Borrar
La línea a Fuengirola lleva más de 40 años funcionando.
Cuando por 33 pesetas se iba en tren a Fuengirola

Cuando por 33 pesetas se iba en tren a Fuengirola

El ferrocarril que une Málaga con varias localidades de la Costa del Sol se puso en marcha el 1 de agosto de 1975

Ángel Escalera

Lunes, 27 de febrero 2017, 00:19

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La línea férrea que une Málaga capital con Fuengirola es ya un clásico en la historia del ferrocarril de cercanías y una de las más consolidadas de España. Se inauguró el jueves 31 de julio de 1975, con la presencia del entonces ministro de Obras Públicas, Antonio Valdés y González Roldán. Al día siguiente, 1 de agosto, el ferrocarril se puso en marcha con 70 trenes diarios, una frecuencia de media hora y cerca de 50.000 plazas en total. Los convoyes paraban en siete estaciones: Málaga, San Andrés (apeadero), Campo de Golf-Campamento Benítez, Torremolinos, Arroyo de la Miel, Los Boliches y Fuengirola. Los precios que se fijaron oscilaban entre las 13 y las 33 pesetas para los trayectos simples y entre 20 y 58 pesetas para los de ida y vuelta el mismo día.

La línea constaba de 31 kilómetros. De las siete estaciones, tres eran subterráneas (Málaga, Torremolinos y Fuengirola). De la explotación se encargó Renfe.

Las comunicaciones con la Costa del Sol mejoraron con la entrada en servicio de esos convoyes. El ferrocarril, que hacía su trayecto en algo más de cuarenta minutos, funcionaba desde las seis de la mañana hasta las once de la noche. Las ventajas del tren electrificado Málaga-Fuengirola fueron destacadas por la prensa de la época. Así, en la edición de SUR del 31 de julio de 1975, se explicaba que la línea iba a suponer «un alivio para el denso tráfico de la Costa del Sol». La información explicaba que entre las cualidades del tren estaban «la rapidez, la suavidad y la ausencia de ruidos».

El acto inaugural de la línea se celebró en la estación subterránea de Málaga, donde el ministro de Obras Públicas descubrió una placa conmemorativa. Seguidamente, visitó las instalaciones de la terminal. Antonio Valdés estuvo acompañado por los directores generales de Transporte Terrestre, Plácido Álvarez Fidalgo; de Puertos y Señales Marítimas, Sabas Marín García, y de Obras Hidráulicas, Santiago Serrano Pendán. Acudieron también las primeras autoridades de la provincia. Entre los presentes estuvo Jesús Santos Rein, que fue el gran promotor e impulsor del ferrocarril Málaga-Fuengirola durante el tiempo en que ocupó la dirección general de Transporte Terrestre.

Estaciones y apeaderos

El ministro y su séquito se subieron a uno de los trenes y recorrieron el trayecto hasta Fuengirola. Además de comprobar el buen funcionamiento de la línea, vieron las estaciones, apeaderos y viaductos construidos. A la llegada a la estación de Fuengirola, perfectamente equipada como la de Torremolinos, se sirvió una copa de vino español.

La nueva línea estaba electrificada y tenía el sistema de señalización CTC (Control de Tráfico Centralizado). La obra supuso un trabajo costoso y delicado, que se prolongó durante casi cuatro años. El objetivo con el que Renfe empezó a explotar este ferrocarril fue responder a las necesidades de transporte de varios núcleos turísticos de la Costa del Sol. En esos años centrales de la década de los setenta ya se habló de la necesidad de ampliar la línea hasta Estepona.

Una de las partes más complicadas de acometer fue la concerniente a los viaductos. Se construyeron siete, con una longitud total de 1.791 metros. El más largo fue el de Fuengirola, que tenía 62 vanos de 19 metros cada uno y un apeadero en el mismo centro. Otros viaductos ejecutados fueron los de Guadalhorce, Pan Triste y Arroyo Hondo.

Durante los trabajos para poner en servicio la línea férrea Málaga-Fuengirola fue preciso perforar doce túneles (2.785 metros de longitud). Destacó la construcción de las tres estaciones subterráneas. En las de Torremolinos y Fuengirola se requirió la ejecución de 70.000 metros cuadrados de pantallas de hormigón armado. Se excavaron con lodos betoníticos para prevenir los desprendimientos.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios