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Iván Gelibter
Miércoles, 24 de agosto 2016, 00:12
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Pese a ser un lunes después de feria y casi las ocho de la tarde, el Muelle Uno registra una gran afluencia. Justo debajo del Centro Pompidou, en la esquina que une el muelle propiamente dicho con el Palmeral de las Sorpresas, un grupo de turistas curiosea frente a un catamarán blanco atracado en esa zona. Rubén, el comercial de este barco de la empresa Mundo Marino, explica que la mayor parte de los viajeros de ese día, como en el del resto de jornadas desde el mes de abril, son turistas extranjeros.
A las 20.00 horas (ni un minuto más tarde) zarpa el catamarán. En este caso se trata de un recorrido que cruzará una parte importante de la bahía de Málaga, pero a una hora que permitirá tener una visión envidiable de la puesta de sol. Sin embargo, esta es tan solo una de las opciones que tanto esta compañía como el resto ofrece.
Además del recorrido más simple (el que recorre la bahía), Mundo Marino propone la excursión con baño, que dura en torno a 90 minutos. «El catamarán sale del puerto y dependiendo del día, se para en un punto u otro para que los viajeros puedan meterse en el agua en medio del mar, algo que solo es accesible para aquellos que tengan un barco», explica Rubén. Con la misma duración que el del baño y por el mismo precio, 12 euros, la opción puesta de sol incluye una copa de cava de invitación. «Aquí es más normal que el viaje lo hagan parejas, pero siempre hay un poco de todo», añade.
La embarcación
Aunque lo habitual en estos recorridos son los ferrys tradicionales, Rubén destaca que el catamarán es un barco más ecológico dado el tamaño más reducido de su motor (también tiene la opción de ir a vela), aunque no es éste el único beneficio. «Este tipo de embarcación tiene unas redes que permiten tumbarse e ir prácticamente flotando sobre el mar», destaca.
Efectivamente, minutos después de zarpar, las 30 personas que van en este recorrido se acomodan sobre esta tela. Es el momento de sacar las cámaras algunos llevan móviles y otros elementos más profesionales y probar un selfie detrás de otro. «En este tipo de viajes», insiste, «los viajeros están como locos por tener la mejor imagen; cuando el recorrido es más largo la cosa cambia».
Entre estas opciones, más largas pero más completas, destaca un día en el mar; un viaje de tres horas por la bahía que incluye el almuerzo, una barbacoa, y cuyo precio asciende a los 32 euros por persona. Carmen y su familia, que repiten en el catamarán tras haber pasado estas tres horas en la bahía, señala que están repitiendo porque la primera experiencia les pareció «sorprendente». «A veces no sabemos qué hacer con los niños en verano; lo probamos y es buena idea, además vemos la ciudad desde un punto de vista diferente», apunta. Mientras los malagueños se deciden, ya hay un buen ramillete de turistas que saben cómo es la bahía de Málaga al atardecer. Y lo cierto es que merece la pena contemplarlo.
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