, pero siempre hay nuevos interesados en conocer esta manera de disfrutar unas vacaciones que seguramente acabarán repitiendo.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios