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Estupor en el barrio donde está el colegio: «Estamos de piedra»

«Participaba en todas las actividades y los niños estaban contentos. Pero esto es muy fuerte», afirma un grupo de padres

Agustín Peláez

Martes, 24 de enero 2017, 00:49

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El estupor se extendía ayer por todo el barrio en el que se encuentra el colegio Custodio Puga de Torre del Mar, uno de los centros educativos más antiguos de la localidad, donde la noticia de la detención de un profesor por abusos cayó como una jarro de agua fría. «Estamos de piedra. En cuanto nos enteramos mi mujer y yo lo primero que hemos hecho es hablar con nuestra hija, aunque no ha sido alumna de este maestro. Le hemos dicho que si alguien le hace algo nos lo cuente de inmediato, y se lo diga al director o a su tutora», declaró Antonio, padre de una niña de estudia 4º de Primaria y de un niño de tres años que acaba de empezar este año en el colegio.

Aunque la mayoría de los padres y madres de alumnos conocieron la noticia a través de SUR, algunos pequeños de 6º curso, alumnos del maestro detenido, ya comunicaron a sus progenitores que desde el miércoles tenían a otro profesor. «Mi hijo me dijo que habían echado a su maestro. No fue hasta el viernes cuando la dirección me comunicó como delegada de los padres en ese curso que había sido detenido por abusos», señaló Ana, que reconoció que al igual que otros muchos padres lo primero que hizo fue hablar claramente con su hijo para decirle lo que había pasado y conocer «si sabía algo al respecto o había visto u oído algo sospechoso».

Encarnación es madre de una exalumna y de un pequeño que todavía estudia en el colegio. «Me enteré de lo que había sucedido porque la dirección me llamó por teléfono porque querían hablar con mi hija, que ya no está en el centro desde este curso, pero que fue alumna del profesor detenido. Nunca observó nada en ese sentido, pero lo sucedido nos ha alarmado», aseguró.

Los alumnos acudieron ayer al colegio con normalidad a clase, a pesar de la preocupación existente entre las madres y padres, que ayer no hablaban de otra cosa a pesar de que desde el colegio se les había asegurado que habían activado el protocolo fijado en estos casos. «Es algo que nos cuesta creer. Estamos con las orejas de punta y en alerta desde que tuvimos conocimiento. Estamos preocupados. Todo lo que conocemos es por los medios de comunicación», se quejaba sin embargo Rafael, padre de una niña de sexto que todavía ayer confesaba que no se atrevió a hablar con ella. «No quiero meter la pata. Creo que debemos esperar a lo que dice la dirección del colegio», señaló.

La conmoción era generalizada, aunque los familiares de los alumnos que han tenido al profesor detenido por abusos desde su llegada al centro hace cinco años fueron los que se mostraron más preocupados. «Pensábamos que era un gran profesor. Participaba en todas las actividades y los niños estaban contentos. Pero esto es muy fuerte», señalaba un grupo de progenitores.

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