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El Custodio Puga, de Torre del Mar, es el último centro del profesor detenido.
El profesor de Torre del Mar confiesa abusos a alumnas en varios colegios y pide que le envíen a prisión

El profesor de Torre del Mar confiesa abusos a alumnas en varios colegios y pide que le envíen a prisión

El maestro aseguró en comisaría que está enfermo y que su intención es ponerse en tratamiento

Juan Cano

Martes, 24 de enero 2017, 00:49

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La libertad sólo le duró unas horas. Tras eludir la prisión, pese a haber sido detenido por supuestos abusos a tres alumnas del colegio Custodio Puga de Torre del Mar, donde impartía clase, el maestro acabó de nuevo en una comisaría. Esta vez se presentó por voluntad propia y lo hizo porque tenía «cargo de conciencia». Allí se derrumbó y confesó a los agentes algo que escondía en lo más profundo de sus instintos. Que tenía un problema que requería tratamiento. Y que su lugar, hasta curarse, estaba en una cárcel.

Fue al mediodía del pasado domingo, pocas horas después de que el juzgado que se encontraba en funciones de guardia en Vélez le dejara en libertad con cargos tras su primer arresto. El maestro, de unos 40 años de edad, casado y con hijos, acudió a las dependencias de la Comisaría Provincial, ubicadas en la capital, para pedir entrevistarse con algún agente.

Así ocurrió. Al parecer, el profesor confesó los abusos sexuales a varias de las alumnas de 10 y 11 años que aseguraban haber sufrido tocamientos en el centro escolar de Torre del Mar, aunque negó haberlos realizado en uno de los casos.

Pero no fue lo único que reconoció el profesor. Durante su declaración en la Comisaría Provincial, que se prolongó varias horas, supuestamente relató a los investigadores que había abusado de más niñas, todas de con edades similares a las citadas anteriormente, en otros colegios en los que había trabajado.

Éstos se encuentran situados tanto en la provincia de Málaga como fuera de ella. Las fuentes explicaron que el maestro había estado de interino por diversos colegios, en los que se habrían producido los abusos, aunque no en todos los centros en los que ha estado destinado.

Tras la confesión, el profesor quedó otra vez detenido y los policías nacionales han abierto una nueva investigación para cotejar lo declarado en la Comisaría Provincial. Para ello, los agentes han solicitado un listado en el que figuran los nombres de los alumnos que han coincidido con el acusado, el cual analizan en busca de posibles víctimas.

Por el momento, el procesado se encuentra en los calabozos de la Comisaría Provincial a la espera de ser puesto a disposición judicial. Según las fuentes, él mismo reconoció a los agentes que está enfermo y pidió que le enviaran a prisión, donde quiere ponerse en tratamiento.

Ahora será un juzgado de la capital el que decida sobre su situación, después de que el pasado viernes el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Vélez decretase su puesta en libertad tras el primer arresto. Eso sí, quedó como investigado por un supuesto delito de abusos sexuales, y también se le impuso como medida cautelar una orden de alejamiento respecto a las alumnas del colegio de Torre del Mar, así como del propio centro escolar, según indicaron fuentes judiciales.

La investigación que dio lugar a la primera detención del profesor empezó en el ámbito educativo y se trasladó después al policial. Tal y como avanzó este periódico, ésta se originó a raíz de una llamada anónima realizada el pasado 12 de diciembre desde una cabina al centro.

Al otro lado del teléfono había una mujer que aseguró ser la madre de una alumna del colegio, aunque no quiso revelar su identidad. Según manifestó entre llantos, su hija había sufrido tocamientos por parte de su tutor, que le impartía clases en el área de Valores Sociales y Cívicos, que equivaldría a la antigua asignatura de Ética.

La dirección del colegio activó inmediatamente el protocolo establecido ante los casos sospechosos de abusos. Tras informar de lo ocurrido al Servicio de Inspección Educativa, los propios miembros del equipo directivo se encargaron personalmente de realizar un seguimiento a la actividad diaria del maestro por si observaban algo que confirmara las acusaciones vertidas por la informante anónima.

Mientras indagaban en el caso, un miembro del equipo directivo se topó con una escena sospechosa. Siempre según las fuentes consultadas, sorprendió al maestro bajo investigación en un pasillo que da acceso a la biblioteca en compañía de una niña, en una zona que no se usa para ninguna actividad docente, mientras el resto de la clase permanecía dentro de la biblioteca con la puerta cerrada. Al parecer, el profesor reaccionó de un modo extraño al percatarse de la presencia de su compañero.

Tras ese episodio, la dirección del colegio denunció los hechos en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Vélez-Málaga, donde se abrió una investigación que desembocó en la detención del maestro por presuntos abusos sexuales. El docente venía impartiendo asignaturas como Educación Física, Matemáticas, Lengua o Educación para la Ciudadanía a distintos cursos de Primaria. También daba clases de refuerzo por las tardes.

Los investigadores siguieron indagando en el caso e identificaron a otras dos alumnas aparte de la menor con la que fue sorprendido el profesor que habrían sufrido supuestos tocamientos, precisaron las fuentes. Además, continuaron con las pesquisas en busca de más víctimas en el colegio.

Delegación de Educación

Por su parte, desde la Delegación de Educación expusieron ayer que, al tener conocimiento del caso a través del servicio de inspección, los supuestos hechos se pusieron en conocimiento tanto de la Dirección General de Profesorado y Gestión de Recursos Humanos de la Junta de Andalucía y de la Fiscalía de Menores. Asimismo, añadieron que el docente fue inmediatamente sustituido al día siguiente de que se produjese su detención.

Mientras se lleva a cabo la investigación policial del caso, desde la Delegación de Educación de la Junta informaron de que se ha tramitado una propuesta de incoación de expediente disciplinario acompañada de la medida cautelar de suspensión provisional de funciones, siguiendo así lo establecido por la normativa. Mostraron su «total repulsa por actitudes que en ningún modo pueden tener cabida en un centro docente» e insistieron en que su «máxima preocupación» es atender con los medios necesarios al alumndo que pueda haberse visto afectado.

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