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María Barrionuevo
De la barra al ruedo

De la barra al ruedo

A sus 24 años, María Barrionuevo deja casa y trabajo en un bar en Marbella para ingresar en la Escuela de Tauromaquia de Sevilla. Es la única mujer del centro

Mónica Pérez

Sábado, 1 de noviembre 2014, 01:48

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Tal vez porque se crió viendo desde la ventana de su habitación las corridas que se celebraban en la plaza de toros de Marbella, o porque la afición taurina sea algo con lo que se nace, el caso es que María Barrionuevo ha metido sus trastos en una maleta y ha puesto rumbo a tierras sevillanas para iniciar una complicada faena. Deja atrás una casa, su familia y un trabajo en la ciudad que la vio nacer. Su destino: la Escuela de Tauromaquia de Sevilla. El objetivo: «luchar por lo que siempre he soñado, que es convertirme en una figura del toreo». Lo dice con tanto convencimiento que, oyéndola, pocos se atreverían a preguntarle por los obstáculos que puede encontrar en su recién iniciado paseíllo hacia el mundo del toreo.

A día de hoy es la única mujer de la prestigiosa escuela, de la que han salido importantes nombres del toreo. A ella llegó casi por casualidad. Su tesón y las redes sociales se lo pusieron fácil. «Sigo en Twitter a muchos toreros y a colectivos taurinos. Contacté por casualidad con el que hoy es mi profesor, el matador de toros Luis de Pauloba. Le conté mi afición por los toros y que mi sueño siempre ha sido dedicarme a ellos», explica.

No lo dudó cuando el torero sevillano la invitó a pasar tres días en la escuela para conocer su funcionamiento y comprobar sobre el terreno si estaba dispuesta a dar todos los pases de pecho necesarios para encaminar una carrera bien distinta a la que hasta ahora había iniciado. «Cuando llegué allí descubrí que esto es lo mío», asegura orgullosa.

En solo unos meses, afirma, su vida ha dado un giro «brutal». De camarera a aspirante a matadora de toros. «Lo que peor llevo es estar lejos de mi familia. Siempre he estado con ellos, y con mi gente de Marbella, pero sé que esto va a merecer la pena». María contó desde el principio con el apoyo de sus padres a los que, asegura, no les extrañó el camino que ha terminado eligiendo, acostumbrados a verla, desde muy pequeña, moviéndose con soltura entre toreros y aficionados. Son esos momentos los que ahora rememora con más fuerza la marbellera. «Cuando era pequeña, mientras mis amigos se iban a jugar o a comprarse chucherías, yo me plantaba en la puerta de la plaza de toros. Como la entrada era gratis para los menores de 12 años esperaba a que llegara algún vecino o conocido para colarme con él. Me apasionaba».

Preparación física

Su nueva vida en Sevilla se desarrolla entre las clases en la escuela, a la que acude tres veces en semana, y la preparación física. «Lo primero que tengo que hacer es coger fuerza, sobre todo en los brazos, porque el capote pesa, y mucho». Asegura que se ha convertido casi en la niña mimada del grupo. Es la única mujer en un equipo donde sobresale además por edad. «Yo siempre pensé, y así se lo dije a mi profesor, que con 24 años poco podría hacer. Él me animó diciendo que nunca es tarde para perseguir los sueños que uno tiene», asegura, al tiempo que reconoce que si no se atrevió a dar el paso antes fue por las dificultades económicas. «En mi casa mis padres trabajaban para pagar el piso y para sacarnos adelante a mis hermanos y a mi. Ahora que he estado trabajando y tengo ahorros todo parece que encaja para empezar en la lidia, aunque sea desde cero». Reconoce que en su familia no hay nadie relacionado con el mundo de los toros, ni aficionados. «Esta pasión es algo mío y todos me apoyan».

Como aficionada y ahora alumna María no vive ajena a las críticas que están recibiendo la Fiesta Nacional y otras tradiciones que tienen al toro como protagonista, como el Toro de la Vega. Se entristece con solo pensar que pueda llegar un momento en el que se eche el cierre a la fiesta de los toros en España, aunque defiende con rotundidad que existen «otros muchos temas de debate en el país más importantes y más necesarios. «El toreo es un espectáculo, es una atracción. El toro da muchos puestos de trabajo, que a nadie se le olvide. Así lo veo y así lo vivo, y este país tiene otros muchos problemas importantes sobre los que discutir».

Entre clase y clase María no pierde oportunidad que se le presente para visitar a los suyos en Marbella, sobre todo si la plaza que la vio nacer acoge algún festejo.

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