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Miguel Campello: “Ni soy tan bueno, ni tampoco tan malo”

Miguel Campello: “Ni soy tan bueno, ni tampoco tan malo”

El excantante de Elbicho despide este sábado en Málaga la gira de su tercer disco en solitario 'Camina'

Regina Sotorrío

Viernes, 27 de noviembre 2015, 00:10

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Miguel Campello contesta al teléfono desde su refugio en el campo, un lugar en el que para conectarse a Internet tiene que arrimarse a un almendro, donde acumula creaciones propia fabricadas con material reciclado y un rincón donde lleva a la práctica aquello que luego canta. Ni te pares ni eches a correr, solo camina, aconseja el excantante de Elbicho al otro lado de la línea telefónica. El cantautor 'chaterrero' -como se autodenomina- vuelve este sábado 28 de noviembre a Málaga para despedir la gira de 'Camina', su tercer disco en solitario. Miguel Campello hará sonar su fusión flamenco-rock en la Sala París 15, a partir de las 21.30 horas (entrada anticipada: 17,50 euros).

-Después de Pájaro que vuela libre, parece que ahora pone los pies en la tierra con Camina.

-Siempre he pensado que cada vez que doy una voltereta me separo y vuelvo a poner los pies en la tierra, pero esta vez se trata de caminar despacio. Echar a caminar simplemente, no correr, no acelerar más de la cuenta y observar el paisaje tranquilamente.

-¿Siente que en otro momento ha vivido muy deprisa?

-Todo va muy deprisa. Vivimos como nos van marcando los ritmos, aunque de vez en cuando nos vengan rachas de viento que nos llevan a otros sitios. Pero al final, vivimos al tuntún de los tambores. Va todo muy rápido en general.

-Además, en el mundo de la música, parece que hay que estar constantemente en movimiento y lanzando cosas nuevas.

-Hemos cambiado las maneras de ubicar los discos, antes duraban un cierto tiempo. Pero es verdad que si ahora abres Internet y a los dos días sigue lo mismo, al cuarto día me pongo a buscar otra cosa. Nos gusta ver cosas nuevas todos los días, a todos.

-Hemos entrado en una vorágine en la que se necesitan estímulos nuevos constantemente.

-Pero todos. Igual que a todos nos gusta consumir, también tienes que dar cosas. Antes era todo más calmado, grabar un disco era un proceso más interno. Ahora desde el principio sabemos constantemente qué está haciendo el otro. Pero a mí me gusta estar ahí, porque también te ejerce una presión que no te deja despistarte, te mantiene el ritmo.

-Pero se pierde capacidad de reflexión también. Por eso andar despacio viene muy bien.

-Está claro. Una cosa es el tuntún que marcan los tambores, y otra cosa lo que tarde yo en aprender a bailarlo.

-La palabra Camina transmite además mucha positividad, que falta hace hoy día.

-Justamente. Es el ¡camina! que le dices a un colega, que te dices a ti mismo. Ese es el mensaje. Ni te pares ni eches a correr, solo camina

-He leído por ahí que usted no tiene Internet.

-Tengo un almendro que tiene un poco de cobertura cuando te arrimas a él. Un amigo mío dice que yo no navego, que voy en patera por Internet (ríe).

-¿Y se puede estar en este negocio de la música sin la Red?

-Claro. Para mí es una cosa que aun teniéndolo, no lo enchufo. Me puedo pasar los días sin preguntar en el hotel la clave del wifi. Yo soy de buscar en Internet cosas para hacer, pero no suelo leer las noticias. Ni lo que dicen de mí, ni para bueno ni para malo. Porque no es necesario saberlo todo. Llevo muchos años en esto, y ni tan poco soy tan bueno, ni tampoco soy tan malo.

-En su retiro del campo, es más chatarrero que en ningún sitio, reciclando y construyendo sus propios inventos.

-El no parar que le digo yo. El tener algo que hacer. Yo me paso todo el día tomando el sol cuando lo hay, y si no me mojo cuando llueve mientras guardo las burras y recojo las cosas que me he dejado fuera. Se trata de compartir los días que nos dan, que a veces se nos pasan y no nos damos cuenta. Yo me doy cuenta todos los días de cómo amanece y cómo se hace de noche. Es una de las cosas más bonitas que tenemos. No perder el contacto con la propia tierra. Cuesta a veces salirnos del asfalto

-Donde se rodó el videoclip Aire, ¿es su casa?

-Es un rinconcito de terreno que hay al lado de mi casa, y sí, las construcciones que salen las he hecho yo con algo de ayuda. Hacer esas cosas son volás que me entran, me gusta que tengan personalidad los sitios y las cosas que creamos.

-En esa canción habla mucho del tiempo, ¿le agobia el paso del tiempo?

-No me agobia, lo veo pasar, me doy cuenta de que se pasa y entonces me da por hacer cosas. Me agobia que pase, pero le pongo solución. Intento aprovecharlo, porque nunca hago nada por hacer, todo acaba repercutiendo en algo.

-Aunque sea tirarse en la hamaca a ver el atardecer.

-¡Claro! Ahí viene lo que hablábamos antes, hemos perdido esas historias. Aunque estemos parados hacemos algo.

-Con la perspectiva del tiempo, ¿acertó al dar el paso de iniciar una carrera en solitario?

-No tomé yo el paso, fue algo decidido por todos. A todos nos apetecía descansar. Yo era uno más. Tiré para mi lado como sé hacerlo, escribiendo y cantando. Ni estoy contento ni triste, solo se trata de seguir el camino.

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