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Los Cuerpos de Seguridad piden a los ciudadanos que contrasten la información antes de ayudar a difundir un rumor en redes sociales.
La policía pide prudencia ante la psicosis por la difusión masiva de bulos de secuestros de niños

La policía pide prudencia ante la psicosis por la difusión masiva de bulos de secuestros de niños

Las Fuerzas de Seguridad han desactivado en los últimos días varias alertas que se habían viralizado en Málaga, Ronda, Rincón de la Victoria o Estepona

Juan Cano

Jueves, 30 de marzo 2017, 00:24

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Suena el timbre del WhatsApp. Has recibido un mensaje en el grupo de los padres del colegio. Al escucharlo, sientes un escalofrío que te deja un estado de desasosiego imposible de sofocar. ¿Es cierto? ¿Está confirmado? Me lo ha corroborado, dice el audio, un familiar que es guardia civil. O policía, da igual. En el chat, hay quien se atreve a poner nombre a la voz: sí, yo la conozco, es una mami del cole. Y ya. El miedo es libre, visceral, y campa a sus anchas en el terreno de la imaginación. El mensaje se reproduce, cambia y vuelve distorsionado. Otra vez. Otra alerta. La historia se repite.

Y aparece la psicosis. No la enfermedad, sino el estado mental que predispone a ver algo que no existe. O a interpretar la realidad de un modo erróneo. La confusión. El miedo. Las redes sociales y, sobre todo, las aplicaciones de mensajería instantánea son el caldo de cultivo perfecto para propagar el bulo con el gesto automático de reenviar el audio. Un gesto que, recuerda la policía, puede llegar a ser delito, como le ha ocurrido en Málaga a dos mujeres que están siendo investigadas por difundir un vídeo de abusos a un bebé de un mes bajo la creencia de ayudar a desenmascarar al autor, tal y como adelantó este periódico la semana pasada.

Tanto los responsables de la Policía Nacional como los de la Guardia Civil se ven obligados a pedir prudencia ante una situación que amenaza con irse de las manos. En los últimos días, ambos cuerpos de Seguridad han tenido que desactivar varias alertas tras viralizarse en redes numerosos mensajes de intentos de secuestro de niños en distintos puntos de la provincia... SUR ha creado una sección en su edición digital (con B de bulo) para ayudar a desmentirlas. «Sí, recibimos llamadas de padres. Se muestran preocupados y sólo quieren saber si es cierto», asegura un alto mando de la Benemérita. «Eso es lo deben hacer, en lugar de reenviarlo y contribuir a difundirlo», apunta un responsable de la Comisaría Provincial.

Lo cierto es que, cada cierto tiempo, la realidad se encarga de justificar la psicosis, como sucedió en el distrito madrileño de Ciudad Lineal el verano de 2014 o en el barrio malagueño de El Palo el pasado en enero, cuando un individuo al parecer intentó arrastrar a un menor de 13 años hacia un vehículo. O más recientemente en Bollullos del Condado (Huelva), donde dos madres denunciaron que habían intentado secuestrar a sus hijos e introducirlos en una furgoneta blanca. A partir de ahí, de un caso real, nació el bulo. La furgoneta blanca «secuestra-niños» fue vista primero en Olvera (Cádiz), Ronda, Rincón de la Victoria, Málaga... Pero todos los mensajes de audio que circularon resultaron ser falsos.

La policía no sólo llama a la prudencia a la hora de difundir alertas sin confirmar por WhastApp. También al interpretar lo que se ve. Los agentes no dudan en reconocer su temor de que cualquier día linchen a alguien por un malentendido. «Imagínate un abuelo que ofrece un caramelo a un niño en un parque, o que le pasa la mano por la cabeza, algo que seguramente nos ha sucedido a todos alguna vez cuando éramos pequeños. Si haces eso hoy en día, puedes acabar detenido», reflexiona un veterano comisario malagueño.

Dejen de imaginar. Ya ha ocurrido. Concretamente, el pasado octubre en El Palo. Una mujer dejó a sus hijos de 8 y 9 años jugando en la puerta de la clínica donde tenía cita. Al asomarse a la ventana, vio a un señor mayor junto a ellos. Otra persona que salía del centro médico observó cómo el individuo los cogía del brazo y exclamaba: «¡Son mis niños, son mis niños!». Entre ambas evitaron lo que, a su juicio, había sido un intento de secuestro de los menores.

Un enfermo mental

La policía detuvo al hombre, que pasó la noche en los calabozos hasta que su familia pudo demostrar, con documentación médica, que tenía una enfermedad mental que le había provocado un deterioro cognitivo severo. Esa tarde, su hija, que lo recogía cada día al salir del trabajo, tardó un poco más en ir a buscarlo a la residencia donde estaba ingresado en horario diurno y se escapó. Era un enfermo de alzhéimer que había confundido a aquellos críos con sus nietos.

El último caso similar sucedió en enero de 2014, también en El Palo. Una menor de 14 años que volvía a casa del instituto se cruzó en un paso de peatones con una furgoneta blanca con los cristales traseros del mismo color, una L de novel y las lunas laterales tintadas. Cuando estaba a su altura, el copiloto hizo ademán de abrir la puerta. Ella trató de pasar por detrás del vehículo, pero entonces éste retrocedió, lo que le impidió cruzar. La menor lo intentó entonces por delante, y el conductor metió primera y volvió a cortarle el paso. El copiloto se asomó por la ventanilla y, al parecer, le dijo: «Por esta vez te has librado».

La noticia, como está sucediendo ahora, corrió como la pólvora por las redes sociales, que se encargaron de alimentar el bulo. Otro menor dijo que le había pasado algo parecido, y un tercero que había visto una furgoneta de esas características merodeando por el barrio. La psicosis. No tuvo la misma repercusión, sin embargo, la resolución del caso. La policía localizó la furgoneta, que resultó ser de una cuadrilla de trabajadores paleños de ahí que fuese fácil verlos por la zona que pretendieron cederle el paso, no cortárselo, como ella pensó. Con lo de «por esta vez te has librado» se referían al atropello.

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