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Un sabroso Halloween

Un sabroso Halloween

Restaurantes, locales de moda y hoteles de lujo hacen propuestas gastronómicas con precios especiales para la noche más terrorífica del año

Nieves Castro

Viernes, 31 de octubre 2014, 23:45

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Halloween se ha convertido en un filón comercial al que pocos empresarios se resisten. Locales de moda e incluso hoteles de lujo celebran de una u otra manera su particular noche de terror en Marbella. Las cenas especiales conquistan las apuestas del Palacio de Babilonia de Oliva Valère, el Trocadero Arena o el Restaurante 1870, por citar sólo algunos de los establecimientos más concurridos. La mayoría ha apostado por viandas cocinadas ex profeso con un precio medio a partir de 35 euros. Una pócima verde de crema de Guisantes, un caldero humeante de carrilleras de cerdo y un hechizo maligno de arroz con leche configuran, por ejemplo, el menú del Casino Marbella.

Los que han planificado un Halloween menos íntimo y más familiar han dirigido sus huesos a locales como el Hard Rock Café de Puerto Banús o el Racquets Club Manolo Santana, donde además de la cena han ideado talleres para niños con animadores infantiles y premios para los mejores disfrazados. En Hard Rock directamente obsequian con un cóctel a los que han dejado las chaquetas en casa y han optado por las capas, las caretas o el tridente.

En la costa son muchos los hoteles que se han sumado a la moda de Halloween con ambientaciones y cenas más o menos tematizadas, como Alanda Club o Los Monteros, que ofrece además música en vivo a un precio de 150 euros por persona, pero si hay un establecimiento que se haya volcado de forma especial es el Hotel Don Carlos. El cinco estrellas ha preparado una auténtica fiesta, que se prolongará hasta las cuatro de la mañana. «Es una velada más pensada para los vecinos de la zona que para los clientes hospedados», detalla su responsable, Irene López. Prueba de ello, son los precios ofertados, 39 euros para los adultos y 19,50 para los niños entre 7 y 12 años.

Uno de los momentos álgidos de la noche, tras pasar por el photocall que se ha instalado, se vive en el particular pasaje del terror que los más pequeños tienen que cruzar para llegar al salón ambientado con candelabros, lápidas o esqueletos y donde espera un bufé de platos con nombres muy apropiados (ensaladas de vampiro, barbacoas del infierno...) Es en ese pasillo donde los niños ofrecen «truco o trato». Lo que muchos no saben es que detrás de las puertas esperan brujas, monstruos y espíritus juguetones.

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