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La prestigiosa joyería Suárez es la última marca de lujo que ha abandonado la zona.
¿Hacia dónde va Ricardo Soriano?

¿Hacia dónde va Ricardo Soriano?

La salida de las marcas de lujo, la llegada de negocios ‘low cost’ y el cierre de las sucursales bancarias dibujan un paisaje de incertidumbre en la principal avenida de Marbella

Héctor Barbotta

Domingo, 26 de octubre 2014, 02:07

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Es una de las víctimas más claras de la crisis, y si desde la óptica optimista la crisis se entiende como oportunidad para el cambio, también es un paradigma de la necesidad de reinventarse. Hace apenas siete años, en el otoño de 2007, cuando ni los más perspicaces economistas percibían los indicios del terremoto económico que se avecinaba, la avenida Ricardo Soriano florecía como uno de los focos comerciales con vocación de competir con la Serrano madrileña o el Paseo de Gracia barcelonés. Una versión del Rodeo Drive angelino trasladado al Mediterráneo.

Concluido el verano de aquel año, Andrés Sardá, Misako y Adolfo Domínguez acababan de abrir tienda en la principal arteria de Marbella la antigua carretera general convertida con el paso del tiempo en una avenida elegante que, sin embargo, sigue soportando un caudal de tráfico propio de una vía interurbana, y la prestigiosa joyería Suárez culminaba la reforma del edificio en el que inauguraría poco después su cuarto local en España.

Pero la crisis, sumada a otros factores, fue impiadosa con la avenida llamada a ser emblema de Marbella. En los siete años transcurridos desde entonces no solo Suárez, Andrés Sardá, Misako y Adolfo Domínguez cerraron sus puertas. También lo hicieron otros establecimientos de prestigio que habían instalado en la avenida su centro de operaciones en Marbella: Cartier, Loewe, la boutique Don Miguel o Cortefiel son algunos de los nombres que figuraban en locales donde ahora sólo puede leerse se alquila o se vende.

Prácticamente ninguna de estas marcas abandonó Marbella, pero la mayoría decidió mudarse a los focos comerciales donde el flujo de público está asegurado. Las firmas de elite se trasladaron a Banús; la de consumo más masivo, al centro comercial La Cañada. Atrás dejaron un paisaje de locales cerrados que se sumó a otro efecto directo de la crisis económica y que también ha resultado decisivo en el paisaje desolador que actualmente presenta la avenida.

La debacle económica tuvo sus consecuencias directas en la reestructuración bancaria, y eso llevó no sólo a fusiones sino también al cierre de sucursales. Ricardo Soriano, que durante los años de la expansión se había convertido en una zona financiera que poco parecía envidiar a cualquier otra city europea por el movimiento de dinero y operaciones bancarias, pagó como nadie esa factura. Al inicio de la crisis, en apenas un kilómetro la avenida concentraba 27 sucursales bancarias. Ahora sólo quedan siete. Del medio centenar de locales cerrados que salpican el plano de la calle, 20 corresponden a bancos que han cerrados sus puertas en la arteria, entre ellos Bancaja, Caja Madrid, Catalunya Caixa, Barclays, Banco Popular, Cajasur, Sabadell

¿Es sólo culpa de la crisis? Desde la asociación de empresarios CIT Marbella se apunta a que la pendiente en la que entró Ricardo Soriano, además de la crisis económica como un factor importante, debe entenderse también como un efecto colateral de la pujanza que ha adquirido Banús en el sector del lujo y el efecto imán que muchas marcas del segmento alto de consumo han ejercido sobre las que han preferido mudarse. En efecto, de todas las firmas de lujo que han desaparecido de Ricardo Soriano, sólo Andrés Sardá abandonó Marbella. El resto buscó abrigo en Banús, algunas en el recinto portuario y otras, en alguno de los corner del centro comercial Costa Marbella, de El Corte Inglés.

Aunque el nuevo paisaje de la avenida está condicionado sobre todo por los locales cerrados, medio centenar según el registro del Ayuntamiento, la avenida sigue tentando a quienes apuestan por abrir nuevos negocios. En lo que va de año el área municipal de Comercio y Vía Pública ha otorgado 34 licencias de apertura, de las cuales 24 corresponden a nuevos permisos y 10, a cambios de titularidad de licencias concedidas con anterioridad. El perfil de los nuevos emprendimientos, no obstante, es bien distinto al anterior a la crisis. Además de Carrefour Express, que inaugurará su primera tienda en Marbella el próximo miércoles, recientemente se han puesto en marcha dos gimnasios low cost que se suman a otros comercios signados por los nuevos tiempos, como tiendas outlet o bazares chinos.

Para los vecinos de la zona, la situación de la avenida es preocupante sobre todo porque a ciertas horas se convierte en un desierto. La presidenta de la asociación de vecinos de El Calvario-Huerta Belón, Maribel Notario, agradece las actuaciones realizadas recientemente por el Ayuntamiento para mejorar el alumbrado, pero advierte de que es importante que los propietarios de locales asuman la nueva realidad y moderen las cantidades que piden por los alquileres. «Los precios que piden no son de estos tiempos. Así no hay manera de que se abran nuevos negocios», sostiene.

En un sentido similar opina la presidenta de la Asociación de Empresarios y Comerciantes del Casco Antiguo, Carola Herrero, que se pregunta si detrás de esta oferta de alquileres con precios fuera de la realidad del mercado no existe alguna maniobra especulativa que necesite que la avenida muera como foco comercial.

Para Herrero, la pendiente en la que entró Ricardo Soriano no fue una consecuencia directa de la crisis, ya que otras zonas comerciales de la ciudad que tenían al público de alto poder adquisitivo como objetivo consiguieron mantenerse a flote durante la tormenta de los últimos años, sino de causas ajenas. Entre ellas, el altísimo valor de los locales.

En opinión del presidente del CIT, Juan José González, Ricardo Soriano, debería jugar el papel de locomotora de la actividad comercial y económica de la ciudad, y para ello es importante que se tomen medidas desde los diferentes ámbitos de la ciudad, no sólo por los estamentos públicos sino también por los empresarios afectados.

«La reactivación y dinamización de la zona comercial de Ricardo Soriano no debería basarse en actuaciones en solitario sino en medidas que contemplen la movilidad, la accesibilidad, los aparcamientos y también la propia oferta comercial». Para ello, González no duda en asegurar que debería contarse con el asesoramiento de expertos de fuera de la ciudad. En el mismo sentido opina Carola Herrero, quien advierte de que el comercio es una industria muy especializada, y por lo tanto «debería contarse con especialistas».

Peatonalización

El Ayuntamiento ha explorado algunas vías para revitalizar la avenida, incluso una tan ambiciosa como su peatonalización a lo largo de 800 metros. Pero Ricardo Soriano se enfrenta a una situación atípica: es una calle comercial, pero también la arteria con mayor densidad de tráfico de la ciudad. En un principio se optó por soterrar el tráfico, pero el alto coste unos 20 millones de euros y la falta de financiación llevaron a estudiar la alternativa de desviar el tráfico. El estudio licitado por el gobierno municipal arrojó el resultado más temido: las vía de tráfico alternativo no son suficientes. La circulación quedaría colapsada.

«Eso ha abierto otras posibilidades explica el concejal de Comercio y Vía Pública, José Eduardo Díaz, que la peatonalización sea muy difícil no significa que no se pueda hacer nada». Según Díaz, cualquier alternativa para potenciar la actividad comercial pasa necesariamente por reducir la presión del tráfico, lo que se lograría privilegiando los itinerarios alternativos especialmente para los trayectos interurbanos y procurando alternativas de aparcamiento, lo que podría permitir un ensanche de las aceras, actuación que desde el sector de la hostelería se considera imprescindible.

Hay otras actuaciones que el Ayuntamiento sí está dispuesto a emprender, como mejorar la iluminación, retirar las jardineras una iniciativa que reclaman los locales comerciales porque aducen que bloquean la visión de los escaparates, y renovar la solería, cuya calidad no se corresponde con lo que se supone debería ser la principal arteria comercial de la ciudad.

Pero los cambios que reclama Ricardo Soriano van más allá de la estética. Tanto las asociaciones empresariales como la administración municipal coinciden en asegurar que lo que se necesita es un proyecto comercial, que se decida qué necesita ser Ricardo Soriano y trabajar en la dirección adecuada.

La presidenta de la asociación de vecinos, Maribel Notario, lo dice con claridad: «Es muy difícil que los que se han ido vuelvan, a lo mejor lo que se necesitan son otro tipo de negocios». ¿Por dónde debería pasar ese cambio? Según Díaz, es necesario armar un proyecto que parta de la base que con tantos focos comerciales como cuenta la ciudad, Ricardo Soriano necesita ofrecer algo diferente. «No se puede hacer lo mismo, es necesario innovar». Desde el CIT se advierte de que la demanda ha cambiado, y que el Plan Estratégico de la ciudad, podría ser un punto de inflexión para este hecho concreto. «Hay que aprovechar el desarrollo de este Plan como modelo de ciudad para que uno de los puntos a trabajar en él sea el comercial y la reactivación de Ricardo Soriano», enfatiza González. Mientras tanto, la carretera que se convirtió en avenida mientras Marbella se asomaba al liderazgo turístico sigue esperando una respuesta que dibuje su futuro.

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