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Muslim, ayer en la Sala París 15.
Muslim, rap árabe para el cambio

Muslim, rap árabe para el cambio

El rapero tangerino convoca en Málaga a jóvenes marroquíes de toda Andalucía

Regina Sotorrío

Domingo, 3 de abril 2016, 00:32

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En un segundo cambia la atmósfera de la sala París 15. De las carcajadas provocadas por los monologuistas Jniko y Hassan&Moushin, se pasa al grito unánime de «¡Hijo de barrio!» (en árabe). Las cabezas y los brazos empiezan a moverse de arriba a abajo con una cadencia constante. Todos siguen al unísono el flow de Muslim, «el mejor rapero de Marruecos», aseguran entre el público. Vienen de Almería, Granada o Algeciras solo para verle. No es fácil hacerlo, no aquí. Este es su primer concierto en Andalucía, el tercero que da en España, pero al otro lado del Mediterráneo es todo un ídolo de masas entre la juventud árabe. ¿Por qué? «Dice lo que hay, cuenta la verdad», explican a esta periodista, incapaz de entender ni una sola palabra de sus rimas en árabe. Pero incluso con esas, al tenerle en frente se entiende su éxito: Muslim transmite y suena muy bien.

Cuentan que denuncia la corrupción, las condiciones de una juventud preparada pero sin salidas laborales, advierte contra el consumo de drogas, critica el abuso de poder, la mala gestión del Gobierno, la miseria de los barrios que aboca a muchos a la delincuencia... «Y por eso nos gusta, porque es la realidad», apunta Abdel Hartach, tangerino residente en Almería.

«No tiene pelos en la lengua. Expresa lo que muchos pensamos y queremos decir pero no podemos. Ayuda a concienciar a la sociedad», apuntan Sara, Latifa, Mounia y Laila, que lucen con estilo el velo (el hiyab) en sus cabezas. En un rato estarán saltando y coreando sus rimas como el resto de las alrededor de 200 personas que acudieron al evento dirigido a la comunidad árabe principalmente marroquíes en la París 15, una cita que mezclaba comedia y música. Fueron menos de las esperadas, y eso pese a que se adelantó el inicio a las 17.00 horas para evitar coincidir con el clásico Madrid-Barcelona, que gusta tanto a españoles como a marroquíes. Para algunos la razón estaba clara: el precio de las entradas a 25 euros era demasiado para el bolsillo de jóvenes en su mayoría estudiantes.

Contar lo que pasa

El artista tangerino rapea «lo que pasa» en su tierra con un lenguaje directo y claro pero «sin insultos». «Es único por lo que dice y por cómo lo dice», coinciden Fátima, Hamza y Bilal, llegados desde Almería para el concierto. Un rap afilado que cuida las formas y que, defienden, puede contribuir a «cambiar la mentalidad» de muchos jóvenes árabes que le ven como «una referencia». «Lanza mensajes que te hace ver cosas que a lo mejor tú no ves», indican Fessi, Othman y Ahmed, que han viajado desde Granada.

Es rap árabe para remover conciencias de la calle. «De los políticos... no creo», apostillan. Al menos, saben que lo que él rapea lo escuchan también los de arriba: hace dos años, Muslim fue elegido el mejor rapero marroquí del momento en unos galardones patrocinados por el Ministerio de Cultura.

Sus mensajes se extienden más rápido y más lejos que cualquier mitin de un político. «Sus palabras llegan al corazón, canta lo que está pasando y lo siente de verdad», señala Yassine, un joven marroquí que vive desde hace pocos años en Málaga. Como a muchos, le «duele» la situación de su país. «Y nos alegra que haya un cantante como Muslim que se atreva a denunciarla», añade.

En cualquier caso, insisten en que el Marruecos que se imagina desde aquí no es el que hay. Queda mucho por hacer sobre todo en asuntos de corrupción pero defienden que en su tierra «sí hay libertad de expresión», que el país «no es tan cerrado» como se cree, y que el rap de Muslim es un ejemplo. Algo más que tachar de la lista de prejuicios.

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