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«El gilismo fue una situación insólita»

Tras una asistencia prácticamente nula, los ponentes critican el desinterés del Consistorio y de los ciudadanos en estas jornadas de estudio

IVÁN GELIBTER

Sábado, 28 de mayo 2016, 00:42

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El contenido de la última jornada del seminario sobre los 25 años de la llegada del gilismo a Marbella volvió a tener, como las anteriores, un contenido extremadamente interesante y revelador; pero una vez más, la asistencia de público fue residual, y el apoyo de los miembros del Consistorio, totalmente nulo.

Tras la lectura del fenómeno del gilismo desde el punto de vista político -el primer día-, y también desde la óptica del urbanismo y la arquitectura -centrado en los convenios urbanísticos-, ayer llegó el turno tanto del análisis en torno a la cuestión legal y de la investigación policial. Pero especialmente, la última de las mesas redondas del evento trató de situarse en un futurible en el que un partido similar al GIL volvería a ostentar el poder en un municipio como Marbella.

Moderada por el delegado de SUR en Marbella, Héctor Barbotta, este último debate estuvo participado por el fiscal jefe de Málaga, Juan Carlos López Caballero, y por el excomisario provincial de Málaga, José Gutiérrez Valenzuela. López Caballero explicó que la situación ocurrida desde el año 1991 hasta la operación Malaya, en 2006, fue una «situación insólita» en lo referente a una actitud de una corporación, «a excepción de los ayuntamientos que están participando en el reto soberanista de Cataluña». A su juicio, las razones por la que ocurrieron los hechos relatados durante los días anteriores fueron varias: «Creo que el gilismo nos cogió con el pie cambiado. El urbanismo tiene y tenía controles, pero aquellos que debían velar porque las leyes se cumpliera, no lo hicieron». El fiscal jefe de Málaga señaló que era una política de hechos consumados basada en una supuesta legitimidad del voto. «Era una política 'sui generis', rentable para el momento concreto pero con una supuesta ignorancia de la ciudadanía sobre el costo que tendría en el futuro», aseguró.

En el caso de Gutiérrez Valenzuela, su opinión sobre la genésis del gilismo fue incluso más dura. «Aquí vino a un señor a Marbella a instalar una mafia, y tras pensárselo, llegó a la conclusión de que la mejor manera de hacerlo era accediendo al poder, porque así no tenía que pagar a nadie», sentenció. En su criterio, Gil se encontró con una ciudadanía que estaba harta, planificando un discurso que no solo le sirvió durante su etapa, «sino que siguió ganando elecciones incluso después de haberse muerto». El excomisario consideró que el fenómeno se podría haber evitado con las normativas españolas y europeas, pero que entonces no había fiscales y funcionarios preparados. «Pero por encima de todo, carecíamos por completo de voluntad política en solucionarlo», agregó.

Pero, ¿podría volver a ocurrir un fenómeno similar? Para López Caballero, un situación parecida no tendría cabida en este tiempo. «En las últimas encuestas del CIS, se ha percibido que la preocupación sobre la corrupción va en aumento. Hemos aprendido a base de palos, y aunque la corrupción sea una cosa que sigue ocurriendo, la Marbella de aquellos años no es comparable al resto», matizó el fiscal, que no ocultó que la mejora de los medios era clave.

La figura del arrepentido

Uno de los debates más interesantes de la mesa fue el de la inclusión de la figura del arrepentido como medio para una investigación judicial. Pese a que ambos lo defendieron -el excomisario introdujo la importancia de esta figura dentro de la judicatura italiana-, López Caballero reconoció que no está prevista, a día de hoy, para casos de corrupción, pese a que es un instrumento efectivo.

Además de estos participantes, minutos antes se celebró una primera mesa redonda moderada por el periodista José Antonio Sau, en la que estuvieron presentes Francisco Montijano y José Manuel Vázquez. Este panel versó sobre los fallos en los controles y la actuación de unas administraciones que destacaron en aquellos años por su ausencia en el municipio. Un análisis legal que fue complementado con el fiscal jefe y excomisario, y que puso el broche a las jornadas.

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